Los Reactores Modulares Pequeños (SMR, por sus siglas en inglés) son aquellos que cuentan con una potencia de hasta 300 MW(e) por unidad. Una de sus características principales es que pueden fabricarse en pequeñas instalaciones y llevarse como módulos al sitio donde serán utilizados, lo que los convierte en un paradigma escalable para la energía nuclear

Resultan sumamente aptos para zonas aisladas y para el abastecimiento de parques industriales con alto consumo de energía. Además, pueden ser utilizados para la desalinización de agua de mar. En la actualidad, hay más de ochenta diseños en desarrollo que corresponden a dieciocho naciones, pero existen desde hace casi cincuenta años y Argentina es una de las pioneras desde la década de 1980.

Hecho en Argentina

A principios de los 80, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) realizó el diseño de un reactor nuclear de potencia. La idea era que operara totalmente por convección natural. Sin embargo, esta tecnología llevaba a que el reactor solo pudiera generar una muy baja potencia para los estándares de la época. Pero una de las ventajas era que los márgenes de seguridad eran muy superiores a los reactores convencionales, debido a que su diseño incluía los generadores de vapor dentro del recipiente de presión, lo que evitaba las bombas de refrigeración y era auto presurizado. De esta manera, nacía el concepto Carem.

Hacia 2001 el proyecto registraba la consolidación de la ingeniería conceptual y básica. Sin embargo, producto de la crisis económica, el proyecto sería abandonado hasta la presidencia de Néstor Kirchner y el lanzamiento del Plan Nuclear, que incluía, entre otros proyectos, la recuperación de las capacidades tecnológicas y de gestión del Proyecto Carem-25. En 2009 se inició la construcción del edificio para el simulador de la sala de control en el Centro Atómico Bariloche y en enero de 2014 se inició la obra civil. Además, la CNEA traspasó a la Gerencia de Combustibles Nucleares del Centro Atómico Constituyentes y a la empresa mixta Conuar S.A. el desarrollo de los combustibles para el reactor.

El Carem-25 fue el primer reactor nuclear de potencia diseñado y construido totalmente en Argentina, situación que coloca al país a la vanguardia en el mercado de los SMR. Entre los parámetros técnicos del Carem-25 se destacan una potencia instalada que permitiría abastecer a una población de 90.000 habitantes. Utiliza un combustible de uranio enriquecido y agua liviana como moderador y refrigerante; tiene una vida útil de 40 años; además de ser un sistema seguro. Por último, el 70 por ciento de los materiales, componentes y servicios son provistos por empresas locales.

Carem comercial

Al mismo tiempo de la construcción del prototipo del Carem-25, la CNEA está desarrollando el diseño del Carem Comercial. Un criterio es aumentar la potencia de cada módulo a 120 MWe para hacer uso de la economía de escala relacionada con el tamaño.

Otro criterio es analizar la posibilidad de tener sistemas en común para disminuir el costo total del MWe generado. En este sentido, se está pensando en un mercado que proyecta tener, en los próximos veinte años, hasta 300 de estos nuevos reactores. Abarcar al menos el 10 por ciento de dicho mercado sería una oportunidad importante para el país.

Argentina es uno de los 32 países del mundo que incluye la energía nuclear en su matriz energética y forma parte del selecto grupo que domina el ciclo completo del combustible nuclear. La generación de energía nuclear desempeña un papel fundamental en la transición energética, ya que es una fuente de baja emisión de gases de efecto invernadero, asequible, confiable y sostenible, lo que permite que el país cumpla con los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas.

En resumen, el Carem-25 posicionará a la Argentina en los primeros puestos del mercado internacional de reactores nucleares de baja y mediana potencia. Será, además, el primer reactor de potencia diseñado y construido en el hemisferio sur.

De esta manera, a casi cincuenta años de la concepción inicial del proyecto y luego de muchas interrupciones, el reactor se halla en la recta final de su construcción. Su puesta en marcha significará un paso más en la historia del sector nuclear argentino y consolidará al país como uno de los líderes mundiales en el uso pacífico de la energía nuclear.

* Investigador de la Dirección de Gestión del Conocimiento, Investigaciones y Publicaciones (DGCIP) del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP).