El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aseguró ayer que el proyecto de ley de Reforma Tributaria que pretende el gobierno plantea “un esquema gradual de reducción de alícuotas impositivas de acá a cinco años, para que los empresarios tomen todas las previsiones necesarias en tiempo y forma”. “Aspiramos a que en cinco años nos ubiquemos a la altura del resto de los países del mundo en materia impositiva, donde el Estado no sea una carga”, sostuvo el funcionario, quien participó en el Consejo de las Américas. En ese mismo evento disertaron legisladores del oficialismo y de la oposición, quienes coincidieron en que la reforma debe ser gradual para no desfinanciar al Estado. 

Dujovne, quien al igual que sus pares del gabinete ofreció una mirada optimista del contexto económico, aseguró que las medidas clave que impulsa su cartera para los próximos meses son la ley de Responsabilidad Fiscal y la de Reforma Tributaria, cuyos proyectos ingresarán al Congreso Nacional antes de fin de año. “Tenemos un principio de acuerdo con todas las provincias para avanzar en cuestiones de Responsabilidad Fiscal. De hecho, enviaremos el proyecto al Congreso junto con la Ley de Presupuesto 2018”. Respecto de la reforma tributaria, apuntó que “la dirección del cambio es inexorable”. 

En un debate parlamentario, el economista y diputado de PRO Luciano Laspina ratificó que la reforma fiscal que propondrá el Gobierno “será gradual” y que estará focalizada a eliminar impuestos a los ingresos brutos y al cheque, tributos que se consideran como factor de distorsión de los precios. A su turno, el senador Juan Manuel Abal Medina (Frente Peronista) se pronunció a favor de trasladar “más a impuestos directos, con grandes acuerdos y consensos” en reemplazo de los tributos indirectos. “Tenemos el doble de presión tributaria que había a mitad de la década del ‘70, y difícilmente la salud o la educación están el doble de bien”, apuntó. El senador Rodolfo Urtubey (PJ-FpV) coincidió en que cualquier discusión sobre este asunto “tiene que hacerse en el Congreso, porque implica a las provincias”.

En simultáneo, funcionarios, economistas y empresarios debatieron propuestas para una reforma tributaria en una jornada organizada por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE). Allí el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein, sostuvo que el gasto primario, sin computar intereses de deuda pública, es de 40,8 puntos del PBI, con componentes como jubilaciones, y transferencias al sector privado en planes de asistencia y subsidios. La contracara es que la presión fiscal está por encima de 31 por ciento, con niveles similares a los países de la OCDE pero superior a Latinoamérica.