Querides lectóribus:
Como usted, como tú, como vosotros, tampoco yo me repongo de la extraña performance que hace poco menos de un mes llevó a cabo la extraña fuerza “La Pubertad Avanza”, en lo que por suerte fue solo un ensayo –aunque debería ser tomado como preaviso– del acto que en octubre ungirá a un argentine en el honorable cargo y la pesada carga de ser le Primer Mandatarie de 47 millones de argentinos (o sea, 47 millones de directores técnicos, 47 millones de economistas, 47 millones de psicoanalistas, 47 millones de politólogos y, desde hace unos años, 47 millones de epidemiólogos).
Francamente, pensaba que la fuerza en cuestión ni siquiera superaría las PASO, porque imaginaba que sus votantes dedicarían el día de la votación a recuperarse de la salida del sábado, a dormir, a ver qué onda, a instagramear, tuitear o wasapear, a pizza birra y faso, o qué sé yo. No fue así: fueron y lo votaron, nomás. ¿Quiénes fueron y lo votaron? Nadie que yo conozca, lo que me obliga a reconocer que conozco a poca gente.
Después, empezaron las tesis, que incluyeron a:
· varones desechados por el ultrafeminismo (o despechados por la exnovia)
· nativos caucásicos indignados por la invasión migrante latinoamericana
· migrantes indignados por los derechos que aquí funcionan y en sus países no
· derechohabientes mas no gozantes de esos derechos
· empresaurios aspiracionales con sueños en dólares y realidades en pesos
· descastados de sociedades imaginarias
· zombis expulsados de diversas galaxias
· jubilades que imaginan poder vender sus viejos riñones y en algún Plan Canje conseguir unos nuevos
· jugadores de video que creyeron estar dándole un like a un personaje de play station
· cupidos dolarizados
· añorantes de dictaduras diversas
· motosierros y motosierras
· adolescentes cuyos adultos no se animaron a explicarles que si gana La Pubertad Avanza, chau pizza, birra, faso, hamburguesa, colegio público, facu gratis, y mucho más
Y me estoy quedando corto, sepa usted disculparme y engrosar la lista.
Pero sin duda fue el voto de los “excluidos”, de esos y esas a quienes los derechos no es que les resbalen, sino que creen que no los tienen o no les llegan o los ven pasar y no los pueden agarrar. El que quedó afuera, al que no lo invitaron al cumple, al que no le llegan los planes, la que no se siente defendida por quienes dicen defenderla, el que se siente acusado sin saber por qué ni de qué; los que, cual canción infantil de antaño, “piden pan, no les dan; piden queso, les dan un hueso, y les cortan el pescuezo”.
Todes eses, por no votar a quien no los ayuda, votaron a quien los destruye. Y quizás votarán a quienes, como dije en la columna pasada, la idea que tienen del “derrame” es “arruinar a la clase media para que la pobreza derrame y empobrezca aún más a los más humildes” (si le bajás el sueldo a un laburante, no puede pagar medicamentos, ni choripanes, ni la prepaga; no sostiene a su familia, no contrata a un albañil o a un pintor, no va al almacén...).
Pero tampoco, y mucho menos, justifico a quienes los dejan afuera, apelando, a veces, a la mismísima inclusión. No entendiendo que, por ejemplo, para quien no comió, la libertad de su cuerpo es una idea secundaria; que, para quien está en la calle, la violencia no es una discusión, sino una realidad cotidiana; que para quien no tiene presente, el futuro es una agresión.
Javier Milucha es un buen espejo para todos ellos: él mismo se muestra como excluido, como poco respetado, como no tenido en cuenta, y seguramente provoca –tal vez a sabiendas– que los que están afuera de todo se identifiquen con él, lo vean como “uno de los nuestros”. Y, aunque eso de “los nuestros” sea producto de la imaginación más paupérrima, a veces es todo lo que tienen.
Voté y votaré a Sergio Massa y a Unión por la Patria en todos los cargos en que me corresponda hacerlo (Voto en CABA). Pero, además, quiero que gane, para que pueda haber lugar para el debate. Porque, parafraseando la publicidad de un televisor: “Es esto… o la oscuridad”.
No quiero parecer insistente, pero sugiero al lector acompañar esta columna viendo nuevamente “Agarren el clio”, video de RS (RudySanz):