Un patrullero de la Policía de la Ciudad que según los testigos circulaba sin la sirena prendida, de contramano y a gran velocidad atropelló y mató a una mujer de 61 años. El hecho se produjo en la esquina de Federico Lacroze y Zapata, a metros de la avenida Cabildo, en el barrio de Colegiales, cuando el móvil policial respondía a un llamado del 911. El hecho se produjo una semana después de que una camioneta de Gendarmería Nacional, durante una persecución, cruzara un semáforo en rojo y atropellara a seis personas, dos de ellas menores de edad, en el partido de San Miguel. 

A las 10.15, en hora pico de tránsito, el patrullero de la comisaría 31 se dirigía al centro de estética ubicado en Lacroze 2342, que había llamado para denunciar la posible comisión de un delito. El comisario a cargo de la seccional a la que pertenece la patrulla, Claudio Pezzati, explicó que “debido al tránsito”, el móvil que había doblado desde Cramer hacia Lacroze, en dirección a Cabildo, y que estaba a cien metros del lugar del llamado, “intentó esquivar los autos por el lado izquierdo” y embistió a la mujer, identificada como Noemí Graciela Vera, que cruzaba la avenida, a pocos metros de Zapata.

A esa altura, Lacroze es doble mano y el lado izquierdo que señaló el comisario es la contramano de la avenida, sobre la que quedó la patrulla tras colisionar primero con un automóvil Chevrolet Corsa, que a su vez chocó contra un utilitario Renault Kangoo, al tratar de evitar embestir a la mujer, sin lograrlo.

Tras el choque, los testigos dijeron que el patrullero no tenía la sirena encendida y venía a gran velocidad al arrollar a la mujer, quien murió en el lugar tras los intentos de auxilio que le prestó una estudiante de medicina que pasaba por el lugar. En tanto, la conductora del Corsa fue sacada por paramédicos y, tras colocarle un cuello ortopédico, trasladada a un hospital cercano.

Pezzati dijo a la prensa que el modo en que circulaba el patrullero será objeto de una “investigación judicial y administrativa”, pero aclaró que “aparentemente venía con las balizas” y que los móviles no pueden infligir las normas. Los peritajes quedaron a cargo de Gendarmería Nacional por orden judicial ya que en el hecho está involucrado un patrullero de la policía porteña, mientras la causa quedó en manos del Juzgado Criminal y Correccional N° 31, de Marcelo Conlazo Zavalía.