La campaña hacia las elecciones generales está manchada por distintas expresiones negacionistas. Dos de las principales fuerzas políticas alternan entre el ataque a los referentes de la lucha por los derechos humanos, la justificación de la dictadura o la promesa abierta de impunidad a quienes perpetraron crímenes atroces durante los años del terrorismo de Estado. Pese al lugar central que tienen las disputas por la memoria, la verdad y la justicia, el eje de derechos humanos puede quedar fuera del debate presidencial que organiza la Cámara Nacional Electoral (CNE). El tema ya no figura entre los cuatro ítems que serán discutidos por Sergio Massa, Patricia Bullrich, Javier Milei, Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Únicamente podría incorporarse por la participación ciudadana: con ese fin, organismos de derechos humanos están llamando a quienes estén habilitados para votar a que ingresen antes de la medianoche del sábado para reclamar su incorporación a través de un formulario digital.
Desde que en 2016 se modificó el Código Nacional Electoral, el debate presidencial pasó a ser obligatorio para todos los candidatos que superen las PASO. Esta vez se acordó que habrá un debate el 1 de octubre en Santiago del Estero y otro, una semana después, en la Facultad de Derecho de la UBA. En Santiago del Estero, los cinco candidatos debatirán sobre economía y educación. En la Ciudad de Buenos Aires, sobre seguridad, trabajo y educación.
Para organizar el debate, la CNE convocó a un consejo asesor, que está integrado por politólogos, juristas, consultores en comunicación política y representantes de organizaciones de la sociedad civil. Algunos de los nombres que se destacan son los de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, o Carlos Arslanian y Ricardo Gil Lavedra, dos de los excamaristas que juzgaron a las Juntas Militares en 1985.
En distintas reuniones se habían acordado una serie de ejes. Según el acta del 11 de julio, la CNE y el consejo asesor habían decidido que los temas del debate serían seis: inflación, pobreza, inversión y empleo; educación, exclusión, juventudes e infancias; fortalecimiento democrático, justicia y federalismo; políticas públicas de seguridad y crimen organizado; Argentina en el mundo y desarrollo humano, diversidad y derechos. El 16 de agosto, los participantes concluyeron que la participación ciudadana –innovación de este debate– se canalizaría a través de un formulario web que podría completarse con una serie de recaudos, como colocar el número de trámite del documento, para evitar maniobras informáticas.
El 30 de agosto pasado, se firmó el acta en el que se decía que en un debate se tratarían los temas de economía, educación e infancias y derechos humanos y desarrollo mientras que la otra jornada estaría centrada en seguridad, Argentina en el mundo y democracia e instituciones. Hubo sorpresa entre quienes participaron de estos encuentros del consejo asesor y vieron que los temas quedaron reducidos a cuatro y que el eje derechos humanos quedó a merced de una votación que únicamente estará activa durante tres días –del 14 al 16 de septiembre–.
En el formulario aparecen siete ejes para votar: relaciones de Argentina con el mundo; federalismo y desarrollo regional; defensa; derechos humanos y convivencia democrática; salud; justicia, instituciones y transparencia; desarrollo humano, vivienda y política del ambiente. Dos de estos siete temas podrían incorporarse al debate: uno en cada jornada.
Hay molestia porque estos temas ni siquiera recogen los subtemas que se habían tratado. Por ejemplo, Abuelas de Plaza de Mayo para el eje de derechos humanos había propuesto subejes como derecho a la identidad, la búsqueda de los 300 nietos y nietas que faltan, memoria, verdad y justicia, violencia institucional, medidas de no repetición, negacionismo y discursos de odio. Todo quedó englobado dentro de derechos humanos y una genérica “convivencia democrática”.
Bregman, la candidata presidencial del Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad, denunció en sus redes sociales que su representante, Guillo Pistonesi, había pedido incorporar el eje derechos de las mujeres, pero que fue rechazado. Una de las que se opuso a que el tema figurara fue Karina Milei, que va en representación de su hermano Javier Milei. Hubo un cruce entre la enviada de La Libertad Avanza (LLA) y el militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS): Karina Milei le dijo que era un tema de “nicho”. En las últimas horas, Milei, en una entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson, se preguntó por qué no existe un ministerio de hombres y negó la existencia de un techo de cristal para las mujeres.
