El cine siempre se interesó por el periodismo y puso a sus mejores directores y estrellas a representar a trabajadoras y trabajadores de la prensa desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Desde Orson Welles, Billy Wilder, John Ford, Alfred Hitchcock, Federico Fellini, Akira Kurosawa, Glauber Rocha y Jean-Luc Godard hasta David Fincher, Wes Anderson, Michael Mann, Wim Wenders, George Clooney o Nanni Moretti, una vasta mayoría de los grandes realizadores puso el foco sobre el periodismo y los medios de comunicación.

El interés del séptimo arte por el oficio periodístico surgió de forma temprana. Ya en 1899, uno de los pioneros del cine de ficción, Georges Méliès, filmó una serie de cortometrajes sobre el caso Dreyfus e incluyó una pelea entre reporteros en los momentos previos al comienzo de una audiencia judicial. En ese poco más de un minuto que dura el cortometraje emerge una idea del periodismo ligado a la urgencia, el debate exaltado y la lucha por la opinión pública. De forma espejada a lo que sucedía en pantalla, cada función de la serie de Méliès causó revuelo entre los espectadores. Para terminar con las batallas que se generaban en las salas, los dueños de los cines decidieron dejar de proyectarla y hoy es considerada como una de las primeras películas políticas que sufrieron la censura.

En un recorrido por la historia del cine se observa que el oficio periodístico es presentado como una ocupación atractiva, que brinda la posibilidad de tener acceso directo a lugares, ambientes sociales y personajes infranqueables para el ciudadano común. Los reporteros se relacionan con historias atractivas, desenmascaran redes de corrupción, revelan intrigas políticas o económicas, y hacen arriesgadas crónicas de guerra y de catástrofes naturales. Ese trabajo los ubica en un lugar de privilegio en la lucha por la defensa de los derechos civiles y de la democracia. En ocasiones, son mostrados de forma heroica, con roles que se emparentan con los del detective y del abogado litigante.

Sin embargo, esas miradas reivindicativas conviven con representaciones muy críticas sobre el periodismo, que los muestran como personas cínicas y desencantadas, que explotan el costado sensacionalista o participan de operaciones de prensa y manipulan a la opinión pública, como se observa en filmes de la talla de El ciudadano (Orson Welles, 1941), El gran carnaval (Billy Wilder, 1951) o Network (SydneyLumet, 1976).

Sin abandonarse nunca esa coexistencia de puntos de vistas diversos y contradictorios, puede señalarse que en determinados momentos históricos tiene más fuerza la necesidad de representar el aspecto heroico del periodismo, mientras que, en otros, priman las miradas más duras o desencantadas. Por ejemplo, en la era muda prevalece la figura del periodista como detective, como en el serial Fantômas (Louis Feuillade, 1913-1914) o Let ‘Er GoGallegher (Elmer Clifton, 1928). En los primeros talkies, y hasta los años previos a la II Guerra Mundial, hay un auge -especialmente en las comedias- de los roles femeninos fuertes, con obras paradigmáticas como Ayuno de amor (Howard Hawks, 1940) o La mujer del año (George Stevens, 1941). Ya con el ingreso de Estados Unidos al conflicto bélico, predominan los corresponsales de guerra y defensores de la verdad, que muchas veces no dudan en agarrarse a piñas con los nazis. En los años cincuenta, con el surgimiento de la televisión, abundan las figuras ligadas a la manipulación de masas. En los setenta, con Todos los hombres del presidente (Alan Pakula, 1976), los periodistas destapan conspiraciones políticas y casos de corrupción. Más cerca, con la irrupción de Donald Trump en la política norteamericana, vuelven a aparecer los personajes periodísticos heroicos, como The Post (Steven Spielberg, 2017) o Spotlight (Tom McCarthy, 2015), la cual se alzó con el Oscar a la mejor película.

En el caso argentino, también muchos de los mejores cineastas y las grandes estrellas llevaron al periodismo a la pantalla grande. En 1942, se estrenó Cenizas al viento, de Luis Saslavsky, con un elenco que incluía a Berta Singerman, Luis Arata, Olinda Bozán y Pedro López Lagar. Dos años más tarde, dos de los actores más taquilleros de la historia del cine argentino, Luis Sandrini y Hugo del Carril, encarnaron a hombres de prensa en Los dos rivales, de Luis Bayón Herrera. Con Los tallos amargos (1956), Fernando Ayala logró un policial notable sobre un reportero desencantado con su oficio. También abordaron el tema desde Rodolfo Kuhn en Pajarito Gómez (1965) hasta Alejandro Agresti con El amor es una mujer gorda (1987), Adolfo Aristarain en La ley de la frontera (1995) y Juan José Campanella en El mismo amor, la misma lluvia (2000). Y sucede lo mismo con las actuaciones, ya que Ricardo Darín, Mercedes Morán, Daniel Fanego, Gastón Pauls, Luis Brandoni, Carlos Belloso, Guillermo Francella, Ángel Magaña, Nelly Lainez y hasta Mirta Legrand interpretaron a periodistas.

Desde esa obra temprana de Méliès hasta películas estrenadas de forma reciente, como El estrangulador de Boston (Matt Ruskin, 2023) o la argentina Doble discurso (Hernán Guerschuny, 2023), en nuestro sitio web www.periodistasenelcine.com incorporamos más de tres mil películas sobre la prensa y los medios de comunicación, que provienen de las cinematografías más diversas. Para quienes ejercen el periodismo, o lo estudian, o quieren comprenderlo, cada una de estas obras es una oportunidad para abordar distintas aristas del oficio y profundizar en el conocimiento de sus reglas y criterios, las grandes hazañas, la connivencia de ciertos medios con los sectores de poder (o cómo se constituyeron muchas veces en sectores de poder), los límites internos y externos y las épicas cotidianas a lo largo de una historia de representaciones que ya se acerca a los 125 años.

*Periodistas, licenciados en Comunicación de la UBA y creadores del sitio www.periodistasenelcine.com