El radical cambiemita Maximiliano Pullaro será el próximo gobernador de Santa Fe. Se impuso de modo rotundo al candidato peronista Marcelo Lewandowksi ratificando la condición de favorito lograda en las Primarias Abiertas provinciales (PASO). Esta columna no incluye guarismos definitivos porque se cierra antes de que se conozcan. (ver asimismo nota principal de Leo Ricciardino).

La dirigencia de Juntos por el Cambio viajó para acompañar al vencedor. Pullaro revista en la línea interna liderada por el senador Martín Lousteau. Tanto Lousteau como el Jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta patrocinaron a Pullaro en la áspera interna cambiemita contra la mediática Carolina Losada. Lo vivaron, seguramente con un sabor agridulce en la boca por sus respectivas derrotas en las PASO. 

Pullaro es el primer gobernador boina blanca de la provincia desde la recuperación democrática. La Unión Cívica Radical (UCR) que se apeó de la competencia presidencial ratifica el actual estadio de su evolución: una confederación de gobernadores e intendentes. Conservó Corrientes en 2022 y Jujuy en 2023. Tras las PASO está en pole position para ratificar su primacía en Mendoza dentro de dos semanas. Arrebató Chubut y Santa Fe al peronismo. Se ilusiona con desbancar en Chaco al gobernador peronista Jorge Capitanich. Lo batieron en las PASO provinciales envueltas en el escándalo por el asesinato de la joven Cecilia Strzyzowski . “Coqui” Capitanich confía en revertir el revés de las Primarias el domingo que viene.

En la maratón de elecciones provinciales el peronismo perdió varias gobernaciones. San Juan, San Luis, Chubut, Santa Cruz… ahora una provincia que contiene a casi el 8 por ciento del padrón nacional. Los justicialistas y sus aliados mantuvieron Formosa, La Rioja, La Pampa, Santiago del Estero, Tucumán, Tierra del Fuego y Salta. Son potentes en el Norte Grande; flaquean en la zona centro y en la Patagonia.

El PRO quedó favorito en el reducto porteño y apuesta a que el exministro Rogelio Frigerio vencerá en un nuevo territorio, Entre Ríos. Las PASO le fue propicia pero por un margen que puede darse vuelta.

Sería aventurado insinuar una lectura total de las votaciones provinciales cuando faltan renovar autoridades en los distritos que mencionamos en Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma (CABA). Timbear tienta más no por escrito, haciendo periodismo. De cualquier modo, trazando un mapa de lo que ya se conoce y de un par de resultados previsibles suena posible y hasta casi seguro que el peronismo gobernará la menor cantidad de provincias desde 1983. Un retroceso sensible. Desde ya, Buenos Aires gravita más que ninguna y el gobernador Axel Kicillof ganó las PASO.

El mapa de la Argentina repintado con el color de los taitas locales tornó multicolor como pocas veces en el pasado, una referencia para lo que puede venir. Poderes divididos en el Congreso nacional, mandatarios variopintos en las provincias. Para redondear el cuadro en serio habrá que ver el veredicto final en octubre o noviembre si hay segunda vuelta.

El mapa de las PASO nacionales, a su vez, se tiñó con los colores del diputado Javier Milei, que ayer miró por TV. Para la óptica del libertario, Pullaro sería un típico integrante de “la casta”. Radical de toda la vida, político profesional que fue ascendiendo peldaño por peldaño en su carrera.

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Con guarismos provisorios, Pullaro se alzaba con más del 60 por ciento de los votos y duplicaba a Lewandowski quien debió remar contra corriente en el segundo tramo de la campaña signada por los contundentes resultados de las PASO santafesinas y las nacionales. Los dos competidores acumularon,  pues, alrededor del 90 por ciento de los sufragios emitidos. Novedad en Santa Fe donde siempre hay tres fuerzas con cierto caudal que dirimen la gobernación.

El gobernador Omar Perotti encabezó la lista de diputados provinciales. Si salía primero, se adjudicaba mayoría en esa Cámara y podía tallar en la política distrital. El exgobernador socialista Miguel Lifschitz lo había logrado en 2019 (cuando Perotti llegó a la Casa Gris) pero desdichadamente falleció por Covid durante la pandemia. Perotti queda como gran derrotado sin haber consolidado un liderazgo ni podido siquiera imponer su candidato a gobernador. Los lugareños podrán explicar el por qué mejor que un cronista de la CABA… En el espacio nacional termina siendo un outsider.

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Rosario atrajo miradas por la violencia que la azota y la inseguridad como agenda de campaña. El intendente cambiemita Pablo Javkin tuvo como rival a un emergente inesperado: Juan Monteverde, dirigente de la Ciudad Futura, una agrupación de jóvenes militantes que fue creciendo desde el pie en Rosario. Ciudad Futura representó al espacio panperonista tras superar al pretendiente justicialista, Roberto Sukerman, en una interna novedosa, pluripartidista.

Al cierre de esta edición Javkin lograba ser reelecto en final reñido. Es la segunda vez que le pasa, la anterior sucedió en 2019 contra Sukerman.

Monteverde, a diferencia por caso de Perotti, queda en buenas condiciones para seguir construyendo y acumulando con treinta y ocho años de edad, tras foguearse en grandes ligas.

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La jornada transcurrió con tranquilidad. La participación superó a la de las PASO, orillando el 69 por ciento. Amalia Granata, otra figura mediática derechosa y de verbo enardecido, resultó tercera en la competencia para la Cámara de Diputados. Desempeño pasable pero lejos del boom de los outsiders que (por ahora y nada menos) sólo corporiza Milei.

Lewandowski y el presidente Alberto Fernández felicitaron a Pullaro, rápida y respetuosamente. La exministra Patricia Bullrich bramó a su lado "vamos a destruir al kirchnerismo". Una particular versión del pensamiento republicano.

Las competencias provinciales registran una melodía diferente a la nacional. En ésta, la mayoría de los sondeos para octubre indican que Milei sostiene la pole position y que el ministro Sergio Massa desplazó a la exministra Patricia Bullrich del segundo lugar. Las encuestas no garantizan nada opina este cronista… pero los presidenciables creen bastante en ellas y las usan como brújula de campaña. Las tres fuerzas pugnan por asegurarse un 33 o 34 por ciento que impediría que algún contendiente se impusiera en primera vuelta.

Todas estas historias continuarán.

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