Corría la década de 1940 y comenzaba a visualizarse la necesidad de archivar de manera organizada y metódica todo aquello que iba sucediendo en una Salta que crecía constantemente. Con esta idea, nació el 7 de septiembre de 1943 el Archivo Histórico de la Provincia, en principio, con el fin de resguardar documentación concerniente a límites provinciales y otras áreas específicas de gobierno.
Los años posteriores son de una fecunda historia de guarda y archivística, en los que tuvo que sobrellevar como institución los mismos avatares que la mayoría de los archivos: descuido, poco presupuesto, lugares no apropiados, y otras circunstancias que hacen al menosprecio generalizado por los materiales que se consideran “viejos” y que por ende, solo "ocupan espacio".
Contrarrestando estos tópicos comunes, el Archivo permaneció y se enriqueció con el tiempo, transhumando por diferentes locaciones hasta dar hoy con una muy conocida por la población salteña, allí donde se interseccionan las avenidas Sarmiento y Belgrano, dos arterias centrales para la traza urbana de la ciudad de Salta.
Este edificio, compartido también con la Biblioteca Provincial, tiene una relevancia arquitectónica que sobresale del resto, guardando una historia que nace en los años 40 como centro de salud, luego convirtiéndose en la sede del Poder Judicial y, más adelante, en el edificio actual que emerge justo en la esquina de las dos populosas calles.
Resguardar la memoria colectiva
Inmerso en esta fundamental tarea de preservación histórica, existe un equipo de mujeres y hombres que día a día atienden al público, resguardan material, piensan como multiplicar el archivo, y capacitan a sus colegas provinciales, entre tantas otras ocupaciones.
Paula Bertini es la coordinadora General de Bibliotecas y Archivos de Salta, y tiene la nada fácil tarea de conducir el rumbo de esta institución. Bertini comienza el relato comentando la organización general del Archivo, que se ordena en sectores o departamentos: "Tenemos la Iconoteca, que es todo lo que nuclea la producción fotográfica en papel, digital, en placas de vidrio y en diapositivas, donde también están los mapas y planos. Por otro lado está el archivo audiovisual, Mediateca, el más reciente, y que comenzó acopiando el archivo sonoro de la radio Güemes, que fue la primera donación que nos llega. Ahora están llegando otros tipos de materiales que tienen que ver con la Secretaría de Prensa y Difusión, hay fílmico y sonoro, y hay también donaciones particulares. Es un área que se fue alimentando de coleccionistas particulares, fondos personales, familiares, de instituciones, medios de comunicación y demás".
"Sumada a esas áreas -agrega la coordinadora- hay una de Documentación, que es el gran acervo papel, que son más de cuatro siglos, desde el primer documento del archivo de 1583, hasta el último que es de fines del siglo XX. Después hay un área de Biblioteca especializada en temas históricos de la provincia, de la región; y dos espacios transversales que son el Laboratorio de digitalización y el de conservación".
Justamente, Noemí Farfán es conservadora y restauradora, y también responsable de esta área tan específica: “Este espacio significa mucho porque estoy en contacto directo con el patrimonio documental de Salta, lo cual implica que yo tenga el privilegio, de tocarlo, leerlo y tratarlo para que dure lo más que se pueda, y que las generaciones que vengan también puedan disfrutarlo. Es un lugar hermoso para mí, porque veo el pasado en el presente, y también es un alto compromiso, porque en un error puedo arruinar ese patrimonio que llegó a mis manos”, comenta Noemí, quien comparte su experiencia con colegas de diferentes latitudes, al tiempo que sigue capacitándose a cada paso en nuevas formas y técnicas que enriquezcan su expertiz.
Grandes piezas de una historia
La consulta por el documento más viejo resulta recurrente, y gracias a las constantes técnicas de conservación, se encuentra disponible para el público en general. “El primer documento es de 1583, y pertenece al fondo Mercedes de Tierras y Solares. Son las primeras asignaciones de tierra que se dan en el siglo XVI con la avanzada de los primeros colonos, donde se van repartiendo a familias, instituciones y personas las tierras de la provincia”, comenta la coordinadora general Paula Bertini.
Otra de la joyas del archivo, y de la historia de estas tierras en general, la constituyen documentos que hoy resultan un anacronismo, pero que plantean un tiempo y una época: “hay documentos de ventas de esclavos”, comenta Bertini y agrega, “el otro día vimos una especie de testamento, donde un párroco hablaba muy bien de su esclavo diciendo que en el caso de que le pasara algo, su esclavo debería ser liberto y recibir todos sus bienes”.
“Nosotros siempre insistimos que ningún documento nace histórico, que todo documento nace administrativo y con el tiempo se conforman históricos por las valoraciones que se le va dando”, explica la coordinadora como un lema o mantra que repiten en cada una de sus intervenciones, “por eso tenemos todas las notas de los Partes en pleno conflicto por la Independencia, donde hay reclamos permanentes del Ejército del Norte al ejército central sobre el mal estado de sus tropas, la falta de recursos, y lo ninguneados y abandonados que los tenían”.
