“El origen de la decadencia argentina lo hemos identificado como el modelo de la casta, que dice que donde nace una necesidad nace un derecho. El problema es que las necesidades son infinitas y los recursos son finitos. Los liberales tenemos claro cómo se resuelve ese conflicto: con propiedad privada y sin intervención del Estado", sostuvo Javier Milei en un encuentro reciente con empresarios. El concepto de Justicia Social es "aberrante" según el candidato a presidente, quien lo definió como "robarle a alguien para darle a otro”.
La crítica de Milei a la justicia social se basa en el concepto general de los anarco-capitalistas de que la solución a las necesidades humanas en la sociedad capitalista deben resolverse exclusivamente por medio del mercado. "Si necesitás salud, pagá una prepaga. Necesitás educación, pagá la cuota de un colegio privado. Necesitás comer, comprá comida. Necesitás vivienda, paga un alquiler", dicen.
Bajo ese enfoque, la salud y educación pública, la tarjeta alimentar o la política de vivienda no son necesarias, ya que implican que quienes pagan impuestos deben pagarle el hospital, la escuela, la educación, la comida y el acceso a la vivienda, a quienes reciben esos servicios del Estado.
Pero la falla central del pensamiento anarco-capitalista es que en un sistema donde las condiciones iniciales de todos los humanos no son la mismas, el planteo de obtener la solución a todas las necesidades por la vía del mercado genera que una porción importante de la población no pueda resolver sus necesidades básicas.
Inequidad
La principal fuente de inequidad en el capitalismo lo representa el resabio feudal de la herencia, que impide el desarrollo de una sociedad meritocrática, al generar que un sector de la sociedad tenga riquezas, no por su esfuerzo, sino por lazos de sangre.
El sólo nacer en una familia con determinados recursos económicos y culturales, genera una disparidad de oportunidades. Claramente, no tienen la misma posibilidad de triunfar en una sociedad de mercado el hijo de una familia adinerada que recibe buena alimentación, educación y un capital como para encarar su vida económica, que un niño de la calle. Es justamente para equilibrar esa inequidad que nacen los derechos sociales y que el Estado ocupa el lugar de igualador de oportunidades.
Por otro lado, la idea de que las necesidades son ilimitadas es irreal, incluso bajo el prisma del consumismo. Dado que la vida de un ser humano es temporalmente limitada, también lo es su capacidad de consumo. Pero más allá de ello, la justicia social no se basa en darle a todos el acceso a cualquier bien o servicio, sino a aquellos que la sociedad considera básicos para una vida digna.
Lejos de la utópica mirada de Milei del modelo agroexportador, el esfuerzo de los trabajadores en aquellos años no les permitía resolver las necesidades mínimas para la vida, como puede leerse en el conocido Informe de Bialet Massé. La justicia social encarnada en Eva Perón y su frase que plantea el nacimiento de un derecho donde exista una necesidad, fue la respuesta de nuestro pueblo al fracaso del modelo que Milei quiere restaurar.
@AndresAsiain