En cualquier conversación con amantes del fútbol salteño aparece en algún momento el nombre de Argentinos del Norte, club fundado el 27 de febrero de 1911, años en los que apenas brotaban un puñado de agrupamientos deportivos a lo largo y ancho del país.
Su nombre no escapa de las formas lingüísticas que muchos fundadores adoptaban para “despegarse” de la raíz inglesa con la que había nacido el juego de pelota que se afincó en estas tierras: anteponer “Argentinos”, era la manera elegida para mostrar el terruño que los cobijaba y, en este caso, también reafirmar que se situaban en el norte del país.
No son pocos los que hablan de Argentinos del Norte como un equipo que “fue escuela”, que forjó grandes conjuntos y que, a pesar de no tener terreno propio de juego hasta hace pocos años, esta situación no resultó impedimento para dejar una marca indeleble a través del tiempo.
El inicio: los pelados
Pocos años después de su fundación, ya entrando a jugar formalmente en la Liga Salteña de Fútbol, comenzó a conocerse al equipo con el mote de "los militares", ya que algunos dirigentes de la institución pertenecían al Ejército y convocaban a los partidos a varios de los conscriptos que llegaban desde diferentes puntos del país a Salta. Es por esto que no resultaba extraño ver en el once inicial a varios jugadores “pelados”, no por el paso del tiempo, sino por la máquina rasuradora.
El vicepresidente primero de la Liga salteña e histórico ex jugador de Argentinos del Norte, Adolfo Resina, recuerda la historia de su querido club que también es en gran medida su historia personal: “la mayoría éramos vecinos del mismo barrio. Nos ubicábamos cerca de las calles Deán Funes y Aniceto Latorre, ahí estábamos y jugábamos”, repite una y otra vez como un mantra, recordando sus inicios desde bien joven dando los primeros pases y remates al arco.
“La historia de Argentinos del Norte tiene dos grandes partes en su larga trayectoria: un momento en que los cuadros directivos del Club estaban integrados por gente que pertenecía al Ejército, y la otra, a partir de los años 60, cuando se empiezan a dar unas modificaciones importantes en la fuerza y la dinámica ya no era que venían tantos soldados; entonces ahí empieza a aparecer la familia Resina en la vida de Argentinos del Norte”, comenta el dirigente y ex jugador.
Será gracias a estas reestructuraciones en el Ejército que la historia comenzará a dar un vuelco. “En 1962 hace su debut oficial el primer Resina en Argentinos del Norte; el primero que empieza a jugar en la primera división del Club es Miguel Resina, y después su hermano más chico, Nicolás”, cuenta Adolfo remontándose a aquella época que comenzará a ser gloriosa para el Club.
La bonanza deportiva termina decantando en una de las estrellas más preciadas. “En el año 1964 Argentinos del Norte sale campeón habiendo cuatro Resina en el equipo: dos hermanos y dos primos”, recuerda Adolfo, y agrega: “llegamos al 1964 siendo campeones, y en el 65 Boca Juniors organiza un Campeonato de Campeones invitando al último campeón de cada provincia. Ahí fuimos con Argentinos del Norte a participar. Jugamos dos partidos, ganamos el primero y perdimos el segundo. Aquel torneo decretó que fuéramos el primer equipo de fútbol de Salta que viajó en avión”.
Adolfo continúa su derrotero de anécdotas y remarca una muy jocosa. “Recuerdo que una vez el famoso periodista salteño, el gordo Plaza, decidió ir a la cancha de Juventud a transmitir Juventud con Argentino del Norte. Cuando llega y pide la planilla tenía seis Resina dentro de la cancha, entonces pedía disculpas al aire a la gente, diciendo que iba a relatar a la usanza brasilera (llamando por los nombres); él decía ‘tengo seis del mismo apellido, entonces yo no puedo decir que Jorge Resina, que era el arquero, sacaba y se la daba a Resina, y que él se la daba a otro Resina’, entonces cambió la forma y decía, ‘Jorge se la daba a Adolfo y él a Nicolás que le daba Carlos…’”.
La Dinastía Resina
Con el correr del tiempo comenzaron a aparecer más y más jugadores de apellido Resina, todos ellos parientes; “en un momento determinado en el equipo había siete: el arquero, el número 4, el 5, el 8, el 10, el 11, el 9, y después se siguieron agregando algunos más. Oficialmente llegaron a ser nueve Resina en el mismo equipo. Así se empieza a formar lo que llamaron en ese momento ‘La Dinastía Resina’”, comenta el exjugador y actual dirigente de la Liga Salteña.
