Tras largos meses de debate, las autoridades italianas confirmaron que a partir de la primavera del año próximo se cobrará una tarifa de 5 euros a quienes visiten Venecia por el día. La iniciativa busca controlar la cantidad de personas que llenan sus históricas calles y canales y reducir la presión sobre la ciudad.

"Venecia está entre las ciudades europeas más visitadas y por eso es la que más sufre por el exceso de turismo", explicó el ministro de Turismo de la icónica ciudad italiana, Simone Venturini. Y señaló que esta prueba se llevará a cabo durante los períodos de mayor afluencia turística. "Todos los visitantes mayores de 14 años deberán pagar la tarifa y reservar su entrada a la ciudad con antelación".

La medida también busca alentar a los turistas diarios a elegir días de menor actividad y reducir la presión sobre la ciudad. No obstante, se eximirá de la tarifa a los turistas que pernocten en la icónica ciudad italiana.

La ciudad, que solo abarca 7,6 kilómetros cuadrados, recibió casi 13 millones de turistas en 2019, y se espera que este número aumente en los próximos años, superando los niveles previos a la pandemia.

El pedido de la UNESCO

En búsqueda de soluciones ante el problema de "exceso de turismo", desde la Unesco recomendaron que la ciudad fuera incluida en una lista de lugares del patrimonio mundial en peligro debido al impacto del cambio climático y el turismo masivo, que amenazan con causar cambios irreversibles.


La Organización de las Naciones Unidas incluyó a Venecia en su lista de patrimonio en 1987 como una “obra maestra arquitectónica extraordinaria”, pero advirtió sobre la necesidad de una “gestión del turismo más sostenible”.

El 31 de julio pasado, la organización internacional advirtió que la ciudad corría el riesgo de sufrir daños “irreversibles” debido a cuestiones que iban desde la crisis climática hasta el turismo de masas.

La recomendación de que la ciudad sea agregada a su lista de sitios del patrimonio mundial en peligro se discutirá en una reunión del comité del patrimonio mundial de la Unesco en Riad, Arabia Saudita, a finales de este mes.

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