Siguiendo la pista de aquellas “perlitas” o “rarezas” que aparecen en el Archivo, desde el área de Mediateca, Ana Soler, su responsable, afirma: “Los 40 años de prensa y difusión de gobierno que fueron salvados y donados por el camarógrafo Ricardo 'Pocho' Wayar, son una gran perlita. Siempre me emociona repasar el milagro que implica que eso se haya salvado, y la visión de Pocho, que siendo un empleado, en vez de tirar, derivó y trasladó las cosas antes de que se pierdan. Además, es el único fondo que tenemos del Estado”.
“Otra gran perlita es una cinta que encontré en el depósito del archivo, que es el audio de una asamblea que resultó crucial para la creación de la UNSa (Universidad Nacional de Salta), donde se puede escuchar a los principales delegados de la comisión y al presidente de ella que era Arturo Oñativia”, comenta Soler, y remarca: “Y también están los nitratos salteños, que entiendo son las imágenes más antiguas que tenemos de Salta y que se han recuperado, todas ellas de 1920”. Estos materiales fílmicos contienen diversos registros donde se puede desde el poeta Juan Carlos Dávalos y a una comitiva haciendo una travesía por las rutas de lo que después sería el Ferrocarril al Pacífico por Huaitiquina, hasta al exgobernador Joaquín Castellanos (del que se guardan pocos registros), en un acto en la plaza 9 de Julio.
Memoria, historia y garantía de derechos
“El Archivo para nosotros tiene una triple función: archivo para la memoria, para la historia y para la garantía de derechos”, comenta Bertini y describe minuciosamente dichas funciones: “para la historia, solo tiene que ponerse a disposición y al servicio del usuario investigador. Porque hoy el investigador que quiera hacer la reconstrucción, o tener una mirada histórica sobre el siglo XVI, XVII, XVIII y contemporáneo, necesita ir al Archivo, ya que ahí están las fuentes documentales, ahí están las pruebas tangibles de parte de la historia".
La coordinadora continúa desarrollando estos tres pilares fundamentales: "Por otro lado el archivo para la memoria, que lo consideramos bien interesante e importante, y es en lo que insistimos mucho cuando hablamos con archivos intermedios, por ejemplo, archivos administrativos de los municipios; les decimos que la única forma de darle continuidad a la vida ciudadana de una comunidad, o a la construcción de esta sociedad, es guardando sus archivos. Lamentablemente, suele pasar mucho que gestiones llegan y arrasan con todo, llega la nueva gestión y no tienen nada, no tienen forma de saber cómo se comportaba la institución, cuáles eran sus reglas, cuáles eran sus formas de hacer y comunicar. Si no tienen archivos, esa memoria institucional está rota, está quebrada".
"Y después está la acción para la garantía de derechos", cuenta Bertini. Detalla que en este caso también tienen "un fondo de escribanos y un fondo de Registro Civil que garantizan derechos de propiedad y de identidad, incluso fondos que tienen que ver con la aportes personales de la gente que está por jubilarse y necesita buscar pruebas de su trabajo a lo largo de la vida".
En estas tres funciones Bertini condensa el fundamental trabajo del Archivo y muestra su vitalidad en el presente. "Cuando nosotros insistimos en esa triple función, inmediatamente el Archivo cobra una velocidad en su engranaje, en su comunicación con la sociedad, que es bien importante más allá de lo que nosotros hacemos para visibilizarlo, que tiene que ver con campañas de donación del archivo sonoro, del archivo fílmico; tratamos de transmitir que si esos archivos personales o familiares no son donados al Archivo, no son puestos al acceso público, conservados, catalogados y sistematizados, se van a perder. Y eso pasa mucho hoy con la era digital, la gente en general no guarda las memorias, se acaban, las publicaciones son por un día, los mensajes son temporales, todo es muy efímero y no estamos guardando registro para que desde el futuro después podamos mirar hacia atrás para y reconstruir la dinámica social de hoy”.
Dentro de todos los desafíos, existe uno acuciante que pareciera persistir como en el tiempo: el tema edilicio. "Tenemos cuestiones de conservación y adecuación del ambiente que son problemas que hay que plantear ya, porque el destino del Archivo es querer recibir documentación, y cuando ya no lo pueda albergar, esto va a ser un problema, vamos a tener un gran obstáculo para la gestión”, comenta la coordinadora.
“Tu historia es nuestra historia” surgió en el ámbito del Archivo como un lema a seguir, una frase que pone eñ énfasis en desmitificar que la historia es solo aquella que parece la gran historia. "Un archivo se hace de relatos pequeños, de relatos familiares, de las experiencia de instituciones, del tercer sector, todos constituimos una comunidad y construimos una idea de ciudadanía que se plasma en documentos que tienen interés público. Entonces esa idea de que tu historia pequeña o grande produjo documentación, ya tiene que ver con la historia del otro”, afirma Paula Bertini.
El Archivo Histórico de Salta cumple 80 años y es motivo suficiente para celebrar, pero al mismo tiempo para subrayar que es un organismo vivo que intenta cada día salir a la calle, mostrarse activo, latente y abierto, con la intención de romper los estigmas que conjugan los libros amarillentos y el aparente desinterés ciudadano.
En el Archivo está, sin más, la historia de este suelo, la historia de esta tierra, la historia que fue y que al mismo tiempo vive y late. En definitiva, el Archivo guarda tu historia, mi historia, nuestra historia; un relato colectivo que se escribió y se sigue escribiendo cada día y a cada paso, con el aporte de todas y todos aquellos que siguiendo la huella arriban a Salta.