En la CNE dicen que, en realidad, el pedido del FIT-U llegó tarde. Los asesores de Bregman replican que había acuerdo entre todas las fuerzas políticas con excepción de LLA y que Pistonesi había tenido el visto bueno de Juan Manuel Olmos (Massa), Diego Bossio (Schiaretti) y Martín Siracusa (Bullrich).
Sobre la falta del eje derechos humanos, en el tribunal explican que es lo que decidieron los representantes de los frentes políticos y que, en caso de que no hubiese existido acuerdo, los integrantes de la CNE habrían resuelto.
Un ejercicio de memoria y futuro
Los organismos de derechos humanos no se dan por vencidos y piden que la ciudadanía ingrese en las próximas horas a votar para que se pueda debatir esta temática. "Sería insólito que no se debata. Hay que hacer hasta lo imposible para que los candidatos se pronuncien sobre este tema. Hoy es más necesario que nunca ante la avanzada del negacionismo y porque tenemos que salir a defender también el derecho humano al trabajo, a la salud y la educación pública", afirma Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
“Estamos intentando que no quede fuera debate. Dadas las posturas reivindicativas o negacionistas de algunos candidatos, es indispensable que demuestren públicamente qué piensan del tema”, dice Graciela Lois, representante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. “En 1983, cuando se hacían los actos de campaña, fuimos como organismos a todos y cada uno de estos actos para que los candidatos incorporaran en su plataforma la defensa de los derechos humanos –agrega Lois–. Hoy, decimos que el avance y lo conseguido en esta materia, que es reconocido a nivel mundial y tomado como ejemplo, no puede quedar fuera de una discusión tan trascendente como la de una elección presidencial”.
En los últimos días, Victoria Villarruel, la candidata a vice de Javier Milei, atacó directamente a Estela de Carlotto, a quien llamó “personaje siniestro”, y descalificó a distintos referentes del movimiento de derechos humanos al llamarlos “familiares de terroristas”. Villarruel impugna el proceso de juzgamiento a los genocidas, y tuvo que empezar a reconocer que mantuvo reuniones con distintos genocidas, como Jorge Rafael Videla o Miguel Osvaldo Etchecolatz.
Bullrich no quiere quedarse atrás en la pelea por el “voto bota”, que parece estar encantado por lo que representa Villarruel. Como reveló Página/12, la exministra de Seguridad de Mauricio Macri envió una carta a las Fuerzas Armadas en la que prometía una “salida justa” a quienes están siendo enjuiciados por secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, desapariciones y robo de bebés, entre otros crímenes aberrantes. Bullrich también habló de tratos inequitativos e inhumanos en lo que se percibe como un ataque directo al proceso de justicia.
“Hace 40 años, los reclamos por verdad y justicia del movimiento de derechos humanos empujaron a Raúl Alfonsín a hacerse eco de los mismos. La democracia volvía y los derechos humanos tuvieron allí su centralidad –no podía ser de otra manera–: los 30 mil empujaban; las Madres, las Abuelas y los Familiares guiaban y un pueblo acompañaba”, dice Adriana Taboada, referente de la Comisión Zona Norte.
“Ha sido un largo camino –de la impunidad a la justicia– y no vamos a interrumpir ese proceso, que sigue probando que no hubo guerra ni dos demonios y sí responsables del genocidio. El negacionismo y la falacia de la memoria completa hoy buscan ganar terreno, confundiendo, banalizando, y se acompañan de las prácticas fascistas cancelatorias. Urge, entonces, conocer el compromiso que los candidatos y las candidatas a la Presidencia mantendrán con las banderas de la memoria, la verdad y la justicia”, reclama la integrante de la mesa de organismos.
Se puede votar desde aquí hasta las 23.59 del sábado 16 de septiembre.