La totalidad de los consultores y encuestadores coinciden en que, a tres semanas de las PASO, si se votara de inmediato, habría un ballottage entre Javier Milei y Sergio Massa. Faltan todavía siete semanas, de manera que todos están de acuerdo también en que el diagnóstico es provisorio. Muy provisorio. También hay coincidencia generalizada en que Patricia Bullrich, después del 13 de agosto, sufrió un retroceso bastante notorio, en especial porque su proyecto es de la misma familia que el de Milei y eso, como suelen decir los expertos en campañas electorales, hace que pesquen en la misma pecera.
De todas maneras, la situación plantea una enorme cantidad de interrogantes. Entre ellos, si Milei junta los votos suficientes para ganar en octubre, sin ballottage. Si Bullrich puede ser rescatada del naufragio por Carlos Melconian, su flamante vocero económico. Si Massa puede o no recuperar parte del voto peronista tradicional, especialmente en provincias en las que Unión por la Patria perdió con un Milei de inexistente presencia en esos distritos. Tampoco está claro qué sucede con millones de votantes que darán presente en octubre y no estuvieron hace tres semanas.
Las primeras encuestas
“Hoy la situación fue variando algo -señala Analía Del Franco, de Del Franco Consultores-, aunque dentro de la tendencia electoral que se vio el 13 de agosto. Milei en primer lugar, subiendo al 38 por ciento, si se hace una proyección de indecisos. Segundo Massa, 32 por ciento y Patricia Bullrich perdió bastante, queda en 22 por ciento. Habrá que ver el efecto de la entrada de Melconian a la oferta de Juntos por el Cambio (JxC). En la primera semana después de las PASO, el efecto fue impactante para gran parte de la población. Dividió aguas. A algunos les dio temor y otros se subieron al caballo ganador. Eso pasó incluso entre los que no fueron a votar, por lo cual ahora percibimos en nuestros trabajos que hay una gran predisposición a votar. En las PASO no fueron porque, según dicen ahora en la encuesta, no son vinculantes y el poco entusiasmo los llevó a no ir".
Raúl Timerman, de Grupo de Opinión, coincide en el diagnóstico. “Producida la sorpresa de que Milei salió primero en las PASO -algo que vimos en el seguimiento que hicimos con Shila Vilker en los últimos días antes del 13 de agosto-, el panorama sería el siguiente. Por un lado, se nota una caída en la intención de voto de Bullrich y un aumento de Milei de aproximadamente cinco puntos en cada caso. Milei estaría en alrededor de los 35 puntos, Patricia Bullrich estaría en alrededor de los 23 puntos y Sergio Massa se mantiene en torno a los 27 puntos. Eso se debe fundamentalmente porque hubo gente que no fue a votar, muy desesperanzada, y viendo la performance de Milei ahora dice que votaría por él. Otros que fueron votantes de Bullrich porque pensaban que Milei no superaba los 20 o 22 puntos y ahora se deciden por el candidato de La Libertad Avanza (LLA)”.
Respecto de este estado de situación, no hay disidencias entre los consultores. Todos sostienen que, un poco más o un poco menos, Milei subió, Massa también o se mantuvo y Bullrich bajó y quedó tercera. O sea, hoy por hoy, el ballottage sería Milei-Massa. La pregunta es: ¿qué panorama se abre?
Tres tercios, dos proyectos
Analizando lo que viene, Roberto Bacman, al frente del Centro de Estudios de Opinión Pública, sostiene que “si uno mira el resultado de las PASO, el escenario se ha dividido en tercios. Pero no debe perderse de vista un principio que define la estructura final de estos comicios: son tres los candidatos con chances de ganar esta elección, pero representan solo dos proyectos de país. Es lógico que la tendencia tienda a polarizarse entre dos de ellos, justamente aquellos que logren posicionarse de manera más efectiva en la representación de cada modelo. Sergio Massa, desde tal perspectiva posee un panorama más claro: no compite con nadie por ese espacio, llamémoslo nacional y popular. Según las primeras encuestas está logrando retener los votantes de Juan Grabois y se prepara para seducir a aquellos que no fueron a votar y que en su mayor parte son peronistas enojados o desilusionados con el actual gobierno.
