El director del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, evitó este miércoles pronunciarse sobre el proyecto de dolarización que impulsa el candidato presidencial Javier Milei. “Ellos tienen un plan que están trabajando todavía y yo no me adelantaría en la discusión. Es algo que toma su tiempo. Ellos han hablado de que esto no se haría al día siguiente si es que ganan la elección. Y es algo además que requiere mucho apoyo político que van a tener que buscar”, aseguró el burócrata el ser consultado sobre el tema en una entrevista que le concedió a El País de Madrid.
Lo que sí buscó dejar en claro Valdés, es que aún con una economía dolarizada Argentina deberá continuar con el ajuste. “Los países dolarizados, por ejemplo, para que funcionen bien requieren ciertas condiciones. Y algo muy importante para nosotros es que lo que uno haga en el mundo monetario cambiario no sustituye lo que es necesario hacer en el mundo fiscal”, remarcó. Luego agregó que la parte fiscal “requiere un esfuerzo enorme de los países y siempre uno entiende que el corto plazo y el largo plazo están en tensión. Pero aquí no hay sustituto para lo fiscal. Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas y dolarizar o no dolarizar no sustituye esa tarea”.
También se esforzó por dejar en claro que si Argentina se embarca en el proyecto dolarizador de Milei igual deberá seguir rindiendo cuentas ante el Fondo. “El programa del señor Milei implica la dolarización y eso no implica no tener un programa [con el FMI]. Tenemos uno con Ecuador, que es un país dolarizado, y el último fue muy exitoso”, sostuvo.
“Para nosotros es central reconocer la forma que organiza un país su política monetaria, su política cambiaria, temas que son de plena soberanía. Lo que sí nos interesa es que estén las bases macroeconómicas para que esos sistemas funcionen en el largo plazo y que cuando haya cambios la transición mantenga la estabilidad”, insistió Valdez, dejando en claro que, al menos por ahora, el organismo multilateral prefiere no fijar posición sobre el proyecto de Milei, lo que de algún modo puede ser interpretado como una luz verde para que pueda avanzar.
Valdez asumió el 1 de mayo de este año como director del Hemisferio Occidental del FMI, en reemplazo del brasileño Ilan Goldfajn, quien dejó el alto cargo en el FMI para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este economista chileno, exmilitante del Partido Por la Democracia (PPD), de centroizquierda, es Doctor en Economía del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Ejerció como presidente del Banco Estado chileno entre 2014 y 2015, hasta que asumió como ministro de Hacienda en el segundo mandato de Bachelet.
Bajo su órbita tiene ahora 31 países, entre los que figuran Canadá, Estados Unidos y los de América Latina y el Caribe, pero como viene pasando con estos burócratas su suerte en el cargo suele depender de los resultados que pueda mostrar en la negociación con Argentina que desde 2018 es su principal deudor.
Pese a todos sus pergaminos, hasta ahora ha venido teniendo dificultades con Argentina. De hecho, desde el Ministerio de Economía dejaron trascender que la última negociación estuvo a punto de naufragar porque Valdés presionó para que Argentina subiera el tipo de cambio oficial un 100 por ciento, lo que hubiera introducido al país en una crisis hiperinflacionaria sin escalas. El gobierno argentino rechazó esa propuesta y el cierre del acuerdo se demoró varios meses hasta que finalmente se acordó que subiese el dólar oficial un 22 por ciento, que fue lo que ocurrió el lunes luego de las PASO. Habrá que esperar unos meses para ver qué pide la próxima vez que haya que sentarse a negociar.