En un fallo inédito en nuestro país, la jueza porteña Karina Andrade introdujo el concepto de "violencia estética" para condenar a un cirujano a dos años de prisión e inhabilitación por un caso de mala praxis. El dictamen de la jurista enmarca el hecho en un tipo de violencia de género, tras una intervención que dejó a una mujer de 32 años en estado vegetativo por ser sometida a numerosos procedimientos sin chequeo previo.
Al respecto, la periodista Irina Hauser explicó en AM750 los motivos por los que la jueza Andrade tomó la decisión de utilizar el concepto de "violencia estética" para justificar su fallo y qué problemas tiene la legislación argentina a la hora de hacerle frente a un caso de mala praxis de este tipo.
Además, reveló una conversación que mantuvo con la propia Andrade sobre este tema: "Como parte del Poder Judicial, entiendo que (la decisión) está dentro de la obligación que el Estado asumió de erradicar y sancionar la violencia hacia las mujeres, y que esta obligación también incluye dejar explicitado el encuadre de violencia estructural y particular que se comete en estos casos", argumentó la jurista.
El caso, que sucedió en 2019 pero recién ahora tiene resolución, es similar al de la modelo y conductora Silvina Luna, quien murió el pasado 31 de agosto a raíz de una serie de complicaciones en su salud después de someterse a diversos procedimientos estéticos con el médico Aníbal Lotocki.
En este caso, la joven de 32 años fue a un centro estético de Palermo -aún no se dio a conocer el nombre- para realizarse una liposucción, un recambio de prótesis mamaria y una bichectomía (levantamiento de párpados). "Pero además, en el procedimiento, el médico agregó una gluteoplastía (relleno en gluteos)", detalló Hauser en Aquí, allá y en todas partes.
Además, la periodista explicó que el fallo "destapa" un accionar plagado de irregularidades que suelen observarse en varios casos de este tipo, sean mediáticos o no. Por ejemplo, la calificación de los supuestos profesionales que prestan estos servicios, la consideración de enfermedades preexistentes o procedimientos previos y el acondicionamiento de los espacios en donde se practican estas cirugías.
"El centro de estética donde fue operada la mujer era un departamento, no tenía ningún lugar acondicionado con elementos de terapia intensiva. Tampoco tenían oxígeno a mano: tenían un tubo que tenían que pasarlo por todo el departamento. Cuando se descompensó, para hacerle la reanimación tuvieron que ponerla en el piso porque no tenían una camilla en condiciones", reveló Hauser.
Sobre este punto, la periodista sostuvo que la joven sufría de "depresión y ataques de pánico" y además tenía "leucocitosis", es decir, glóbulos blancos altos con un proceso infeccioso en curso y un proceso autoinmune". "Nada de esto figuraba en la historia clínica de esta chica, porque no lo habían investigado", advirtió.
"Violencia estética"
Consultada por Hauser, Andrade explicó que el concepto de "violencia estética" surge de una investigación de la doctora en Ciencias Sociales y socióloga venezolana, Esther Pineda, que permite dar una visión integral al tema.
La jurista reveló que, al momento de tomar una determinación en este caso de mala praxis, notó dos problemas: uno, relacionado con la legislación argentina; y otro, con la reglamentación de la ley existente.
"Nuestro país no tiene una ley de especialidades que regule los procedimientos que puede realizar cada especialidad. Sin embargo, en la causa han dictaminado asociaciones especializadas en la medicina plástica que dijeron, por supuesto, que la especialidad hace a la idoneidad", subrayó Andrade.
En esa línea, la jueza porteña señaló que también existe un problema de reglamentación porque "no hay protocolos tan específicos de cirugía plástica" y que, si en un procedimiento se hacen muchas operaciones en simultáneo, eso debería modificar la forma en que se considera una cirugía. Y lo ejemplificó con la situación de la joven de 32 años.
"Había en la causa dictámenes de profesionales que decían que no está discutido si las cirugías plásticas conllevan un riesgo y que, si se aumenta la cantidad de cirugías, aumenta el riesgo", aclaró.
Y concluyó: "Hay que definir lo que es una medicina curativa de una medicina voluntaria. Se presume siempre que se opera a personas sanas".