El candidato Javier Milei propone implementar un sistema de banca Simons anticorridas bancarias. La herramienta es un complemento de la dolarización y cierre del Banco Central, que dejaría al sistema bancario sin posibilidades de salvatajes en caso de corridas bancarias. La experiencia de la convertibilidad, con el secuestro de los ahorros que implicó el corralito, requería atajar eventuales críticas al aplicarse de nuevo un sistema que elimina al prestamista de última instancia. Pero, ¿qué es la banca Simons?

El economista de Chicago, Henry Simons, proponía hace casi un siglo desdoblar el sistema bancario. Por un lado, los depósitos tendrían un encaje forzoso del 100 por ciento, de manera tal que no podían ser represtados por los bancos. La ventaja de ello es que no hay posibilidad de corrida, ya que la plata que uno deposita queda íntegramente resguardada en el Banco Central. La desventaja es que, al no prestarse, los depósitos no generan ganancia. Más bien, generan pérdida ya que hay que abonar por la seguridad que brinda el banco custodiando nuestros ahorros. Ese sistema ya existe hoy en día y se llama caja de seguridad, práctica que se extendería al total de los depósitos.

Para que no desaparezca el crédito, Simons proponía que quien quiera una remuneración por sus ahorros, debía arriesgarlos directamente mediante el fondeo de proyectos de inversión. Es decir, en vez de poner la plata en un plazo fijo (que ya no existiría) y que el banco sea el encargado de prestarlo, los ahorristas deberían ser directamente los prestamistas. Es lo que sucede cuando un particular compra acciones, obligaciones negociables de empresas o bonos públicos, práctica que se generalizaría vía fondos de inversión incluyendo créditos de corto plazo de consumo o de liquidez para las empresas.

El principal inconveniente de la banca Simons es que traslada el riesgo inversor desde los bancos hacia los propios ahorristas. Así, la protección contra corridas es un eufemismo que vende como novedosa la posibilidad ya existente de contratar una caja de seguridad bancaria. Cuando en realidad, lo relevante del sistema es que ante la desaparición del plazo fijo, cualquier ahorrista que quiera obtener un rinde financiero por sus ahorros, deberá hacer inversiones financieras que requieren un análisis de riesgo complejo. Si tenemos en cuenta que la mayor parte de los ahorristas tienen muy vagos conocimientos de finanzas, las posibilidades de ver esfumarse sus ahorros por efecto de desvalorizaciones repentinas de instrumentos financieros, son muy altas.

Esa situación se agrava con la desaparición del Banco Central en el marco de la dolarización. La falta de un prestamista de última instancia debilita la posibilidad de una intervención estatal para rescatar bonos, acciones o cualquier otro instrumento financiero que sufriera una repentina desvalorización. Eso agrava la volatilidad de los por sí ya muy volátiles mercados financieros, y ese riesgo extremo no recaería ya sobre los bancos, sino directamente sobre el valor de los ahorros de la población.

@AndresAsiain