El presidente colombiano, Gustavo Petro, cuestionó este martes ante la Asamblea General de la ONU la diferencia en el tratamiento que se le da a las guerras en Ucrania y Palestina: propuso que la ONU convoque sendas conferencias de paz como modelo para acabar "con estas guerras y otras".
"Les propongo acabar la guerra para tener el tiempo de salvarnos, les propongo que Naciones Unidas auspicie cuanto antes dos conferencias de paz, la una sobre Ucrania, la otra sobre Palestina", dijo Petro en su intervención.
Según el mandatario, de esa forma "enseñarían a hacer la paz en todas las regiones del planeta, porque ambas y solo ambas acabarían la hipocresía como práctica política, porque podríamos ser sinceros".
"Nos hemos dedicado a la guerra, nos han convocado a la guerra, a Latinoamérica la han llamado para entregar máquinas de guerra, hombres para ir a los campos de combate; se olvidaron que a nuestros países los invadieron varias veces los mismos que ahora hablan de luchar contra invasiones", criticó el jefe de Estado colombiano. Y añadió que "se olvidaron que las mismas razones que se expresan para defender a (el presidente ucraniano, Volodímir) Zelenski, son las mismas razones con las que se debería defender a Palestina".
"Les propongo acabar la guerra para defender la vida de la crisis climática, la madre de todas las crisis", continuó Petro, quien planteó que los objetivos de desarrollo sostenible establecidos para 2030 "no van a ser alcanzados". "Sembraron injusticia, señores; la peor de todas, condenar a la humanidad a la guerra, por eso hoy el balance de la justicia social en el mundo es tan malo", aseveró el mandatario colombiano. Y añadió: "Les propongo, como el presidente del país de la belleza, para recuperar el tiempo perdido, dos simples cosas: acabar la guerra y reformar el sistema financiero mundial".
Crisis de la vida
Según Petro, en el año que pasó desde su último discurso en la ONU, "no hemos visto sino profundizar lo que los ricos reunidos en Davos llamaron la policrisis: la guerra sigue, el hambre continúa, la recesión aumenta y la crisis climática ha mostrado sus dientes como nunca, llevándose decenas de miles de vidas y calentando la tierra y los mares como nunca. Todas estas crisis son en realidad una, la crisis de la vida".
Esta crisis "se expresa en un indicador aterrador" que "ha iniciado desde lejos (...) en una marcha silenciosa de gentes, una multitud de todos los colores que avanza por trochas, por mares, por selvas", un fenómeno que se convirtió en "el éxodo de la humanidad", dijo sobre la crisis migratoria.
"En el año 2070, según la ciencia, serán 3.000 millones las personas huyendo de sus hogares queridos porque serán inhabitables. En mi patria, el país de la belleza, el país de la explosión de la vida, en ese 2070 solo quedarán desiertos, los pueblos se irán al norte, ya no atraídos por las lentejuelas de la riqueza, sino por algo más simple y vital: el agua", alertó el presidente. Y agregó: "el éxodo de los pueblos hacia el norte mide con exactitud la dimensión del fracaso de los gobiernos". A esto se suma, siguió el mandatario, que los países "han pasado a las drogas de la muerte", como el fentanilo, "que ya no mata 4.000 sino 100.000 jóvenes al año".
Petro acabó su segundo discurso en la Asamblea General de la ONU proponiendo que "la megacrisis de la vida se resuelve con una democracia que alcance el nivel global, una democracia profunda", y para eso se debe "liberar lo público para salvar la vida (...) que resuene la palabra cambio, porque para salvar la vida es fundamental".
"El problema es que este no era un asunto de socialistas, de progresistas, sino que era un asunto que se iba el tiempo de la vida en el planeta", alertó como mensaje final Petro, quien lamentó que "pareciera que la dirigencia mundial se hubiera enemistado con la vida"