Ocho goles, buenas jugadas, actuaciones individuales descollantes y resultado cambiante. Con todos esos condimentos, Huracán logró una memorable clasificación para los cuartos de final de la Copa Argentina al ganarle 5-3 a Racing, que recibió un duro golpe que se suma a la eliminación en la Copa Libertadores a manos de Boca. Por eso, el entrenador Fernando Gago y buena parte de los jugadores se fueron reprobados por sus hinchas.

El juego punzante por las bandas y la efectividad que tuvo frente al arco de Tagliamonte son las dos principales virtudes que mostró Huracán para llevarse una festejadísima clasificación, que lo reconforta para luchar por la permanencia en la Copa de la Liga. Pero además, tuvo personalidad para no desdibujarse cada vez que Racing descontó y se puso en partido. Por eso, a cada golpe recibido respondió con uno más potente, para llegar cómodo al cierre del partido.

Huracán empezó a ganar el encuentro gracias a la presión de sus mediocampistas, que cortaban los circuitos ofensivos que pretendía armar Racing y, desde allí, generan rápidas réplicas para aprovechar las espaldas de los laterales adversarios. Así llegaron los dos primeros goles, primero con un remate bajo desde afuera de Lucas Carrizo y luego con una precisa definición de Lucas Souto ante la salida de Tagliamonte.

El golazo fuera de contexto de Nicolás Oroz, con un derechazo a colocar al ángulo de Chaves, parecía que podía cambiar la historia del partido. Pero Huracán no se amilanó y volvió a golpear por los costados, primero con una entrada de  Guillermo Benítez y luego con un desborde de Cóccaro que resolvió Fértoli para ponerse 4-1 y dejar aroma a sentencia.

Pero la entrada de Roger Martínez potenció el ataque de Racing, que no se entregó y encontró la pólvora seca de Maxi Romero, que se sacó la mufa que lo perseguía con dos goles seguidos.

La sensación ahora era que el equipo de Gago podía ir por el empate, porque tenía tiempo suficiente, el ánimo en alza, nuevas variantes en ataque y enfrente contaba con un rival que comenzaba a dudar. Sin embargo, el Globo no se desesperó, controló el envión rival y volvió a las fuentes: pase a la derecha para Cóccaro, que desbordó por la punta y envió el centro perfecto para que Pussetto definiera con un cabezazo de pique.

Por más que Racing no se entregó, la eliminatoria ya estaba sentenciada, porque el equipo de Martínez siguió lastimando cada vez que contragolpeaba. Y así llegó a un cierre tranquilo, pese al sofocón que tuvo cuando promediaba el juego.