La demanda. Punto de especial interés en mi práctica, iniciada durante la pandemia y una vez impuesto el confinamiento, que radicaliza la masificación y generalización del recurso telemático. Se suspendieron e interrumpieron tratamientos, otros continuaron por esa vía. Hubo también nuevas solicitudes de entrevistas. Algo ahí se franqueó. Solicitudes que se mantienen y proliferan hasta hoy.

I. Mercado de la atención: estas nuevas demandas presentan algo similar. En su mayoría, son mensajes por WhatsApp que imprimen algo del intercambio de mercados comunes: “¿Atiende on line?”, “¿tiene convenio?”, “¿cuál es el valor?”, “¿cuántas sesiones dura el tratamiento”? o “¿cuál es su forma de trabajo?”.

J.A. Miller, respecto del momento actual de la civilización, indica: “…no es el deseo del Otro lo que está tan presente, sino la insistencia de una demanda, de su demanda política bajo el aspecto de la democracia y del mercado, considerados como valores a los que tu bien está vinculado”. Agregando que, para el analista, ello indica una posición de reserva respecto a esos significantes amo de la demanda propiamente política del Otro.

Miller reflexiona allí sobre las incidencias del objeto mass-media en los sujetos contemporáneos. Recorta, de Robert Reich, la idea de que el anonimato de la masa entra en contradicción con el deseo de celebridad inducido por el objeto masas-media. El efecto, según Reich, es la pregnancia de una economía de la atención, es decir una demanda de atención y una oferta de atención y, por lo tanto, un mercado de la atención artificial.

Aislando, entonces, una lógica en dicho registro es donde queda inscripto: “Da la sensación de que el psicoanálisis, por el hecho de que no es entendido en base a un deseo de verdad, sino en función de una demanda de atención personal…”.

II. Freud y la iniciación del tratamiento: recojo, del texto de 1913, algunas citas de Freud para esclarecer el punto: “Debe desconfiarse… de aquellos enfermos que nos piden un plazo antes de comenzar la cura”, “…la disminución de las sesiones de tratamiento resulta tan poco ventajosa… debiendo rechazarse… al principio del análisis”, “…podrá negarse también a todo tratamiento gratuito sin hacer excepción alguna en favor de parientes o colegas” o, más claro aún, “pero ni entonces, ni nunca luego, debemos ceder a su demanda de que les marquemos el tema sobre el que han de hablar”.

El texto en su conjunto refiere al trabajo minucioso que Freud propone de una serie de demandas, advertido del modelo médico imperante en su época y orientado por el reverso del mismo para situar las particularidades del tratamiento analítico.

III. Época y transferencia: ¿Cómo operar desde el vamos, de una consulta por WhatsApp, con incidencias en la restitución de la particularidad y dignidad de nuestra orientación?

Una pista: “…está por formularse una ética que integre las conquistas freudianas sobre el deseo: para poner en su cúspide la cuestión del deseo del analista”. El deseo del analista en la cúspide de una política en la cura. El punto de articulación entre demanda y deseo del analista resulta crucial, pues éste se orienta por el reverso de una época que intenta reducir la transferencia al anonimato de una pura demanda de atención.

Si Lacan destaca en Ferenczi la transferencia como la introyección de la persona del médico en la economía subjetiva, es porque apunta a una economía de goce particular que no puede ser aprehendida si no es por la vía de un discurso que es conveniente echar a andar, torciendo los imperativos del mercado.

Lo intento desde el inicio: “con quién hablo”, “quién le dio mi contacto”, “quién lo deriva”, “por qué busca atención”. Apuesta por encarnar una presencia otra a la del mercado. Donde algo de la reserva, lo no dicho, un resto, opere. Me sirvo de la dilación en las respuestas. Señalo, a veces, que me escriban más adelante para una hora, o, en otras, indico no estar recibiendo pacientes. También, valorizo un posible encuentro indicando: “el valor lo podremos conversar y acordar después de la entrevista”.

Lacan dice: “…es más allá del discurso donde se acomoda nuestra acción de escuchar”. Prescindimos del discurso a condición de servirnos: “…esta no es en primer lugar sino la implicación de su acción de escuchar, y que ésta no es sino la condición de la palabra”.

Retomo: “Demandar: el sujeto no ha hecho nunca otra cosa, no ha podido vivir sino por eso, y nosotros tomamos el relevo”.

*Producto del Cartel “Entradas orientadas”. Asociado NELcf Sección Santiago.