A pocas semanas del exitoso alunizaje de la misión Chandrayaan-3, India lanzó este sábado un cohete que transporta la sonda “Aditya-L1” (“Sol”, en hindi), el primer observatorio espacial de origen indio destinado a estudiar el Sol.
El cohete de la misión Aditya-L1, que despegó a las 3:20 de hoy (hora de Argentina), lleva instrumentos científicos para observar las capas más externas del Sol, en un viaje de cuatro meses.
Una transmisión en directo a través de las redes sociales de la agencia espacial india (IRSO) mostraba a cientos de espectadores de ese país animando y aplaudiendo eufóricos, en medio del ruido ensordecedor del ascenso del cohete.
"Felicitaciones a nuestros científicos e ingenieros”, expresó el primer ministro indio, Narendra Modi, en la red social X. "Nuestros incansables esfuerzos científicos continuarán para desarrollar una mejor comprensión del Universo", agregó.
Estados Unidos y la Agencia Espacial Europea (ESA) ya pusieron en órbita naves espaciales para estudiar el Sol, empezando por el programa Pioneer de la NASA en 1960. Asimismo, Japón y China lanzaron sus propias misiones de observación solar a la órbita terrestre. Pero si tiene éxito, la misión Aditya-L1 de la agencia espacial india será la primera de un país asiático en ponerse en órbita alrededor del Sol.
"Se trata de una misión ambiciosa para India", declaró el viernes el astrofísico Somak Raychaudhury en la televisión NDTV.
Según indicó, la sonda estudiará las eyecciones de masa coronal, un fenómeno periódico que conlleva grandes descargas de plasma y energía magnética procedentes de la atmósfera solar. Se tratan de unas descargas muy potentes que pueden alcanzar a la Tierra y perturbar el funcionamiento de los satélites.
En este sentido, el astrofísico precisó que Aditya-L1 ayudará a prever estos fenómenos y a "alertar a todo el mundo para que los satélites puedan cortar su alimentación".
"También nos ayudará a entender cómo suceden estas cosas y, en el futuro, quizá no necesitemos un sistema de alerta", añadió.
Aditya-L1 recorrerá 1,5 millones de kilómetros para llegar a su destino, lo que no es más que el 1% de la inmensa distancia que separa la Tierra del Sol.
La sonda es transportada por la nave PSLV XL de 320 toneladas, creada por la ISRO, que ya efectuó varios lanzamientos hacia la Luna y Marte.
La misión también pretende arrojar luz sobre la dinámica de otros fenómenos solares mediante la obtención de imágenes y la medición de partículas en la atmósfera superior del Sol.
India dispone de un programa aeroespacial con un presupuesto relativamente bajo en comparación con otras potencias. Sin embargo, su dispositivo creció notablemente desde que envió por primera vez una sonda a la órbita de la Luna, en 2008.
Los expertos aseguran que consigue estos bajos costos reproduciendo y adaptando tecnología espacial existente y aprovechando la abundancia de ingenieros altamente capacitados que cobran mucho menos que sus homólogos extranjeros.
El alunizaje la semana pasada de Chandrayaan-3 convirtió a India en el cuarto país en lograr una operación de este tipo, tras Estados Unidos, Rusia y China. Costó menos de 75 millones de dólares.
Esta semana, el robot explorador indio Pragyan confirmó la presencia de azufre en el polo sur de la Luna.
Chandrayaan-3 cautivó la atención pública desde su lanzamiento ante miles de espectadores. Políticos celebraron rituales hindúes para desear éxito a la misión y los alumnos de escuelas siguieron desde las aulas los momentos finales del alunizaje a través de trasmisiones en vivo.
En 2014, India se convirtió en la primera nación asiática en poner un satélite en órbita alrededor de Marte y el próximo año tiene previsto lanzar una misión tripulada de tres días en la órbita de la Tierra.
También planea una misión conjunta con Japón para enviar otra sonda a la Luna en 2025 y una misión orbital a Venus en los próximos dos años.