La Cámara Federal de Mar del Plata confirmó los procesamientos de los siete policías, un médico y un funcionario municipal que encubrieron los vuelos de la muerte durante la última dictadura. El exjuez Carlos Facio, que hizo caso omiso al pedido de Nora Cortiñas y otras dos Madres de Plaza de Mayo para identificar los cuerpos que habían aparecido en la costa, apeló tarde el procesamiento que le había dictado el juez federal Martín Bava, por lo que el tribunal de apelaciones marplatense ni trató su situación. Los diez imputados se encaminan hacia el juicio oral.
Por la omisión de investigar lo que había pasado con las catorce personas cuyos restos habían aparecido en las playas en diciembre de 1978, en noviembre pasado Bava procesó por encubrimiento, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público a Facio, un vecino famoso de Dolores.
Asimismo, el juez también resolvió procesar al médico policial Miguel Cabral y al exjefe de Catastro del municipio de General Lavalle Juan Domingo Montenegro, que fue parte del encubrimiento –tal como surge de los documentos de inteligencia de la Policía bonaerense– para que no se hallaran los cuerpos que estaban enterrados como NN. Cabral se dedicaba a escribir que las personas cuyos cuerpos habían aparecido en las playas habían muerto “por inmersión”, como si se hubieran ahogado mientras nadaban, y no por “caída de altura sobre superficie dura” –como hacían otros dos médicos que no encubrieron la aparición de cadáveres.
Bava también había procesado a siete exagentes de la policía bonaerense que cumplieron funciones en la costa: Domingo Martínez, Alberto Martínez, Emilio Luchetti, Juan Antonio Estrada, Mario Castronuovo, Ednio Llorens y Francisco Aristegui.
Después de diez meses, la Cámara Federal rechazó tanto los planteos de nulidad que presentaron los imputados como sus recursos contra la resolución que dictó Bava, que subroga en el Juzgado Federal de Dolores, donde tramita la causa.
“Los vuelos de la muerte, uno de los últimos eslabones de la cadena de exterminio, de manera alguna pueden escindirse del método del que se valió la dictadura para hacer desaparecer los cuerpos de las víctimas”, escribieron los camaristas Alejandro Tazza, Bernardo Bibel y Luciano Bianchi en la resolución a la que accedió Página/12.
“Debió sortearse entonces aquel intento fallido de sigilo y volver a desaparecerlos. Y es allí que aparecen las maniobras de ocultamiento de aquellos cadáveres previamente tirados al mar y que, a la postre, se avistaron en las costas argentinas, producto de las corrientes marinas; afinadas por cierto mediante una simbólica investigación policial y judicial, con la consecuente inhumación de los cuerpos de manera absolutamente irregular, en fosas comunes”.