La dolarización se transformó en las últimas semanas en uno de los puntos principales del debate político. El candidato ultraliberal Javier Milei insiste con esta propuesta, a pesar de las alertas que llegan desde sectores de distintas corrientes de pensamiento económico e incluso de distintos posicionamientos ideológicos. Las críticas más recientes no la hicieron académicos heterodoxos de América latina o de la New School de Nueva York. La advertencia aparece directa y sin rodeos desde el corazón del poder financiero internacional a través del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
Cash accedió a un documento de esta entidad respaldada por los grandes bancos de inversión de occidente, donde se plantea la irracionalidad de dolarizar la economía argentina. Se menciona que la propuesta implica condenar al mercado interno a un estancamiento crónico, y se revisa el caso de Ecuador, que hace 20 años tiene el mismo PIB per cápita.
“Desde las elecciones primarias de agosto, la Argentina debate los méritos de la dolarización, que en realidad no es más que una versión extrema de atar la paridad de la moneda al dólar. Esta obsesión de vincular la economía al dólar es algo desconcertante, dado la cantidad de veces que terminó en devaluaciones explosivas y profundas recesiones en los últimos años. Esto por sí solo debería hacer reflexionar a los defensores de la dolarización”.
Entre los argumentos que plantea el Instituto Internacional de Finanzas no se menciona únicamente la dificultad para conseguir grandes cantidades de deuda externa para llevar adelante la propuesta (y evitar que la dolarización se realice a un tipo de cambio exorbitante, que para algunas consultoras del mercado local puede ubicarse en torno de los 10 mil pesos).
La crítica de la entidad es estructural y plantea que una dolarización condenaría a la Argentina al estancamiento crónico, con un alto desempleo y un mercado interno sin movimiento. “El dólar estadounidense se apreció enormemente durante la última década. Esta fortaleza importa a la hora de plantear la dolarización, porque implica pagar un altísimo precio en términos de competitividad y de crecimiento para los argentinos”.
Caso de Ecuador
En la región hubo experiencias de dolarización de la moneda, que en retrospectiva muestran la incapacidad de esta alternativa para poder impulsar la actividad económica y principalmente el bienestar de la población. “Los defensores de dolarizar la Argentina presentan a Ecuador como un ejemplo positivo, pero el verdadero panorama es más complicado. La dolarización generó una rápida caída de la inflación, pero con un costo elevado por la pérdida de competitividad y el bajo crecimiento crónico”.
El documento del IIF detalla que Ecuador quedó rezagado respecto de sus pares de América latina en términos de crecimiento, con un PIB real per cápita estancado durante los últimos 20 años. “La dolarización es una camisa de fuerza que facilita una rápida desinflación temprana, a costa de una economía estancada en el mediano plazo. Para la Argentina, no parece un costo que resulte necesario o tenga sentido pagar”, cierra el informe. No son conclusiones de economistas ligados al progresismo sino de la propia crema del poder económico y financiero internacional.