Esquina soleada
Consuelo Landivar es la dueña de Corto Maltés, un café al que le pone alma y cuerpo desde 2017. Empezó como un fondo de comercio con mucha melamina, apenas un bar de barrio, y fue transformándose y creciendo junto con su creadora, sin nunca perder lo mejor que tiene: un lugar genuino, donde dan ganas de hacerse habitué.
El café de especialidad es de los mejores que se pueden encontrar en la zona: granos de calidad y manos de barista. Hay para todos los gustos, desde espresso lungo ($580) hasta el flat white ($1100), pasando por el soda express ($900) y el capuchino ($800), entre otros. Son opcionales las leches vegetales, de maní ($290) o de almendras ($390). También ofrecen licuado del día ($900) y limonada de hibiscus o de burrito ($700).
Las pasteleras preparan todos los días unos croissants descomunales ($500), rolls de canela ($520), chipá de queso azul (receta ya clásica de la casa, $290), tarta de peras ($700), carrot cake vegana cubierta en chocolate ($2000), alfajores de maicena con mucho dulce de leche ($650), muffins veganos ($750), entre otras delicias. Sabores transversales para que nadie se quede afuera.
Corto Maltés maneja un horario diurno de corrido, arrancando bien temprano. Sirven desayunos o meriendas completas como la de tostadas con queso de girasol y mermelada casera ($1800), el tostón de palta, huevo y garbanzos crocantes ($1900), el yogurt con frutas y grano casera ($2300), o el simple croissant con queso ($1600). Ya al mediodía la carta de almuerzos discurre en platos simples y bien hechos, como la tarta de remolacha con ensalada; el omelette de hongos; o el menú del día que va rotando incluyendo siempre unos ñoquis del 29 ($1900).
El salón remite a los cafés antiguos con toques contemporáneos, perfecto para ir a trabajar o en búsqueda de una charla relajada. También hay mesitas en la vereda, incluso unas reposeras. El sol pega fuerte a la mañana y al mediodía.
Corto Maltés es un secreto del barrio, amado por los vecinos que lo extrañan los domingos, su único día de descanso.
Corto Maltés queda en Mario Bravo 1195. Horario de atención: lunes a sábados de 8 a 20. Instagram: @cortomaltescafe.
Vegano y goloso
En enero, entre los días de calor agobiante, abrió Sukha en Caballito. El nombre está en sánscrito y significa algo así como "estado de felicidad constante y verdadera”. Más que un nombre, es toda una muestra de intención ideológica. Tatiana es la joven madre del proyecto: ella misma practica distintas disciplinas de la India (yoga y otros), dejando bien el claro que cree en lo que hace.
Su camino en la pastelería empezó hace tiempo, primero preparando tortas veganas por encargo. Un buen día decidió abrir su local, y lo hizo en su propio barrio, con ese plus que le da conocer a sus vecinos y amigos.
El local es pequeño: lo que más sale es el take away, pero también es posible tomarse un descanso y pedir un café de especialidad en la barra. Hay flat white a $1100, espresso a $750, coffe tonic a $1000, chai latte a $1100, marcha latte a $1350. Como son veganos, todo sale con leches vegetales.
La pastelería evita productos animales y suma además varias opciones sin gluten. Las opciones van rotando, pero ya hay algunos clásicos que suelen repetirse: por ejemplo los pretzels ($800), también los sabrosos scones de hongos ($700) y, para los más clásicos, las medialunas ($560) y croissants ($600), únicas masas que no son elaboradas en el lugar. En la pare dulce brilla la torta de banana y caramelo, gluten free y esponjosa, a $1800; también la carrot cake ($1700). Los amantes del chocolate suelen elegir el alfajor de chocolate sin gluten, una de las estrellas de la casa ($1050), el brownie ($830) y la torta mousse ($1700).
Tatiana cuenta que muchas personas del barrio al principio miraban con desconfianza la falta de manteca, pero que cuando probaron los distintos productos se hicieron fanáticos de la casa.
Sukha tiene un espacio pequeño pero un corazón enorme: eso se siente en cada bocado. Una nueva joya en un barrio en el que no sobran propuestas de este estilo.
Sukha Veganerie queda en Viel 467. Horario de atención: martes de 10 a 18; miércoles a sábados de 10 a 19. Instagram: @sukha.veganerie.
Flores y café
Villa Crespo aloja muchísimos nuevos locales gastronómicos: pareciera que cada mes nace por allí un nuevo café de especialidad para recibir al caudal de personas que viven y pasan por este barrio de identidad bohemia reconvertida en comercial.
Entre todo lo nuevo, Vecindario abrió hace más de un año y ya es un preferido de muchos vecinos y trabajadores de la zona. Un café vivero que permite desayunar, almorzar y merendar; y de paso elegir alguna planta para la casa.
En el mostrador se exhiben el chipá ($1100 simple, $1300 con albahaca), la cookie Belga, con un toque de sal marina, la Lavain con chips de chocolate y nueces ($990), la cookie vegana de banana, cajú y pasta de maní, de la que muchos se volvieron adictos ($900), el brownie sin TACC ($1800), el budín de banana con chocolate y maní salado ($1350), entre otros. También hay opciones como la medialuna french, con ricota dulce, frutas y granola ($2950), el yogurt con granola y frutas ($2100), la medialuna rellena de lomito ahumado y queso ($1900), el tostado de lomito ahumado, queso tybo y muzzarella ($3300) o los huevos de granja revueltos ($1200).
El café, claro, es de especialidad, con las recetas que hoy mandan y otras más originales: Americano ($900), Flat White ($1300), Latte de lavanda ($1500) o el Spicy moca blanco ($1400). También hay variedad de tés ($1200), jugos prensados en frío ($2100), kombucha Bunji ($1800), soda de pomelo ($1300) y un bienvenido vermut para la caída del sol ($1400).
A tono con las necesidades del barrio, hace poco sumaron opciones saladas que bien sirven para un almuerzo, como la croque madame de espinaca, queso y bechamel de hongos ($3100), el tostón de pastrón, repollo encurtido y relish ($3300), la crema de cajú y zanahoria con remolachas y eneldo ($1980), la fainá con hummus de arvejas ($20400) y hasta una sopa del día ($1100).
Todavía recorriendo sus primeros tiempos de vida, Vecindario ya deja una marca en un barrio donde lo que sobra es la competencia. Un gran lugar para una rica merienda.
Vecindario queda en Malabia 691. Horario de atención: lunes a viernes de 9:30 a 19:30; sábados y domingos de 10 a 20. Instagram: @holavecindario.