El próximo 21 de septiembre se darán a conocer los ganadores del 111º Salón Nacional de Artes Visuales, organizado por el Palacio Nacional de las Artes–Palais de Glace con la colaboración de la Secretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección Nacional de Museos del Ministerio de Cultura de la Nación. De las doscientas once obras seleccionadas para formar parte de este prestigioso certamen nacional, cuarenta y seis pertenecen a artistas bonaerenses que presentarán sus creaciones en el Centro Cultural Borges, el Centro Cultural Kirchner y el Centro Cultural Paco Urondo.
El Salón Nacional de Artes Visuales es el certamen vigente más antiguo de Argentina dedicado a premiar las obras representativas del arte contemporáneo nacional. De entre los más de doscientos expositores seleccionados, su jurado de especialistas reconocerá con tres premios de adquisición a las mejores obras de esta edición, y cuarenta y tres premios no adquisición a las mejores obras de sus nueve categorías divididas por el formato expositivo. En total, el Salón repartirá en premios trece millones de pesos a artistas visuales de todo el país.
La provincia de Buenos Aires estará presente en esta edición a través de los cuarenta y seis artistas bonaerenses que fueron preseleccionados por el artista Leonardo Damonte. Entre las obras que se podrán ver a partir del 21 de septiembre, hay instalaciones, dibujos, esculturas, fotografías y textiles. Todas ellas son creaciones de artistas residentes de ciudades y pueblos de la provincia de Buenos Aires que viajarán a Capital Federal para exponer su obra y competir por las decenas de premios que otorgará el Salón. Muchos de estos artistas tienen un vínculo con la territorialidad bonaerense que, según expresan, fue determinante en su creación carrera artística.
Hacer arte desde la provincia
Marina Stimolo es una escultora y ceramista de Bernal, Partido de Quilmes, que fue seleccionada para ser parte de la 111 edición del Salón Nacional con su obra “Moradas”, una serie de seis piezas de arcilla que forman una aldea imaginaria, entre pequeña y majestuosa, para seres desconocidos. Estas moradas pertenecen a la serie “Nidos”, donde la artista reflexiona sobre el vínculo entre los humanos y el mundo animal que los rodea. “Los humanos no somos los únicos construyendo moradas para sobrevivir, para encontrar resguardo”, afirmó Stimolo.
Sobre su vínculo artístico con la provincia de Buenos Aires, Stimolo comentó: “Mi hacer cerámico siempre fue con arcillas comerciales, pero hace muy poco empezó la obra de repavimentación de la avenida Zapiola. Para eso, se hicieron pozos profundos en la vieja avenida, lo que dejó la tierra arcillosa de Bernal al alcance de mi mano. Siempre me interesó trabajar con arcillas locales, pero que recolectaba en viajes y lugares menos urbanizados. Con la repavimentación tuve la fortuna de poder recolectar arcilla de mi propio barrio, de mi territorio. Además de felicidad, esta arcilla presentó un nuevo modo de trabajar para mí”. Así, las moradas de Stimolo se abren con los colores terrenales de un Bernal arqueológico y oculto bajo los edificios y las avenidas.
Laura Larocca es una artista visual de la Ciudad de Campana que presentará en el Salón Nacional “Presión Histórica”, una instalación visual y sonora que investiga, con un enfoque antropológico pero también emocional, los motivos de los incendios recurrentes en el humedal del río Luján. Su obra recoge imágenes de archivo de prácticas sociales e industriales que se realizan en el río y cenizas de los incendios que, al contacto con el espectador, emiten los sonidos propios del entorno del que surgieron.
“Si bien venía trabajando recolectando materiales de los humedales, esta obra se diferencia del resto por su impronta colectiva. Para Presión Histórica invité a varios vecinos de Campana a que recolecten las cenizas que había dejado el incendio en sus casas. A su vez, les pedí que me compartan imágenes de archivo de actividades recreativas que sucedieron y suceden en el humedal. Estas fotos, videos y la recolección de cenizas son prácticas colectivas que se incorporaron a mi obra.”, explicó Laura Larocca sobre el proceso de producción de su instalación. En relación con su vínculo artístico con la provincia de Buenos Aires, afirmó: “La territorialidad tiene mucho que ver en mi hacer. En la pandemia, me di cuenta que tenía mucho material natural recolectado, era algo que hacía naturalmente. Entonces decidí incorporar esta práctica a mis proyectos artísticos. Así, dejé de lado mi desarrollo pictórico para centrarme en obras construidas a partir del material natural que recolecto en las cercanías de donde vivo. A partir de estos materiales, comencé a reconectarme y conocer mi entorno”.
Federico Barabino es un artista de Merlo que fue seleccionado por el jurado del Salón por su instalación sonora “El sonido como contingencia”. Se trata de una obra creada a partir de la convocatoria del prestigioso Premio Braque, coordinado por la UNTREF y la Alianza Francesa, y que se compone de una serie de micrófonos tentaculares que capturan el sonido de las vibraciones del espacio, una placa mixer que dialoga electrónicamente con esta captura sonora y una serie de amplificadores tubulares que expulsan el sonido transformado hacia el “cosmos”. Así, la instalación construye un clima sonoro a partir de ruidos ultra sutiles que nacen aleatoriamente en el espacio expositivo.
“Siempre trabajo con conceptos y luego voy viendo cuál es la mejor manera de materializar ese concepto. En este caso, estos conceptos se podrían sintetizar en la idea de la coda del sonido, el sonido como resto, el sonido como huella, el sonido como vestigio. Una relación, si se quiere, mucho más arqueológica con lo intangible”, afirmó el artista. Sobre su vínculo con la provincia de Buenos Aires, Barabino identifica en su territorialidad un posible origen de su acercamiento sensorial hacia el arte: “Yo vivo en Merlo y tengo edificado mi estudio arriba de mi casa, por lo cual tengo una gran vista del cielo. Vivir en el conurbano por ahí tiene eso también como particularidad, todavía la presencia del cielo, la presencia del sol, la presencia del aire más directo y no tan mediado por una cuestión de grandes edificios”.
Gonzalo Resti es unx fotografx de Lomas de Zamora que formará parte del Salón Nacional con su serie de retratos, en formato amplio de 120 mm, titulada “Sangre sobre Sangre”. Esta serie registra, fragmenta y vuelve a montar distintos momentos en la transformación de un artista drag. En sus palabras, esta serie “permite que explore la representación de personas queer bajo el prisma de la monstruosidad y creo que ofrece una perspectiva diferente y profundamente significativa. Reinterpretar la monstruosidad como algo también bello creo que invita a una reflexión más profunda sobre la complejidad de las identidades queer y la capacidad de resistencia y autoafirmación en un mundo que a menudo no comprende ni nos acepta completamente”.
En relación con su vínculo artístico con la provincia de Buenos Aires, Resti reflexionó: “Viví mayoritariamente en el conurbano y éste es como un mosaico de culturas, identidades y realidades de lo más diversas. Esta diversidad se refleja en mi obra. Ahí es donde creo que encontré inspiración en la multiplicidad de voces, cuerpos y perspectivas que coexisten en éstas comunidades. Puedo afirmar que fue un contexto enriquecedor para mi carrera artística y sobre todo mi vida”.