Philippe Ariès fue uno de los más notables historiadores del siglo XX, pero fue, también, uno de los más atípicos. Enfocado en sus primeros años académicos en la demografía histórica, se consagró más tarde como una de las figuras emblemáticas de la llamada "historia de las mentalidades". 

La editorial Adriana Hidalgo acaba de publicar uno de sus títulos más reconocidos: Morir en Occidente. Se trata de un trabajo que es el fruto de quince años de investigaciones a cargo del historiador francés fallecido en 1984. Ariès, que antes había estudiado la historia de la vida privada y de la institución familiar (El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen es un texto imprescindible en este terreno) aborda aquí las cambiantes concepciones de la muerte en función de los períodos históricos. 

Su aporte fundamental es la noción de paulatina pero inexorable "pérdida de familiaridad" con la muerte que fue acompañando la llegada de la modernidad. Ariès destaca que "huir de la muerte" ha sido la tentación de Occidente. Porque, escribe, se ha convertido en tabú, reemplazando en esa condición al sexo. 

El libro reúne cuatro conferencias ofrecidas por el historiador en la Johns Hopkins University. Pero las investigaciones fueron sometidas a numerosas revisiones por el propio autor, que en el prefacio de Morir en Occidente reconoce: "el día del punto final todavía no ha llegado".