El llamado decía: "Un acto de 70 kilómetros de largo". Con esta apelación Antonio Cafiero nos convocaba un sábado 29 de agosto de 1987 a recorrer en caravana el extenso conurbano bonaerense como parte de su campaña a gobernador de la Provincia. Era una exhortación a reencontrarnos con nuestras mejores tradiciones, para revivir las grandes movilizaciones a Plaza de Mayo de los años fundacionales del movimiento peronista.

En un momento en que el peronismo no había terminado de procesar la derrota de 1983, la propuesta buscaba restablecer el vínculo con miles de hombres y mujeres del pueblo que habían perdido la fe en la política, y en nuestras grandes banderas, luego de duros años de frustración y sufrimiento.

"Cafiero viene", decía el llamado. Organizar una caravana de semejante magnitud era algo diferente, era una nueva forma de movilización que instalaba a los dirigentes en los barrios, recorriendo sus calles, tocando la puerta de las casas y acercándose al pueblo con un mensaje de alegría, de amor y de esperanza.

Y así fue. Aquella histórica caravana no sólo fue multitudinaria, ya que la gente se sumó masivamente en cada cuadra, en cada barrio, en cada municipio. Más todavía: como superó sobradamente las expectativas más optimistas, no pudo finalizar en un día como se había previsto.

La larga marcha se reanudó el domingo 30 de agosto, y entonces sí se completó el trayecto que, a lo largo de los 70 kilómetros que separaban el punto de partida en San Fernando y el final del recorrido en el partido de Avellaneda, terminó uniendo todo el conurbano bonaerense por primera y única vez hasta ahora.

Los datos de las encuestas que teníamos siete días antes de las elecciones hablaban de un empate técnico. Una semana después, el 6 de septiembre, Antonio Cafiero, como candidato por el Frente Justicialista Renovador, era proclamado por el voto popular gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

En la actual coyuntura, cuando el desánimo, la frustración y la incertidumbre han calado a fondo en el corazón de tantos argentinos y argentinas, debemos ir y acercarnos a ellos. No podemos seguir a la defensiva. Hay que romper el cerco de los medios hegemónicos volviendo a ganar la calle.

En 2019 lo hizo un Clio cuando salió a recorrer las rutas de la provincia y convirtió cada plaza de su territorio en un punto de encuentro con los bonaerenses para dialogar con ellos y construir uno de los pilares fundamentales con los que el peronismo volvió a gobernar Buenos Aires.

Quizás sea la hora de volver a convocar a una nueva Caravana de la Victoria, que encabecen Sergio Massa y Axel Kicillof, para recuperar en las entrañas del Gran Buenos Aires la épica necesaria para enfrentar desafíos que parecen imposibles. Como lo hizo el pueblo trabajador, cuando nadie lo esperaba, el 17 de octubre de 1945.

(Renato Miari fue secretario de Prensa y Difusión de Antonio Cafiero. César Litvin, director)