De la noche a la mañana, se ha vuelto viral en TikTok una película de terror de la década del 80 que, acorde a incontables personas, es una joya olvidada que merece rescate y ponderación. Cientos de millones de visionados acumulan los clips que hablan de Zepotha, el clásico de culto en cuestión, con fans elogiando sus tantas virtudes; tantas, de hecho, que no se explica cómo la memoria colectiva la ha pasado por alto, a diferencia de otras perdurables cintas de época; Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Poltergeist, La cosa, Evil Dead, Cementerio de animales, por poner tan solo algunos populares ejemplos.
“¡Se acabó lo que se daba!”, parece decir el joven séquito de seguidoras y seguidores de la infravalorada Zepotha, una comunidad ciertamente devota que lleva un par de semanas recordando tal o cual escena sangrienta de la peli; disfrazándose como sus personajes principales; recreando -vía tutoriales- el maquillaje de las protagonistas; creando filtros inspirados en la cinta; mostrando VHS y pósters originales del año de estreno, 1987; montado sus propios trailers a partir de escenas recuperadas; pergeñando delirantes teorías sobre la anhelada, demorada secuela; escribiendo fanfictions con escenas alternativas… A la vista está que sobra entusiasmo, aunque algo importante ande faltando: ni más ni menos que la propia película.
Si ha permanecido tan oculta es porque no hay nada que ver, ni siquiera un viejo y polvoriento guión otrora abandonado en el cajón de una productora: Zepotha no existe, jamás ha existido. Se trata de una mojada de oreja colectiva a la que se han subido muchísimas personas, prontas a crear la parafernalia previamente descripta para engañar a otros tantos. Ojo, lo que sí tiene la cinta imaginaria es una autora intelectual: una muchacha inglesa llamada Emily Jeffri. “¿Y si inventamos un film falso de terror de los 80s y empezamos a dejar comentarios por doquier, del tipo: ‘¡Sos igualita a esa chica de Zepotha!’? Quizá podríamos convencer a miles de personas de que ese film realmente existe…”, propuso la chica de 18 años, con residencia en Oxford, en la mentada red social el pasado 12 de agosto.
Y aunque la ocurrencia podría haber sido un fiasco colosal, el plan prosperó a máxima velocidad: por esos misterios de la viralidad, en solo tres días, el hashtag #zepotha superaba las 100 millones de visitas. Para dar forma a esta suerte de naciente leyenda urbana un montón de personas aportaron su granito de arena; también empresas como Netflix que, viendo cómo crecía el fenómeno, no pudo menos que colgarse de la tendencia, tuiteando esa primera semana: “Eleven, de Stranger Things, ¿no les recuerda un poco a Jane, de Zepotha?”.
Entonces, dicho está, abundan actualmente los filtros en redes sobre la cinta, los presuntos montajes, las portadas de VHS imaginarias; como si el film hubiera existido y, de pronto, como quien no quiere la cosa, reaparece en el recuerdo tras haberse desvanecido por décadas. Sobran, además, los aplausos a la despierta mente maestra detrás de la joda masiva, la mencionada Emily, que pudo sacarle bastante rédito a lo que acabó siendo una maniobra promocional súper efectiva.
Porque resulta que, en el TikTok primero, donde ella sugería echar a correr la mentira, había una musiquita de fondo, sobre la que alguna gente acotó: “Ese tema parece salido de la banda sonora de un film de terror de los 80s”. ¡Cuánta casualidad!, ¡qué manera de dar en la tecla! La canción, titulada Do You Remember Me, era obra de la chica Jeffri, adelanto de un álbum de su autoría que ha dado en bautizar… Soundtrack for an 80’s Horror Movie. Aprovechando el hype, la joven artista tardó un pispás en lanzar el LP, presentando al mundo un cancionero electrónico al cabo de unos días, de 11 tracks, incluidas ciertas composiciones “temáticas” como Sex With Your Ghost, I Miss My Sandman y End Credits.
“Bien jugado, Emily Jeffri, genio del marketing”, ha sido el comentario de medios de distintas latitudes, reconociendo cómo la muchacha encontró un modo la mar de efectivo de difundir globalmente su disco debut, sin invertir ni medio centavo. Otros, empero, aclararon que su treta no fue del todo novedosa; le enrostran a la cantante y compositora que haya plagiado la jugarreta de un fenómeno calcado, que ocurrió el año pasado, cuando internautas “rescataron” vía Tumblr una trepidante película del ’73 de Martin Scorsese, que… tampoco existía. Hablamos de la (inventada) Goncharov, sobre un asesino a sueldo que intenta en vano abandonar el crimen organizado ruso, supuestamente protagonizada por Robert De Niro. En ese momento, hasta el propio realizador abonó al chiste, diciendo que había hecho ese film “hace añares”, mientras prosperaban los afiches de mentirillas, clips y hasta reseñas de la comunidad cinéfila.
Volviendo a Zepotha, ya hay voces preguntándose si tarde o temprano alguna productora aprovechará el mito creciente para largarse a rodar el largometraje. Mientras algunas personas siguen pisando el palito creyendo que ya existe gracias a otros tantos que sigue engordando la leyenda, la chica Jeffri se ha vuelto a anticipar con un movimiento que (también) le ha valido críticas. Ha lanzado un concurso de cortometrajes, prometiendo 500 libras esterlinas a la obra ganadora. Es decir, quien haga la mejor versión de una película que, de momento, es puro título. “¿Sabés lo que cuesta hacer un corto? 500 mangos no es nada por meses de laburo”, le han espetado algunas voces, a lo que la inglesita replicó que -salvo que su carrera de un batacazo- no puede permitirse más siendo, como es, “una joven artista independiente”.