La expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, afirmó estar “muy preocupada” por el éxito del nuevo proceso constituyente debido a que el debate podría fracasar nuevamente.

“Estoy preocupada, muy preocupada, ya que hay varios síntomas que sugieren que podemos fallar en dar una buena y nueva Constitución al país”, dijo Bachelet en el marco del seminario Icare “Diálogo para construir futuro” realizado en la capital chilena.

La expresidenta afirmó que el proceso constituyente es una oportunidad para entregar una “convivencia democrática fortalecida” y agregó: “Depende de nosotros y especialmente de quienes tenemos liderazgos en el espacio político”.

“Me preocupa que algunos no hayan entendido el mensaje principal del quiebre democrático del golpe ocurrido hace 50 años, nadie puede arriesgar la convivencia democrática para asegurar sus intereses”, aseguró la exmandataria.

Como en una revancha

Bachelet afirmó que los consejeros del nuevo proceso constituyente tienen “una tarea de suma relevancia” y los llamó a dejar de lado “sus intereses” y no repetir el fracaso de la Convención en el proceso anterior.

“Veo que nuevamente, como en una revancha, los legítimos triunfadores de las elecciones del Consejo pretenden imponer su peso para dar señales identitarias a sus electores o para hacer inviable en el futuro políticas públicas que no están de acuerdo como salud, previsión o interrupción al embarazo”, dijo Bachelet, en referencia a la victoria en los comicios de mayo del Partido Republicano, de extrema derecha.

“Lo digo claramente porque creo que no se aprendió la lección que nos hizo fracasar la ocasión anterior”, señaló, después de que el proyecto de Constitución elaborado el año pasado fuera rechazado en un plebiscito en septiembre con casi el 62% de los votos.

“Una Constitución no es el espacio para darle rango nacional e identidades políticas particulares, ni para hacer sentir el triunfo de unos por sobre otros”, enfatizó Bachelet. A pesar del clima político, la exmandataria dijo ser “rehén de la esperanza” y que como país se puede "estar a la altura del desafío constitucional y democrático”.

Segundo intento

Este nuevo proceso constituyente se originó luego del fracaso del intento anterior, que surgió de las protestas ciudadanas tras el estallido de 2018.

La Constitución vigente data de la dictadura de Pinochet (1973-1990) y ha sido cuestionada durante años, particularmente por la izquierda, por considerar que perpetúa modelos arcaicos y la injusticia social.

Fue sometida a algunas reformas, la última de ellas en 2005, durante la administración de Ricardo Lagos (2000-2006).

El proceso actual está en manos del Consejo Constitucional, organismo conformado por 50 integrantes, que serán los encargados de entregar el texto final de carta magna, que será votado en un nuevo plebiscito obligatorio el 17 de diciembre de 2023.