Si bien oficialmente, “por los puntos”, fueron nueve los Resina que integraron el mismo equipo de Argentinos del Norte, hubo ocasiones en partidos no oficiales, pero con cierto peso histórico, en los que llegaron a ser muchos más. "Como éramos tantos llegamos a formar un equipo, que si bien no competía oficialmente, jugábamos en otras localidades. Ahí llegamos a ser 16 los Resina”, relata Adolfo.
Las anécdotas abundan: “Un hermano mayor que trabajaba en YPF se va al norte de Salta, específicamente donde había un pozo petrolero en la zona de Acambuco. Entonces le cuenta a un ingeniero, jefe de él, que tenía un equipo de la familia Resina, y este señor para el Día del Petróleo nos mandó un avión desde la zona de perforación y nos llevó a jugar. Éramos los 16 Resina en el avión, y nosotros comentábamos ‘si este avión se llega a caer, no vamos a caber en ninguna sala velatoria’”, recuerda entre risas Adolfo, quien agrega que no solo vivieron esa gran experiencia, sino que retornaron a Salta con una victoria deportiva.
Otra de las tantas anécdotas que quedarán en el baúl de los recuerdos y que inmortalizará tanto a los Resina como al Club Argentinos del Norte, es una famosa imagen, quizás la más nítida y mejor tomada (la misma que acompaña la portada de esta nota), que los muestra muy bien formados en el estadio de Gimnasia y Tiro. Según cuenta la leyenda, y Adolfo Resina reafirma, “fue un desafío a través de la Liga Salteña, donde Central Norte jugaba un partido de la famosa copa regional contra un equipo de Catamarca, y nos invitaron a que hagamos el partido preliminar contra el equipo de Rivadavia; ahí fue cuando quedó documentada la foto. Ese día jugamos y ganamos”.
En aquella imagen, que quedará para la posteridad, los relatos que ya son parte de liturgia popular salteña ubican a los familiares, todos ellos de apellido Resina, nombrándolos de esta manera: Santiaguito, Loro, Picha, Peseta, Chanchita, Adolfo, Nicolás, Pijilla, Roberto, Pacho, Santiago, Carlos, Pepe, Poroto, Pescao y Pichón. Aquellos 16 que posaron para la imagen en el partido disputado en el estadio de Gimnasia y Tiro llevaban el mismo apellido y tenían la misma sangre.
Recuerda “Poroto” Resina, el más chico en la imagen de arriba y el último de la “Dinastía” en retirarse: “Para mi es un orgullo haber jugado en ese equipo familiarmente. Ver esa foto es algo hermoso, no tengo palabra para decir lo que siento”.
El fulbito, añoranza y actualidad
Los relatos se multiplican, y las anécdotas y motes recibidos por un club centenario como Argentinos del Norte, se ensanchan. De hecho, la forma en que este equipo jugaba al fútbol siempre será recordada como “el fulbito”.
Al respecto, Adolfo Resina comenta: “Nosotros jugábamos en el barrio, nuestra cancha era muy chica y por eso nos apodaban 'El Fulbito'. Es que éramos tantos que no podíamos patear fuerte, teníamos muchas limitaciones y encontramos un juego distinto, entonces el ‘fulbito’ lo traíamos inconscientemente, la cancha nos condicionaba y teníamos esa forma de juego. Sin embargo, este ‘fulbito’, era muy complicado para los rivales”.
El recuerdo del último Resina en vestir oficialmente la camiseta de Argentinos sigue latente. “Soy el último de la familia que jugó profesionalmente, además tengo cuatro hijos varones que jugaron al fútbol pero ninguno en Argentinos. De alguna forma me tocó ser el último, el que cierre la Dinastía”, comenta Poroto Resina, quien se despidió del verde césped alrededor de 1990, cerrando un legado familiar de casi 30 años ininterrumpidos.
Hoy la historia de Argentinos del Norte transita fusionado con Camioneros y su nombre pasó a ser “Fusión Camioneros Argentinos del Norte”, dando lugar a los del sindicato a tener una plaza, y al histórico Argentinos a resurgir de algunos vaivenes económicos. Inclusive hoy, a través de la fusión, lograron por primera vez cancha propia y estar peleando a las puertas de ascender en el último torneo disputado, al Federal A.
Y aunque esa parezca otra historia, “Los Resina” son parte también de este resurgir, ya que siguen vinculados al Club y a la Liga Salteña, empujando desde otro lugar para que la mística del equipo, que hoy lleva nada más ni nada menos que 112 años de existencia, siga surgiendo y surcando los suelos de las canchas norteñas.