“Seguramente el Papa no irá a un lugar donde no lo inviten, donde puedan usar (o complicar) su visita para conveniencias políticas o donde las autoridades desprecien su presencia”, sostuvo con absoluta seguridad el cardenal argentino Víctor Fernández en respuesta a una pregunta que le formuló el periodista José Manuel Vidal, de la publicación española Religión Digital, al interrogarlo acerca de la posibilidad de que el Papa deje de lado su anunciado viaje a la Argentina como consecuencia de los insultos que contra él profirió el candidato libertario Javier Milei. El propio Francisco ya había puesto alguna duda sobre el tema cuando dialogó con periodistas en el reciente vuelo de regreso de Mongolia, pero en ese caso refiriéndose a las limitaciones que le impone su salud.
A Víctor Manuel "Tucho" Fernández, hasta hace pocas semanas arzobispo de La Plata y hoy prefecto (máxima autoridad) del Dicasterio (ministerio) vaticano para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), se lo conoce por ser uno de los obispos más cercanos al Papa Francisco. Lo era ya cuando Jorge Bergoglio ejercía como arzobispo de la Capital y Fernández ocupaba el cargo de rector de la Universidad Católica Argentina. El próximo 30 de setiembre Francisco creará formalmente a Fernández como cardenal de la Iglesia y aunque el obispo no actúa como vocero del pontífice, se sabe que todo lo que dice está en sintonía con el pensamiento del Papa.
Milei calificó a Francisco de “jesuita que promueve el comunismo”, “personaje impresentable y nefasto” y de ser el “representante del maligno en la Tierra”, lo cual motivó la celebración de una misa de desagravio por parte de los curas villeros y presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario general de la arquidiócesis, Gustavo Carrara.
Sin mencionar expresamente a Milei el presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Oscar Ojea, también señaló su malestar porque “uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades" contra Francisco.
Más allá de las declaraciones es indudable que los dichos de Milei generan rechazo en gran parte de la Iglesia, tanto a nivel de las comunidades como en los responsables institucionales del catolicismo. En diálogo con el periodista norteamericano Tucker Carlson, la semana pasada, el candidato libertario acusó a Francisco de “estar del lado de dictaduras sangrientas”.
Los sacerdotes villeros se reunieron con Sergio Massa y Patricia Bullrich, pero el cura Pepe Di Paola, uno de sus referentes, sostuvo que no se sentarán con Milei mientras el libertario mantenga sus insultos contra el Papa.
Por otra parte extraoficialmente se sabe que hasta el momento Javier Milei no ha cursado pedido de audiencia a ningún obispo católico y tampoco a grupos de sacerdotes.
El obispo Fernández, se refirió a los ataques que recibe desde que se conoció su designación en uno de los lugares más importantes del Vaticano y encargado por Francisco de velar por la doctrina católica. “Los ataques eran completamente previsibles, y dada la importancia del cargo, en parte van dirigidos a Francisco”, dijo el cardenal al medio español. Y reflexionó que “por un lado están los que vienen de sectores tradicionalistas, que me consideran peligroso para la doctrina, pero en este caso no se trata solamente de una cuestión de doctrina sino también de poder en la Iglesia. Estos son los ataques más numerosos, que continúan, aunque tengo la impresión de que ya se vuelve aburrido hablar de mí”.
Pero también aludió a los “ataques que vienen de una izquierda extrema, que no se deja cautivar por Francisco porque considera que todos somos la misma basura, y no se cuida de decir cosas sin demasiado fundamento”. Sin embargo, insistió en que los mayores embates vienen de “algunos sectores tradicionalistas, precisamente porque entran en una lucha de poder, hacen uso de todo, venga de donde venga, en el intento de denigrar”.
¿Cómo espera ser recibido en la Curia?, le preguntó el periodista español al cardenal Fernández. “El lunes 11 asumí formalmente como prefecto, hice el juramento y la profesión de fe correspondientes y ya estoy trabajando intensamente. Por otra parte, hace más de un mes que estoy viviendo en El Vaticano y hasta ahora he encontrado dos actitudes diferentes: cariño o respeto. No está mal por ahora”, sostuvo el prefecto de la Doctrina de la Fe.