Esta fecha conmemorativa fue oficialmente establecida en 2008 mediante la ley 8.378 por la Cámara de Diputados de La Rioja, como un tributo a la invaluable contribución de Ávila al mundo de la fotografía y su profundo arraigo en la cultura riojana.
La obra del Negro Ávila se destacó por su mirada única y profunda sobre La Rioja. Sus fotografías capturaron la aridez del paisaje, la escasez de agua y la calidez de su gente humilde. A través de sus imágenes, transmitió la esencia de una vida simple, marcada por la dureza del trabajo diario y la lucha por sobrevivir en un entorno desafiante. Sus obras participaron en numerosas publicaciones y concursos, además de ser el foco de diversas exposiciones tanto individuales como colectivas.
Ramón Argentino Ávila, nacido en Pie de Palo, San Juan, en 1953, se trasladó a La Rioja en 1956 junto a su madre tras la trágica pérdida de su padre. Su infancia estuvo marcada por la libertad y la pasión por el fútbol, se ganó el apodo de "El mono" por trepar árboles y jugar a la pelota. Su espíritu independiente y su deseo de ayudar a su madre lo llevaron a vender diarios y lustrar zapatos desde temprana edad.
Ávila fue descubierto como un talentoso futbolista por el entrenador Judice, quien quiso llevarlo a Buenos Aires para jugar en un prestigioso club, pero la negativa de su madre impidió que se mudara. Sin embargo, en 1970, a los 15 años, emprendió su viaje a la capital argentina, donde trabajó en la realización de vitrales y en la restauración de muebles antiguos. Fue en ese momento cuando adquirió su primer equipo fotográfico, iniciando así su apasionante carrera en la fotografía.
Al regresar a La Rioja en septiembre de 1976, Ávila continuó perfeccionando sus habilidades fotográficas mediante cursos con Barabino Devoto. Su intento de ingresar a la Gendarmería fue rechazado debido a un diagnóstico de enfermedad de Chagas, pero un vecino, Pablo Díaz, ayudó a que ingresara al diario El Independiente en 1977, donde trabajó incansablemente hasta su trágico fallecimiento. Con el tiempo, llegó a desempeñarse como jefe de fotógrafos en el periódico y también colaboró en medios de comunicación vinculados a la Casa de Gobierno y la Municipalidad.
En el Día del Fotógrafo Riojano, celebraron el legado de Ramón Argentino Ávila, un hombre que a través de su lente capturó la esencia de La Rioja y dejó una huella imborrable en la historia de la fotografía de la región. Su trabajo continúa inspirando a generaciones de fotógrafos locales y recordándonos la belleza de nuestra tierra y su gente.