La era mesozoica vio surcar por los aires a los pterosaurios, los reptiles alados que convivieron con los dinosaurios durante millones de años. Sin embargo, a pesar de haber dominado la tierra durante mucho tiempo, poco se sabía del origen evolutivo de estos seres. Pero gracias a un descubrimiento de científicos del Conicet, en un trabajo hermanado con investigadores de Brasil y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), se halló al Venetoraptor Gassenae, una nueva especie que responde a varias interrogantes sobre la procedencia de los pterosaurios.
Luego de ser convocados por el equipo de investigación de Rodrigo Müller en Brasil, el científico argentino Martín Ezcurra analizó los restos y detalló en diálogo con Página 12: “Viendo la anatomía que tenía este nuevo ejemplar, y que pertenecía a un lagarpétido, nos dimos cuenta de la importancia científica que tenía. Porque los lagarpetidos son conocidos por restos poco abundantes e incompletos, y este animal, este nuevo ejemplar, estaba muy bien preservado, por lo que proveía información novedosa. Y por otro lado, tenía características únicas realmente inesperadas”.
Entre los rasgos distintivos de este prehistórico reptil se encuentra “la punta del hocico que es similar a un águila actual”. Lo cual, según Ezcurra, es “una anatomía completamente inesperada para un animal de esa época”. Además, el Venetoraptor Gassenae poseía “manos muy alargadas con garras” que se utilizaban para la manipulación de alimentos y trepar árboles.
“Todas las características del Venetoraptor nos muestran que los precursores de los pterosaurios eran mucho más diversos de lo que se pensaba, y bueno justamente esta es una de las principales novedades del trabajo que publicamos”, puntualizó el investigador, que publicó un artículo al respecto en la prestigiosa revista científica Nature”.
Con diez años de datos acumulados a lo largo de las investigaciones paleontológicas que realizó Ezcurra con su equipo, el científico explicó: “Llegamos a un punto en donde necesitábamos los recursos de una supercomputadora para poder realizar los análisis en tiempos relativamente cortos, es por ello que pedimos acceso a la gente del Centro de Computación de Alto Desempeño (CCAD) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)”.
Nicolas Wolovick es director del CCAD y detalló el papel de la computación en la investigación de Ezcurra. “En este caso no son análisis de datos, sino que es utilizar cálculos para obtener datos nuevos. Es la necesidad de calcular cosas y ver que dichas cosas validen la hipótesis que estás teniendo”, añadió en diálogo con el Suplemento Universidad de Página 12.
El CCAD es uno de los centros de alto desempeño más grandes de Argentina, y la filosofía de la UNC es que cualquier investigador tenga acceso porque, para Wolovick, “la computación tiene ese rol darle una posibilidad a un país del sur global en poder desarrollar ciencia de primera línea”.
“La ley es que no le decimos que no a nadie. Cada necesidad de cómputo la tratamos de atender porque a priori no podemos decir que alguien, porque no tenga 200 papers, no va a tener algo interesante. Justamente, lo que nosotros pensamos, es que esto es una herramienta que va a cambiar la forma de hacer las ciencias. Ya está cambiando la forma de investigar y tenemos que hablarles a las generaciones jóvenes”, sumó.
Para el director del CCAD, lo más importante “no fue que Martín Ezcurra haya necesitado mucho cómputo, sino que lo necesitó. Simplemente le dimos lo que precisaba, no fue complejo ni en cantidad de cómputo ni en el tipo de cálculo que se hizo”.
“Es un programa estándar. Pero él no podía resolver esa problemática y nosotros sí, porque ya habíamos trabajado con gente de ciencias biológicas acá de la UNC, entonces teníamos experiencias”, recapituló.
Wolovick insistió con que todavía “muchos chicos y chicas no tienen la posibilidad de saber las cosas que se hacen con una computadora” y puntualizó que “la computación ya es una herramienta que trasciende cualquier otra ciencia porque infinitas cosas ya se hacen con ella. Hay muchísimos datos para procesar y que nos pueden ayudar a desarrollar investigaciones”.
Por su parte, Ezcurra consideró que “la integración de la información que poseemos en el noroeste argentino y en el sur de Brasil sobre los precursores tanto de dinosaurios como pterosaurios es esencial para generar un conocimiento más amplio”.
Y en ese sentido agregó: “si no se realiza este tipo de investigaciones en conjunto entre colegas de diferentes países se está perdiendo mucha información. Así que por un lado, el trabajo en conjunto con los colegas brasileños y de Estados Unidos, y por otro lado, la ayuda de investigadores de otras ramas como son en este caso de las ciencias de la computación y la disponibilidad de usar de supercomputadoras, es lo que pudo permitir llegar a este trabajo y a las conclusiones que se llegaron”.