Con una concentración en la céntrica plaza 9 de Julio se reclamó justicia ayer por la muerte de Leonel Francia, el niño de 11 años de edad que falleció el pasado 31 de agosto en el barrio Solaridad. Si bien la madre del nene, Lidia Cardozo, lo llevó -ya sin vida- al Hospital Papa Francisco asegurando asegurando que se había caído de un segundo piso, la mujer quedó detenida por los signos de maltrato que presentaba el cuerpo.
En la marcha de ayer la presidenta de la Fundación Preparatoria del Pueblo, Claudia Bañagasta, recalcó que existían denuncias previas que daban cuenta del maltrato del que sufría Leonel, la última, de hace 6 meses, realizada por la directora de la escuela a la que asistía el enen, pero quienes debían protegerlo en el ámbito del Ministerio Público y el Poder Judicial no lo hicieron, por ello reclamó que se delimiten las responsabilidades de lxs funcionarixs que debían actuar y que sean juzgadxs.
Bañagasta, cuya organización hizo la convocatoria a la manifestación de este viernes, reprochó que "a una semana del asesinato de esta criatura, es imperdonable" que lxs funcionarixs de gobierno no se hayan pronunciado. Dijo que fue a la Ciudad Judicial para intentar averiguar "el nombre" del fiscal o la fiscala que debía intervenir ante la denuncia de la directora de la escuela de 6 meses atrás, pero "no me lo quisieron dar".
"La directora de la escuela realizó la denuncia hace 6 meses, dijo que el niño llegó marcado, todo moreteado, ella le preguntó qué le habíia pasado y el niño le dijo que la madre lo había golpeado (.... La directora hizo la denuncia en la policía, que eleva esto a Fiscalía para el resguardo de la integridad del niño, pero no se hizo nada en este caso", manifestó Bañagasta.
También señaló que cuando el nene tenía 6 años fue asistido en un hospital porque tenía el brazo quebrado. En esa ocasión también lo llevó la madre.
Bañagasta dijo que conversó con una vecina cuya hija era compañera de escuela del niño. "Me contó que lo conocía al nene desde los 5 años, que el niño sufría violencia, abuso psicológico y hambre", a tal punto que "la niña le llevaba comida". Asimismo, esta nena solía invitar a Leonel a su casa para hacer las tareas y "la criatura temblaba" cuando debía regresar con su mamá.
La referenta de la fundación añadió que se supo que la madre del niño tenía un corralón y lo hacía trabajar "como un adulto". Vecinos han testimoniado que lo veían a las 6 de la mañana cuando sacaba el candado y limpiaba la vereda para abrir ese negocio y que también lo observaron cargando bolsas y palear para sacar el pasto.
"Nunca se tomó ninguna medida", reprochó Bañagasta. Contó que cuando la directora de la escuela hizo la denuncia, "la policía fue a la casa, le dejó el oficio, fue una asistente social y quedó en la nada".
Asimismo, cuestionó que "todo está en un hermetismo total", y dijo que por eso decidieron organizar esta convocatoria "pidiendo la renuncia del juez y del fiscal que apenas recibió la denuncia no hizo nada, de la asistente social, de la gente que no lo ayudó, de Primera Infancia", cuestionó. "Tiene que haber un jucio penal a quienes han intervenido en la causa", sostuvo. "Es un pedido, un llamado a la conciencia de los salteños, que despierten. Leonel nos necesita. Es una forma de pedir justicia por él y para los niños que puedan estar en la misma situación", manifestó.
María Ocampo, una vecina que acudió a la convocatoria, destacó que "los organismos que tenían que haber protegido al niño no lo hicieron porque siempre hacen oídos sordos. Creo que hay muchos casos como este que no son oídos. La sociedad salteña es muy indiferente a los casos hasta que no les pasa".
Ocampo consideró que acompañar esa manifestación es "poner un granito de arena para que los organismos y el gobierno pongan una lupa en estos casos. Voy a acompañar para hacer visible, para que la muerte de este niño no quede en nada".
"Nosotros también hemos pasado violencia. Mi hijo hace 10 años falleció en un accidente de tránsito. He ido a la Ciudad Jjudicial, sé que los organismos son muy duros, si uno no hace visible, todo queda ahí", añadió. Según contó, a su hijo lo atropelló un conductor alcoholizado y tuvo que peregrinar varios años hasta conseguir una sentencia condenatoria. Ocampo marchaba los viernes con Familiares contra la Impunidad, pero esas movilizaciones se dejaron de realizar desde la pandemia de la covid-19.
Carla Ponce, otra vecina que acudió a la convocatoria, explicó su interés: "Soy mamá de dos hijos, madre soltera. Vengo a apoyar esta marcha. Queremos justicia para que no se vuelva a repetir". "Nadie merece ser asesinado de esa forma, menos un niño, para eso están las leyes, para proteger la niñez, los derechos, claramente nadie se preocupó por esta vida. No queremos que se repita más", manifestó.
Ponce opinó también sobre funcionarios y funcionarias que debían proteger al niño, y consideró que "si tienen que sacar a la gente que está en donde tiene que avalar que se haga justicia deben hacerlo, porque tienen que estar involucrados en lo que le compete a cada instutición. Los derechos de este niño han sido vulnerados y ha terminado de la peor manera". "Necesitamos que llegue a oídos de los salteños, que nos protejamos entre todos y sobre todo protejamos a la niñez, que es el futuro de los salteños, de Argentina y del mundo", añadió la vecina.
Otra vecina, Margarita Zorrilla, dijo que apoya la manifestación porque "es una tristeza que el niño haya fallecido de esa forma (...). No lo merece ningún niño".
La madre de Leonel, Lidia Cardozo, de 41 años, se encuentra detenida y ha sido imputada de homicidio calificado por el vínculo. En la causa interviene el fiscal penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Leandro Flores.
Cardozo ingresó el jueves de la semana pasada por la mañana al Hospital Papa Francisco con su hijo Leonel sin vida. Su cuerpo tenía lesiones graves, escoriaciones en los brazos y las piernas, lesiones en un pie, un hematoma en el lóbulo frontal derecho de la cabeza, le habían sangrado los oídos y tenía una herida abierta en el mentón.
Cardozo dijo que el niño se había caído de la segunda planta de la casa. En su versión, Leonel se acostó a dormir y faltó a la escuela, y cuando lo quiso levantar para desayunar no reaccionaba. Sostuvo que le pidió ayuda a un albañil para llevarlo hasta el hospital en su camioneta. El nene y su madre conformaban un hogar monomarental en una casa de tres pisos en el barrio Solidaridad. El padre se encontraba separado de la mamá y vivía en otro lado.