El abogado y magíster en Derecho y Estudios Internacionales Victor Abramovich explicó cuáles son las medidas que puede tomar el Estado para evitar la proliferación de discursos de odio.
"Tiendo a descreer bastante de la herramienta penal cuando se trata de expresiones de este tipo, pero eso no quiere decir que no pueda haber mecanismos legales, por ejemplo, vinculados con las responsabilización de funcionarios públicos que incurren en este tipo de discursos", planteó en diálogo con AM750.
A raíz de la difusión de discursos de discriminación en redes sociales y expresiones negacionistas en la acualidad, Abramovich enumeró una serie de funciones que le corresponden al aparato estatal para desincentivar y prevenir sin vulnerar las garantías que prevé el derecho a la libertad de expresión.
Por un lado, el también autor del libro El límite democrático de los discursos de odio (2021, publicado por Editorial Teseo) planteó que es importante la delimitación entre de los discursos de odio en términos técnicos o jurídicos que incitan de manera activa o directa a la violencia contra grupos discriminados históricamente (por raza, clase, religión, género o sexualidad), a la criminalidad masiva, a los crímenes de lesa humanidad y genocidios con otras expresiones menores.
"Esos se consideran, más que expresiones, conductas violentas. Están por fuera de la protección de la libertad expresión y por lo tanto ahí los Estados tienen un margen mayor para intervenir incluso con medidas que pueden llevar a la supresión de contenidos", reveló el abogado y señaló que regular los discursos negacionistas no debe llevar necesariamente a la criminalización.
Además, el especialista indicó que el Estado puede accionar en el plano de la ley o de las políticas públicas depende el caso particular. "Cuando aparecen otro tipo de expresiones discriminatorias o estigmatizadoras ahí el Estado tiene también el deber de tener intervención pero lo tiene que hacer dentro de un marco de garantías de la libertad de expresión que implica la prohibición de adoptar medidas de censura previa", detalló en Aquí, allá y en todas partes.
En ese sentido, aclaró que es importante tener en cuenta el contexto histórico y político en que esas expresiones son vociferadas -por ejemplo en casos de mucha conflictividad interna de un país- y también quién los produce.
"Quien emite esa expresión es un dato importante, que tenga la posibilidad de incitar expresiones violentas, los líderes políticos tienen esa capacidad", agregó Abramovich.
En el caso de las redes sociales, el magíster en Derecho Internacional consideró que es un ámbito en el que hay mayor circulación de expresiones estigmatizantes y que, paradójicamente, está desregulado. Pero además, "es muy difícil para los Estados regularlos a través de la ley nacional" y que las experiencias en el mundo son el modelo europeo que aplica legislaciones multilaterales y el modelo estadounidense del "dejar hacer".
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