Marcos Galperín es el argentino más rico según Forbes. A abril de este año, tenía una fortuna calculada en 4.900 millones de dólares. Apoyó a Macri en su sueño fracasado de reelección y ahora coquetea con Milei. Se mudó a Uruguay cansado de las regulaciones, pero después de vivir de la teta del Estado. Recibía subsidios para su plataforma, Mercado Libre, gracias a la ley de Software de 2004 que amplió sus beneficios durante el gobierno de Juntos por el Cambio (2015-2019). Su compañía alcanzó volúmenes desmesurados de operaciones durante la pandemia cuando él ya vivía al otro lado del Río de la Plata.

Ahora vio que un nuevo filón apareció en Miami. El rugby profesional –deporte al que jugó como amateur en el club San Andrés– y lo que potenció a esa ciudad la llegada de Lionel Messi. Por eso se asoció con otros empresarios, Rolando Koni Strazzolini y Alejandro Macfarlane, también vinculados al mundo de la pelota ovalada. Compraron la franquicia de los Sharks que competirá en la Major League Rugby de EE.UU, nacida en 2018.

Esta semana se confirmó que usarán instalaciones acondicionadas del Inter de Miami para sus partidos. Los tiburones jugarán en el Florida Blue Training Center. Harán sinergia con el fútbol de Messi, Beckham y los empresarios cubano-americanos Jorge y José Mas, hijos del fallecido Jorge Mas Canosa, un enemigo de la revolución de Fidel Castro, el Che y Camilo Cienfuegos.

Galperín es un visionario afortunado. Su Mercado Libre se transformó en Mercado Livre cuando ingresó a Brasil y vio cómo se derrumbaba su principal competidora local. Ya en 2021 invertía en el fútbol cuando colocó su publicidad en la camiseta del Flamengo. Un antecedente cercano de lo que hará en Los Sharks pero esta vez como dueño.

En la empresa que fundó en 1999 en un garaje de Saavedra, hoy no está solo. Son también accionistas Baillie Gifford and Company, una gestora de inversiones del Reino Unido, las estadounidenses Capital Research Global Investors y Jennison Associates LLC y dos de los principales bancos de EE.UU, Morgan Stanley y JP Morgan Chase & Company.

Los multimillonarios que invierten cada vez más en el deporte no se mueven por filantropía o por los colores de una camiseta. En el caso de Galperín y sus socios, tienen un horizonte lucrativo de expectativa que apunta al Mundial de Rugby que se realizará en 2031. Como la Copa Mundial de la FIFA de 2026, los dos se jugarán en Estados Unidos.

En los Tiburones, Galperín, Strazzolini y Macfarlan no son la única presencia argentina. Ya anunciaron para 2024 la contratación de Tomás Cubelli, medio scrum de Los Pumas. Su entrenador será José Pellicena, ex conductor de los Pumitas y otro ex integrante del seleccionado nacional y columnista de TV, Juan Martín Hernández, su embajador deportivo. El día que se presentó la franquicia en el Faena Theater de South Beach, no faltó el “amigo del alma” de Mauricio Macri: Nicolás Caputo.

“Acá en Argentina generar empleo es muy difícil por el marco laboral. Cinco empleos son cinco problemas y 100 empleos son 100 problemas, por eso nadie quiere contratar gente”, declaró el CEO de Mercado Libre en 2019. Los niveles actuales de empleo lo desmienten, aunque precarizado y con salarios a la baja. Son los que defiende el CEO que siempre se negó a discutir la existencia de un Convenio Colectivo de Trabajo en su sector. Ahora decidió invertir en los Tiburones del rugby de Miami. Un nombre que le cae a medida.

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