Rotting in the Sun - 8 puntos
Estados Unidos/México, 2023
Dirección: Sebastián Silva
Guion: Pedro Peirano y Sebastián Silva.
Duración: 103 minutos
Intérpretes: Jordan Firstman, Catalina Saavedra, Sebastián Silva, Vitter Leija, Juan Andrés Silva .
Disponible en Mubi.
Miembros por todos lados. De todos los colores y tamaños. Eso es lo único que parece ver Sebastián, el conflictuado protagonista de Rotting in the Sun, que necesitaba relajarse y decidió que lo mejor era irse un fin de semana a Zicatela, una paradisíaca playa en el sur de la costa pacífica de México, destino muy popular entre la comunidad gay. Porque Sebastián es gay, pero también director de cine y artista plástico, y parece atravesar una crisis de la mediana edad un poco más intensa que la del varón promedio. Dueño de una mirada sombría de la realidad y siempre con una cita acerca del suicidio a flor de labios, Sebastián va a la playa a descansar, pero estar rodeado de tanto pito al aire produce en él el efecto contrario.
Parte de una generación que puso al cine trasandino en el primer plano mundial junto a colegas como Pablo Larraín, Sebastián Lelio, Maite Alberdi o Andrés Wood, el cineasta chileno Sebastián Silva se hizo conocido gracias a La nana (2009), su segunda película. En ella usaba el humor y el sarcasmo para contar una fábula ácida que, a partir de la figura de una empleada doméstica, diseccionaba sin piedad a la sociedad chilena. Los puntos de contacto de aquella película con Rotting in the Sun no son pocos. Por un lado, Silva vuelve a trabajar con la actriz Catalina Saavedra, protagonista entonces y ahora, quien de nuevo interpreta el rol de la señora que limpia. Por otro, el director aprovecha lo anecdótico de ambos relatos para traficar de fondo una afilada crítica social. Además se construye como personaje, interpretando una versión muy neurótica de sí mismo.
En Zicatela, el Sebastián de la ficción se la pasa leyendo un libro existencialista de Emile Cioran y rechazando propuestas sexuales de otros bañistas, mientras se regodea en su pose suicida. Sin embargo, el atribulado protagonista de pronto se encuentra nadando mar adentro para salvar a un hombre que se ahoga, para terminar siendo él quien ruega ser rescatado. Así conoce a Jordan, un influencer provocador y superficial, que le propone hacer juntos una serie de televisión, protagonizada por el propio Jordan. Rotting in the Sun es una película en mutación permanente y esa capacidad para reinventarse la convierten en un objeto cinematográfico impredecible, capaz de echar mano a los recursos más extremos, del humor negrísimo al meme, pasando por pinceladas (más bien brochazos) de porno gay, que Silva utiliza con un timing cómico muy preciso. Y hasta se atreve a alterar la atmósfera e incluso el género del relato varias veces a lo largo de la narración.
En el comienzo de Rotting in the Sun, el director parece jugar a poner en escena una versión satírica y muy ligera de El desconocido del lago, aquel policial sombrío y carnal dirigido por Alain Giraudie, donde el protagonista se enamoraba de un hombre con un aura peligrosa, al que conocía en una playa similar. Y, a su manera, Jordan también es peligroso para Sebastián, aunque por motivos bien distintos. Hay algo en su liviandad, en su despreocupada y un poco hueca forma de estar en el mundo que pone en cuestión la no menos hueca y sobreactuada crisis existencial del cineasta.
Al contrario del vínculo que retrata la película de Giraudie, signado por la pulsión de muerte, la explosiva intromisión de Jordan despoja a los conflictos de Sebastián de su agobiante carga moral, para revelar todo lo que en ellos hay de mera afectación, de berrinche pequeño burgués. Pero solo una de esas fuerzas será la que prevalezca. Filmada de forma deliberadamente brusca, Rotting in the Sun es una experiencia física y hasta puede resultar muy placentera si se acepta el código que propone, pero también volverse chocante con facilidad. Un marco desquiciado, y por eso ideal, para poner en escena una versión salvaje de la lucha de clases.