El nuevo sistema de créditos de las universidades empezará a regir para carreras de Ingeniería. El anuncio se realizó ayer en Salón de Pueblos Originarios de la Casa Rosada: estuvieron presentes el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro; la secretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela; y rectores de universidades públicas y privadas que serán parte del acuerdo. Fue en ese marco que el ministro Finocchiaro dijo que de ahora en más solo se financiarán nuevas carreras que sean “estratégicas para el desarrollo del país” y anunció que se reformulará el sistema de becas.
Como adelantó PáginaI12 en septiembre del año pasado, el Sistema de Reconocimiento Académico esta inspirado a nivel mundial en el Proceso de Bolonia (impulsado por la Unión Europea desde 1999) y a nivel local en la Universidad de Córdoba, la casa de estudios dirigida por el radical Hugo Juri, que ya funciona con créditos. El objetivo del SRA es “terminar con las trabas burocráticas” que impiden la circulación de alumnos entre universidades, habilitando equivalencias automáticas. El sistema apunta al “mutuo reconocimiento de tramos curriculares, ciclos, prácticas, asignaturas, materias u otras experiencias formativas que faciliten a los estudiantes corredores articulados de formación”. Las universidades deberán decidir si se suman o no a la iniciativa, en el marco de su autonomía. Lo que ayer se anunció fue la puesta en marcha del SRA para diversas carreras de ingeniería.
Para los gremios docentes del sector, la propuesta oficial pone en jaque la autonomía académica. “Es inaceptable porque pone las trayectorias académicas al servicio de las grandes empresas y desarticula el sistema regional universitario, que fomenta el desarrollo local en investigación y desarrollo. Por eso hay 47 universidades y no una sola”, dijo a este diario Antonio Roselló, secretario adjunto de la federación gremial Conadu Histórica.
Finocchiaro aprovechó la presentación del SRA para anunciar que desde ahora será el gobierno nacional evaluará si la apertura de nuevas carreras “está dentro de la lógica de lo que el Estado necesita financiar”. Precisó que “no se financiarán más nuevas carreras que no tengan que ver con áreas de vacancia y que no sean estratégicas para el desarrollo del país”. El ministro defendió la propuesta al subrayar que “no se puede tener en un radio de cinco kilómetros cuadrados universidades que dicten las mismas materias”, ya que sería una “dilapidación de recursos”. Anticipándose a las críticas que despertará la iniciativa, señaló que eso “no significa romper con la autonomía universitaria” y recordó que “las universidades públicas son sostenidas por los impuestos de los contribuyentes”. El funcionario dejó en claro que para el Ejecutivo no todas las carreras son iguales. “Vamos a apostar muy fuerte hacia las ciencias aplicadas”, destacó.
Sobre la reformulación del sistema de becas, apenas precisó que se les darán más fondos a los alumnos de carreras en las que haya áreas de vacancia.
Desde Conadu Histórica, Roselló criticó la eventual distribución discrecional de fondos sugerida por el ministro de Educación y recordó que es el Congreso Nacional el que asigna el presupuesto para las universidades. “No se puede –afirmó– privilegiar una carrera sobre otra sin una discusión interuniversitaria y parlamentaria.” No obstante, el dirigente docente no se mostró sorprendido por las declaraciones del funcionario. “El de Finocchiaro es un presupuesto de ajuste, va a haber recortes por más de 2 mil millones de pesos”, dijo.