Luis Rubiales, el presidente suspendido de la Federación Española de Fútbol (RFEF), anunció este domingo su dimisión por el escándalo del beso no consentido a Jenni Hermoso tras el triunfo de la selección de su país en el Mundial femenino.
"Voy a hacerlo [dimitir], sí, porque no quiero continuar mi trabajo", dijo Rubiales en una entrevista en el programa de televisión británico Piers Morgan Uncensored. En redes sociales publicó una carta en la que dijo que ya transmitió oficialmente su renuncia.
"Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo", señaló en el comunicado.
"Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol españól. Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta", agregó.
"No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras asegurarme de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidad en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo", manifestó.
Además, Rubiales, quien en el pasado ha sido foco de denuncias por corrupción, presuntas fiestas sexuales con dinero la institución que preside, y negociados ilegales en el mundo del fútbol, habló de una "persecución desmedida" en su contra.
"Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quieren han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo", finalizó su mensaje de despedida.
El beso de Rubiales
La Selección española de Fútbol se consagró campeona en el Mundial Femenino de Fútbol, que se disputó en Nueva Zelanda y Australia. Sin embargo, el logro deportivo de esta selección pasó a un segundo plano a raíz de lo ocurrido cuando las jugadoras recibían las medallas de campeonas: en medio de la alegría y los festejos por el campeonato del mundo, Luis Rubiales tomó de la cara a la jugadora Jennifer Hermoso y le dio un beso en la boca sin consentimiento.
Las imágenes del gesto de Rubiales fueron transmitidas en vivo y en directo y recorrieron el mundo, cosechando numerosas críticas.
Lo que siguió, solo complicó las cosas. Rubiales dio una nota a un periodista español en la que el explicaba que la polémica por el beso que le había propinado a la jugadora le parecía "una idiotez", ya que todo se había dado "entre dos amigos celebrando".
Desde entonces, Rubiales solo ha intentado justificarse. En la misma línea, su madre, Ángeles Béjar, pidió que se termine la “cacería inhumana y sangrienta” contra su hijo y se encerró en una iglesia de la ciudad de Motril para dar inicio a una huelga de hambre.
Rubiales fue suspendido por la FIFA y quedó inhabilitado por 90 días para "cualquier competición mundial" por su conducta con la futbolista.