La exministra de Economía Felisa Miceli cuestionó este lunes la devaluación realizada por el Gobierno después de las PASO y aseguró que fue una medida que no tuvo “nada positivo”.

La devaluación tuvo más repercusiones negativas que positivas. Es una devaluación que no mejoró. No se vio un impacto muy grande en un alza de las exportaciones. No se ganó la competitividad tan buscada”, advirtió en diálogo con AM750.

En cambio, dijo que hubo un “pasaje a precios rapidísimo”. “La semana siguiente las remarcaciones se hicieron muy rápidos. No hubo tiempo para acomodar la competitividad”, describió.

La exministra de Economía remarcó que “significó una nueva escala en el orden de precios". "Eso no es bueno para la economía. No cerró la brecha, que siguió siendo el 100% y se fue a precios”, resaltó.

De esta manera, en tono crítico, concluyó sobre la suba del dólar oficial: “Me parece que no hubo nada positivo en la devaluación. No sirvió. Y desbarató un poco la cadena de valor que tiene que ver con al entrega de mercaderías”.

Dólar e importaciones

Por otro lado, Miceli explicó el estado de las importaciones en Argentina y marcó con preocupación la deuda que tiene el Banco Central con aquellas empresas que, desde finales de 2021, se vienen financiando la compra de materiales del exterior.

“Para importar en Argentina hay que hacer un trámite que se llama SIRA. Que es ingresar en un sistema de información de importaciones y las empresas que tienen que importar se anotan ahí. Desde el que quiere importar un auto de lujo hasta el que necesita el insumo más preciado para su fábrica”, expuso.

A lo que añadió: “El Gobierno, por prioridad, va descartando a aquellos rubros de lujo o necesarios o artículos terminados. Establece siempre la prioridad de lo que es el insumo, los fletes. Para que una mercadería que va a generar otros bienes y entrar en proceso de producción, llegue los más rápido posible”.

Miceli dijo que lo que pasó estos años que es “se empezaron a acumular estos pedidos de importación” por la falta de divisas. Por eso “el Gobierno les autorizó a los importadores a pagar todo lo que sus propias importaciones y que en 180 días se lo devolvía”.

“Pero, como siempre ocurre, a los 180 días las pymes no recibieron lo que tenían que recibir. Así que hoy el Banco Central tiene una deuda con estos importadores que adelantaron divisas desde findes del 2021, por un poquito más de 20 mil millones de dólares. Es una suma muy alta para la economía Argentina”, advirtió.

Por eso, explicó, en el acuerdo con el FMI que firma Massa, aparece como prioridad reducir al mínimo todas las autorizaciones de importación.

“Pero como además de haberla pagado con sus propios fondos, las pymes siguieron solicitando permisos para las cosas necesarios, y acumularon unos 800 millones de dólares en este mes de pedidos de importación no autorizados, cuando entró la plata del Fondo el Gobierno empezó a evaluar la posibilidad, no de empezar a devolver, sino de empezar a autorizar las SIRA que estaban solicitadas”, añadió a este escenario.

Y finalizó: “Eso anunció Massa el 2 de septiembre. Iban a empezar a dejar que se autoricen las importaciones y pagarlas sin que adelanten los fondos los propios empresarios”.