La decisión del gobierno de Estados Unidos de aplicar un arancel a la importación de biodiésel argentino pondrá en riesgo unos 6000 empleos que dependen de esa actividad. Así lo estimó Luis Contigiani, ministro de Producción de Santa Fe, provincia que aporta el 80 por ciento de la producción nacional de ese biocombustible. El Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió anteayer aplicar aranceles de entre 50,3 y 64,1 por ciento y con carácter retroactivo a mayo para el ingreso de biodiésel argentino. En el sector consideran que tal nivel de aranceles equivale a una prohibición, debido a que “no van a hacerse operaciones con estas tasas”. El gobierno nacional mantuvo un llamativo silencio sobre el tema.

La medida unilateral de la administración Trump se conoce luego de que el gobierno de Cambiemos aceptará por primera vez, luego de 25 años de veda por cuestiones sanitarias, el ingreso de cerdo para compensar la apertura del mercado estadounidense a limones tucumanos. La Argentina ahora podrá exportar 50 millones de dólares anuales en cítricos pero se perderá más de 1250 millones en biodiésel. El presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, aseguró que la medida generará un impacto considerable, con paralización de plantas.

“La diplomacia comercial de Estados Unidos nos hizo más o menos esperar 15 a 20 años para autorizar la exportación de limones desde la Argentina. Todavía no hemos llegado. Nosotros en un día le regalamos el mercado porcino con un riesgo sanitario enorme. Una diplomacia tardó quince años, la nuestra solo un día. Así no se maneja”, insistió Contigiani. “Estamos muy preocupados. Hay una importante cantidad de trabajadores involucrados, entre directos e indirectos, 6000 personas, donde el 80 por ciento también se concentra en el Gran Rosario, en su corredor portuario”, señaló.

“Hoy nos encontramos en Santa Fe con dos situaciones muy complicadas: la de los porcinos es un riesgo enorme desde el punto de vista comercial y económico para nuestros productores porcinos, y, además, sanitario. Y ahora nos encontramos con una medida que va a frenar fuertemente una industria que viene creciendo en los últimos años y que va a afectar en forma directa la producción y el empleo”, insistió Contigiani, quien reclamó al Gobierno una reacción “mucho más contundente” ante los Estados Unidos y consideró necesario que se lleve a cabo una negociación como “bloque comercial y regional”.

El presidente de Carbio sostuvo que con esta medida “no sólo se complica la mano de obra sino una cadena económica muy importante como la de la soja, por lo que el efecto va a ser reprimarizar las exportaciones y parar las plantas de biodiésel”. Zubizarreta aseguró que la Argentina no produce biodiésel con subsidios “ni hace trampa o dumping”. “No tiene ninguna lógica económica y constituye un muro infranqueable para las exportaciones. Más allá de la buena relación que podamos desarrollar con Estados Unidos, tenemos la razón y, aunque aún no recibimos el detalle de cómo surge el número (del porcentaje de arancel), no tiene ninguna lógica económica”, insistió el titular de la cámara. 

“Lo más probable es que como los mismos productores de biodiésel son los que producen aceite de soja, tendrán que retroceder algo en el proceso productivo y vender aceite”, adelantó el especialista en comercio exterior Marcelo Elizondo. “Revertir esta situación con los Estados Unidos requerirá pericia técnica y al menos dos años de espera”, advirtió.