"Éramos guachos que nos juntábamos a tomar mate y tocar, a sacar temas de una banda que nos copaba", rememora Paio Piñeyro, uno de los guitarristas de Milongas Extremas, el grupo uruguayo que presentará su show El grito y la voz este jueves 7/9 en Niceto Club. Arrancaron versionando a Zitarrosa y Extremoduro, así de amplio el panorama. Del primero tomaron la herencia del criollismo y el ritmo de la milonga -que, si cabe, en Uruguay es aún más vertiginoso que en Argentina-. Y de los españoles, el espíritu punk.
Cuando empezaron a tocar en público no hubo vuelta atrás. Varios pusieron en pausa sus proyectos paralelos, porque las fechas aparecían una tras otra y las buenas noticias también. En 15 años hicieron giras por España, Brasil y Argentina, y se dieron el gusto de ser banda soporte cuando Extremoduro visitó Uruguay, y hasta grabaron con ellos en Bilbao. "Nos agitaron para hacer nuestras propias canciones, asado de por medio", confiesa Paio. En Uruguay compartieron fechas con La Vela Puerca, con No Te Va a Gustar, y llegaron al Sodre, el teatro más grande de su país.
"Ahora festejamos los 15 años del primer ensayo, ¡pasó de todo! El grupo nació para experimentar con el formato de cuarteto de guitarras criollas. Venimos del palo del rock and roll, todos veníamos de otras bandas, era como un juego. Yo tocaba en 4 Pesos de Propina. Empezamos a coparnos, un montón de gente empezó a ir a los toques y todo creció bastante rápido", cuenta Paio.
Milongas Extremas es un caso raro dentro del género. ¿Punk-rockers haciendo milongas? ¿Un cuarteto de guitarras sin un sonido tradicional? En Uruguay, donde el tango todavía avanza lentamente en su renovación, ellos llenan sus salas de pibes, a veces por sus versiones del grupo español, pero mucho más por su energía para tocar. "No es lo mismo componer hoy que hace 50 años, que pasaban otras cosas. Al mismo tiempo, el sonido cambió, pero así todo hay grupos que eligen el sonido viejo y van por ese lugar. Tengo muchos amigos y grupos que admiro que defienden esa raíz del tango y la milonga vieja", reflexiona Paio mientras habla con el NO.
"Nuestro sonido en vivo es más trabajado y disfrutado, con el que hicimos más camino. Tocamos mucho porque el nuestro es un formato fácil para cualquier escenario, y en lo personal creo que reinventamos el sonido del cuarteto de guitarras porque usamos mucho lo eléctrico, hacemos un sonido un poco tapadito que viene más del palo del rock and roll. La gente que se nos acerca dice que no puede creer que cuatro guitarras suenen así. ¡A veces se arma pogo!", explica entusiasmado. Aunque llevar todo eso a estudios, reconoce, es re difícil: "Estamos en proceso de trillarlo bastante".
- ¿Qué público les acercó laburar los temas de Extremoduro? ¿Cómo es esa relación?
- Estamos en distintos procesos. En Montevideo pasó de todo. Al comienzo nos veían seguidores de Extremoduro y teníamos fechas picantes, con rockeros punkies. Eso fue creciendo, el público fue aumentando y hoy hay de todo. Depende mucho del lugar: en teatros grandes de Montevideo van el padre, la madre, el hijo y el abuelo; varias generaciones, y es increíble. Porque en el teatro vas a la silla y la camperita en las piernas. Se arma agite, pero no tanto. En octubre vamos a estar en La Trastienda (de Montevideo) y los invitados serán más referentes rockeros. Ahí se va a armar pogo y será un público más joven. Es muy loco para un cuarteto de guitarras llevar un público más joven. En general antes arriba y abajo del escenario había gente más bien mayor. Pero hay jóvenes dándole a la guitarra y escuchándolo.
- ¿Y cómo empezaron a componer música propia?
- Somos un grupo de cinco y las canciones las hacemos todos, individual o grupalmente. A veces todos juntos, tipo taller. Fueron los Extremoduro que medio que nos mojaron la oreja. Tocaron en el Teatro de Verano en Montevideo, y en su tono medio vasco dijeron "eh, queremos canciones de uds". Nos invitaron a ser teloneros, algo que no hacen nunca, pero con la condición de hacer sólo temas nuestros. Nos obligaron a ponernos a escribir. A veces le querés escribir a algo... y sale otra cosa. Cada disco fue por distintos lugares. Y las canciones salen a veces sin saber de qué querés hablar. Sale la vida: lo social, lo político, la vida, el amor, enojos y alegrías.
