La monja 2      4 puntos

The Nun II, Estados Unidos, 2023

Dirección: Michael Chaves

Guión: Ian Goldberg, Richard Naing y Akela Cooper

Duración: 110 minutos

Intérpretes: Taissa Farmiga, Jonas Bloquet, Strorm Reid, Anna Popplewell, Bonnie Aarons, Katelyn Rose Downey, Suzanne Bertish.

Estreno: Disponible en salas.

El universo de El conjuro puede pensarse como una réplica de la pirámide social, con clases bien marcadas. Por un lado, las tres películas de la saga madre ocuparían la clase alta, disfrutando de la abundancia de recursos estéticos y económicos. En especial la primera, que en 2013 causó impacto en un género como el terror, con tendencia a volverse conservador. Pero sus siguientes episodios de 2016 y 2021 ya daban muestras de haber empezado a rodar hacia la clase media, aunque con ciertas aspiraciones que todavía le permitían mantener las apariencias. En cambio, los desprendimientos laterales de las sagas Anabelle y La monja ya fueron concebidas como meros productos de explotación, más cercanos al lumpen del género, condenados a la pobreza de ideas y a recibir las sobras que la saga central va dejando en el camino.

La monja 2 no es más que eso: un producto fácil de hacer y de consumo rápido, siempre y cuando el que paga la entrada vaya dispuesto a encontrarse con más de lo mismo. Un proceso creativo que se limita al procedimiento mecánico de cortar y pegar, que cada año da como resultado varias decenas de películas con diablos y exorcismos de fondo, en las que el uso de los efectos especiales y el diseño de arte son intercambiables, y la narrativa replica una y otra vez el mismo arco dramático. Una receta magistral que este año cumple medio siglo de vida, con la conmemoración del 50° aniversario del estreno de El exorcista, clásico que volverá a tener una secuela.

Desde que la película de William Friedkin, fallecido hace pocos meses, revolucionó el cine con su fórmula de terror religioso, nada cambió en el mundo de las posesiones. Medio siglo después, todos los poseídos parecen una copia de Regan, la nena interpretada por Linda Blair, y el origen del mal casi no tiene variaciones. La monja 2 es una máquina de recaer en esos moldes. Y otros, igual de fotocopiados. De hecho, la película arranca con el efectivo recurso de “la pelota que vuelve”, patentado por Peter Medak en Al final de la escalera (1980), que ya fue usado incluso por al menos otras dos películas dentro del universo de El conjuro. Como se ve, de nuevo poquito y nada.

Así y todo es posible reconocer en La monja 2, aunque en franca minoría, algunas secuencias ingeniosas, visualmente efectivas. En especial una realizada con revistas animadas, que aporta algo de originalidad. El problema es que se trata de aciertos encapsulados en su propio atractivo, aislados dentro de una trama perezosa que se conforma con alcanzar el objetivo de ser apenas otra réplica eficiente. Una película realizada en modo “día de la marmota”, por una industria del cine que no tiene empacho en reproducir una y otra vez la misma fórmula, con el único fin del ¡clinc, caja!.