Un pueblo negro unido, único, con una visión revolucionaria del mundo. Una representación romantizada que no parece ser cierta para Petrônio Domingues, profesor de la Universidad Federal de Sergipe (UFS) y uno de los principales historiadores del movimiento negro en Brasil.
"Hay un segmento de la población negra que está alineado con la extrema derecha. Este tema es tabú incluso dentro del propio movimiento negro, este tema es tabú entre los intelectuales, especializados en la temática negra y en las relaciones raciales en Brasil", dice Domingues, en un entrevista con Alma Preta.
Licenciado, máster y doctor en Historia por la Universidad de São Paulo (USP), Petrônio Domingues ha publicado investigaciones sobre el Frente Negro Brasileño, la mayor organización política negra de la primera mitad del siglo XX, sobre la prensa negra, las relaciones laborales después de la abolición de la esclavitud, la diáspora africana, entre otros temas.
Durante más de dos horas, Petrônio Domingues se explayó sobre los puntos indagados con el cuidado de un intelectual. En cada pregunta señaló que se trataba de un tema complejo y profundo. El historiador abordó todos los temas planteados con la complejidad que requerían.
Para ejemplificar la afirmación sobre la existencia de una parte conservadora de la población negra, Petrônio Domingues recordó la figura del antiguo presidente de la Fundación Cultural Palmares, el periodista Sérgio Camargo. El historiador cree que Camargo fue considerado como una caricatura, como un sujeto grotesco y aislado en su análisis.
"Desde el punto de vista de su pensamiento, él expresa una perspectiva que tiene apoyo social. Las ideas que él ha difundido, la narrativa que ha puesto en circulación, tienen una base. Tienen raíces en un sector de la población negra, sí. Ese discurso negacionista, su oposición a la izquierda, todo lo relacionado con el marxismo, en contra del marxismo, tiene apoyo dentro de la población negra”, analiza.
Una encuesta de Datafolha publicada antes de la segunda vuelta de las elecciones de 2022 indicó una preferencia del 52% de los autodeclarados pardos que expresaron su intención de voto por Lula, frente al 42% que lo hizo por Bolsonaro. La ventaja se amplió entre los pretos, con el 59% de las intenciones de voto para el candidato del Partido de los Trabajadores y el 34% para el entonces presidente. La situación se invertía entre los blancos, con Bolsonaro obteniendo el 51% frente al 42% de Lula. A pesar de la preferencia de los pretos y pardos, categorías de color que conforman el grupo racial negro según el Tribunal Superior Electoral (TSE), hubo un voto significativo de este segmento racial en favor del candidato de extrema derecha.
Pese a ello, Sérgio Camargo no pudo ser elegido. Aún con todo el protagonismo que tuvo, sólo alcanzó los 13 mil votos y hoy vive arrinconado. Fernando Holiday, otro símbolo de la derecha, también quedó fuera del parlamento federal, con 38 mil votos. Sin embargo, ambos no representan la totalidad de las candidaturas negras de derecha. Guto Zacarías, representante del MBL (Movimiento Brasil LIbre), fue elegido en São Paulo diputado estadual con 152 mil votos y Sonaira Fernandes también, con 17 mil votos, fue electa concejala de Republicanos en São Paulo, y hoy ocupa el cargo de Secretaria de Políticas para las Mujeres en el gobierno estadual de Tarcísio de Freitas (Republicanos-SP).
Uno de los espacios donde hay eco del pensamiento conservador y hay una presencia significativa de personas negras son las iglesias neopentecostales. La investigación de Datafolha de 2020 muestra que las mujeres representan el 58% de los evangélicos y los negros representan el 59% de los evangélicos brasileños, que son el 31% de la población brasileña total.
"Sabemos, sí, que estas iglesias, incluso por sus líderes, están políticamente alineadas con la derecha y la extrema derecha. Estas iglesias tienen hoy una fuerte penetración en la periferia brasileña, en las comunidades y son la religión de más rápido crecimiento dentro de la población negra. Es un tema tabú, porque a la gente del movimiento negro, en general, no le gusta admitirlo. Este sector es el que más crece, el de los negros que operan en la derecha y en la extrema derecha", destaca Domingues.
Las transformaciones políticas y religiosas van acompañadas de cambios en la dinámica económica de los negros. Si hace décadas era difícil sostener la existencia de una clase media negra en Brasil, Petrônio Domingues cree que este fenómeno es una realidad, impulsado también por la política de cuotas en el país.
"Creo que las acciones afirmativas van a impulsar a esta clase media negra, que creo que existía en Brasil antes de las acciones afirmativas. Las cuotas están haciendo que esta clase media negra se destaque más en términos de visibilidad y representatividad en la sociedad brasileña", dice el historiador.
La clase media negra, que cree en la dinámica del emprededurismo, utiliza las posibilidades de ascenso y cambio de una realidad individual a través del mercado. Para Petrônio Domingues, existe una incredulidad generalizada en las utopías y en las posibilidades de transformar la realidad.
"Soy de una generación que fue inspirada por sueños, por grandes utopías de transformación y revolución. Estamos atravesando una época, un momento histórico, de desconfianza en esas grandes utopías de proyectos emancipatorios colectivos. Por otro lado, creo que si el emprendedurismo surge en este contexto es porque la gente, cada vez más, piensa que la solución es individual", evalúa.
"Se cree que el mercado es democrático y que a nosotros, los negros, nos corresponde tener la iniciativa y desarrollar la capacidad de autorrealización. Se cree que es posible que prosperemos. Ésta es la lógica del sistema y la ideología del emprendedurismo. La lógica ya no es cambiar este orden, la lógica es comprenderlo y, más que eso, actuar dentro de él”, continúa Domingues.
¿Mito de la democracia racial?
Uno de los pilares de la fundación del Movimiento Negro Unificado (MNU), la principal organización política negra de la segunda mitad del siglo XX, fue la lucha contra el llamado mito de la democracia racial, la idea de que Brasil vivía bajo la armonía de las razas y no había tensiones raciales ni diferencias entre negros y blancos; que problemas como ésos sólo existían en países como Estados Unidos y Sudáfrica y que las organizaciones, como el Movimiento Negro, querían importar ese conflicto a Brasil.
Incluso sin una explicación completa sobre el tema, Petrônio Domingues cree que "estamos, estrictamente hablando, en una transición". El historiador cree en un cambio en el "patrón de las relaciones raciales en Brasil".
"Ya no estamos en el contexto del surgimiento del MNU, en el que la sociedad brasileña negaba la existencia del racismo. Hemos superado esa fase. Estamos en una sociedad brasileña del año 2023, en la que no sólo varios segmentos de la sociedad civil ya asumen la existencia de racismo dentro de esta nación, como ya asumió desde el primer momento el Estado brasileño, que adoptó políticas de acción afirmativa", resume.
Domingues no dice que se haya terminado la ideología de la democracia racial, destaca el proceso vivido en el actual período histórico y subraya, sin embargo, que esto no significa el fin de las desigualdades raciales. "No digo que las desigualdades raciales hayan terminado. El mito es discurso, es narrativa, es una ideología. No estoy diciendo que el racismo haya terminado en Brasil, no digo que la desigualdad racial haya terminado. Lo que se acabó es esa ideología de que no existe el problema racial".
* Licenciado en periodismo por la UNESP, forma parte de la Red de Periodistas de las Periferias y de la Coalición Negra por los Derechos.
Publicado originalmente en: almapreta.com.br