En la vereda de enfrente, Milei está aprovechando el viento de cola que generó el resultado de las PASO. Hasta el momento es el que más creció y, como primero, apareció encabezando el modelo neoliberal. Bullrich es la que más problemas tiene. La dura interna que finalmente le ganó a Horacio Rodríguez Larreta, le terminó pasando factura y tiene gran dificultad de posicionamiento: no logra hasta el momento retener la totalidad de los votos de su oponente en la interna, su campaña se estancó y fue la que más se alejó de los tercios y quedó bastante relegada. Su equipo de trabajo fue consciente de esta realidad y relanzó la campaña, con la inclusión de Melconian. Busca darle más músculo a un discurso económico que no encontraba rumbo”.
Artemio López, de Equis, está de acuerdo en la polarización respecto de dos modelos. “Milei y Massa, son los dos candidatos que hoy tienen más chance de ingresar a segunda vuelta. Con lo cual, dada la estrechez de las diferencias entre candidatos, existe una consolidación de Milei como primera opción dentro del proyecto similar al de Bullrich. El otro proyecto es el que encarna Massa. Esas son las dos alternativas que parecen tener hoy más chances de ingresar a balotaje y el resultado de esta segunda vuelta es incierto”.
Nadie la tiene fácil
Lo que se percibe en los consultores es que hay distintos tonos. Algunos creen que Milei está en una posición ganadora porque hay decisión de cambio, sea como sea, sin importar las consecuencias. Otros creen que todo está por verse, que el panorama es difícil para Massa, pero abierto.
Eduardo Fidanza, de Poliarquía, pinta un panorama en el que prima la decisión de cambio, aunque advierte los obstáculos que plantea. “Sí, coincidimos en que, como no podría ser de otra manera, Milei se fortaleció. Y sus rivales enfrentan problemas y dilemas difíciles de resolver. Massa, porque pretende desmentir, con su dinámica hiperquinética, la realidad de una devastadora situación económica y el hecho de que el peronismo político empieza a dejarlo, más allá de las formalidades, librado a su suerte. Bullrich, por su parte, parece no poder resolver dos cuestiones. Primero, el síndrome de la manta corta: si va al centro descubre la derecha y si cuida su ala derecha pierde votos moderados. Segundo, no recibe el apoyo inequívoco de Mauricio Macri. Urge el tiempo para los rivales de Milei, mientras las tragedias sociales parecieran convencer a cada vez más gente de que es necesario un cambio rotundo y temerario de la situación del país. Para millones de argentinos, que sufren y están hartos, esto ya estalló, de modo que lo que venga no puede ser peor. Y si lo fuera, parece no importarles”.
Hugo Haime, de Haime y Asociados, tiene una mirada parecida, pero en un tono distinto. Y también ve los obstáculos. "Luego de una PASO prácticamente empatada, Milei toma impulso y cosecha votos de no votantes y de Cambiemos , creciendo desde su posición inicial. Bullrich no logra retener la totalidad del voto de Larreta y el suyo propio, crece en lo individual pero cae como fuerza política. El oficialismo retiene lo propio, y se ubica segundo. Hoy habría balotaje Milei-Massa, pero todo está en movimiento. Todos tienen chances de crecer. Milei por la ola triunfalista, Massa si logra recuperar votos propios, algunos que el peronismo perdió sobre todo en el interior hacia Milei y otros que directamente no fueron a votar. Bullrich con Melconian puede intentar recuperar votos con la postura de cambio razonable. Todos tienen riesgos también. Bullrich porque su perfil no es sólido y aun no encuentra el tono de campaña adecuado, Milei puede cometer el pecado del ya gané y Massa necesita estabilizar la economía y generar la sensación de que es la mejor alternativa para un país con problemas".
Faltan siete semanas, un tiempo que parece largo, pero que es corto. Una buena parte de los votantes resuelven en los últimos días -algo que se vio el 13 de agosto- y, sin embargo, las decisiones de campaña son urgentes: ahora es que hay que convencer a los propios para luego salir a conseguir a los que no están tan cerca.