Esta noche, Barco presenta su nuevo disco, El viaje de la canción, por primera vez en vivo en Niceto Club. Entre la tradición porteña del rock ochentoso y la textura del indie pop actual, el álbum resulta un oasis de 32 minutos que reubica a la banda en la escena musical actual, luego de siete años sin sacar un disco.
La vuelta es difícil de mejorar: además del show, la gira y un posible vinilo, el disco de 10 canciones llega con postproducción de los venezolanos Héctor Castillo -que trabajó con Bowie, Cerati, Lou Reed y Björk- y Andy Daze. Desde su base de operaciones en New York, le terminaron de dar forma al álbum que, fiel a su nombre, hizo un largo viaje antes de aterrizar en Buenos Aires esta noche, para luego recorrer Latinoamérica.
- ¿Qué historias quieren contar con El viaje de la canción? ¿Ficción o realidad?
- Puede que siempre haya una pizca de autobiográfico, como también bastante de fantasía. Creo que en gran parte hay un espíritu de ying yang, de luz y oscuridad. Por momentos creo que es ésa la energía del disco.
- ¿Qué motivó el concepto de viaje? Hablan de aterrizar, de viajar en avión, del desierto...
- El título fue lo último que salió. Para nosotros significa el viaje que transitaron todas estas canciones hasta llegar al disco; fue un trayecto de varios años, un viaje largo. Vienen de un disco fallido, que empezamos a grabar prepandemia. Y después nos dejaron de gustar, no las sentíamos propias. Devinieron en un par de singles que salieron. Este disco fue planteado en pandemia, preproducido a distancia, cada uno en su casa. Y es un poco ése viaje.
- Postearon un render del vinilo en Instagram, ¿lo están preparando?
- Tenemos ganas de sacarlo, pero fue un mensaje al cosmos para que lo podamos materializar. Queremos hacer una edición especial por los diez años de Antes del desmayo, nuestro primer disco. Estamos pensando en varias cositas que van a salir.
- ¿Qué dificultades tiene producir un vinilo en esta escala?
- En realidad, ponernos de acuerdo y hacerlo, básicamente. Decidir cuántos hacemos, porque lo tenemos masterizado y hecho para vinilo. No lo hicimos aún, pero también porque estamos definiendo todo lo que va a ser el merchandising del disco, todo lo que llevamos a las giras y a los shows.
- Algunos temas, como Pantera negra, tienen arreglos mucho más rockeros que en trabajos anteriores. ¿Querían darle un giro más rockero al álbum?
- No puntualmente al disco, pero sabíamos que había canciones que iban a permitir un poco más de rock y de guitarras. En Pantera negra también entran algunos sintetizadores, nunca dejamos de lado eso.
- El sonido y el tono de Barco, en general, es bastante optimista. ¿Buscan evocar un signo de otra época o dar una escapatoria ante tanto pesimismo actual?
- Hay una onda de generar un momentito de escape. Como decir "bueno, che, esto es lo que tenemos para ofrecer, traemos canciones que creemos que van a gustar y suenan bien". Y también está ese espíritu de ying yang, como decía antes: no es todo tan divertido o bailable, o tal vez dentro de una canción bailable no se están diciendo cosas netamente divertidas. Tenemos esas dos cosas, luz y oscuridad.
- Han explicado que no dan bajadas de línea sociales o políticas en sus canciones, una posición inusual en un momento de muchísima corrección política, incluso en la música.
- Ni siquiera creo que sea una decisión que las letras no tengan un contenido político. No tenemos esa conexión desde lo artístico y, además, hay tanta gente hablando de política, tanta gente idónea y tanta gente que habla al pedo... No nos interesa que la banda lo haga, ni siquiera en una estrofa. Tampoco es estar en contra: simplemente no es natural y tratamos de escaparle a lo forzado.
- El recital de esta noche es el puntapié de una gira. ¿Qué están preparando?
- Vamos a tocar el disco entero en el show y, después, canciones viejas. Va a haber muchos invitados, va a estar muy divertido, lo estamos preparando con mucho cariño. Antes usábamos más las pantallas y ahora queremos abocar lo visual en cuanto a las luces. Después nos vamos a tocar a Rosario y Córdoba. Y estamos armando la gira de Cuyo: Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja. Y para el año que viene destinos internacionales, como México, El Salvador o Chile.
- En sus reproducciones de Spotify, viene Buenos Aires y después México. ¿Por qué creen que la pegaron específicamente ahí?
- Siempre recibimos muchos mensajes de amor de México. También pasó que fuimos tres veces en un año, antes de la pandemia. Estuvimos tres meses seguidos. Nos recibieron con los brazos abiertos, así que estamos felices y con muchas ganas de volver a seguir regando esa semilla. Creo que en México, puntualmente, es gracias al camino labrado por colegas actuales y pasados: Soda Stereo, Babasónicos, Los Auténticos Decadentes, Los Fabulosos Cadillacs, bandas que realmente abrieron el mercado fuerte de bandas argentinas en México. Hay mucho respeto por el rock argentino y ya hemos visto lo que pasó con todos estos artistas y un montón de bandas que están yendo ahora. Creo que tiene que ver mucho con eso y, en algún momento, con cierta comparación entre nuestro sonido y esas bandas de los '80.