Este jueves por la noche el Senado sancionó la ley que elimina la cuarta categoría. De este modo, ningún trabajador volverá a pagar el impuesto a las Ganancias a partir de 2024.
Con 38 votos a favor y 27 en contra, el proyecto enviado por el ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, se aprobó la iniciativa par que solo paguen gravamen aquellos que cobren por encima de los 15 salarios mínimos.
Quiénes integraban la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias
El Impuesto a las Ganancias dividía a las “ganancias” en cuatro categorías dependiendo de su origen. La cuarta, que fue eliminada este juves, contenía a aquellas que eran obtenidas por el trabajo personal. Esa cuatro categorías eran:
Ganancias de primera categoría: conocida como renta del suelo, incluye las ganancias generadas por el usufructo de los inmuebles urbanos y rurales.
Ganancias de segunda categoría: corresponde a los ingresos obtenidos por acciones, intereses, dividendos, etc. Se las conoce como rentas del capital.
Ganancias de tercera categoría: corresponde a las ganancias de las sociedades y empresas unipersonales, sin importar su fuente u origen.
Ganancias de cuarta categoría: son las obtenidas por el trabajo personal.
La cuarta categoría representa un universo de 800.000 trabajadores actualmente. Pero, tras la sanción en el Senado, todos ellos dejarán de pagar el gravamen en 2024. Desde entonces, solo lo tributarán los CEO, gerencias, subgerencias, puestos calificados y jubilaciones y pensiones de privilegio, que representan alrededor de 80.000 contribuyentes, menos del 1% de los trabajos registrados del país.
Además, la ley establece que el mínimo no imponible quede fijo y con actualización semestral –en enero y julio de cada año– que se haría con base en la evolución del SMVM. También se mantiene el beneficio del 22% de zona desfavorable; se eliminan distorsiones de las deducciones personales y generales que obligan al trabajador a estar pendiente de cuestiones administrativas, lo que implica una menor carga operativa para los empleadores, a través de sistema simplificado, que redundará en una disminución del costo de cumplimiento de las obligaciones tributarias.