Parte del discurso de los libertarios es atacar a quienes desde hace muchos años se dedican a la política. Para posicionarse como “anticastas”, marcan una diferencia con todos los dirigentes de trayectoria. Esto pasó este miércoles durante el debate entre candidatos a vicepresidentes, aunque el resultado no fue el esperado para la compañera de fórmula de Javier Milei, Victoria Villarruel.

La abogada libertaria cruzó a sus pares por pertenecer a partidos que estuvieron durante muchos años el poder sin proponer “nada nuevo” para los argentinos. Sin embargo, la respuesta rápida fue la del dirigente de Unión por la Patria, que retrucó: “¿De qué trabajás Villarruel?”.

El currículum de Villarruel

¿De qué trabaja Victoria Villarruel? La abogada de 48 años tuvo recién su primer trabajo declarado a los 46 y su único empleador durante todos estos años fue el Congreso de la Nación. Es decir, su primer y único trabajo registrado fue como diputada nacional.

Ni siquiera en su propia página web puede dar muestra de un currículum abultado. Dice que es abogada y que preside la Asociación Civil Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), que no presenta balances desde el 2013 y no tiene capital registrado. Desde esa plataforma, la diputada avanzó en la defensa del discurso negacionista y la defensa de represores acusados y condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura.

En su Declaración Jurada no agrega ningún otro trabajo a su prontuario. Solo señala aquel que tiene en la Cámara de Diputados, única fuente de ingresos. Y da cuenta de la titularidad de un departamento en la Ciudad de Buenos Aires comprado en 2016.

Villarruel tuvo, además, un alta tardía en la AFIP, se inscribió en 1997, pero recién en 2018 comenzó a hacer aportes. Quizás por eso tuvo que salir a aclarar que no fue “una mantenida”, sino que recibió ayuda de su familiar para poder dedicarse a “investigar la historia", teniendo una “vida austera”. 

El lado B de la asociación de Villarruel

La historia pública de Villarruel comenzó en 2006, justamente con la conformación CELTYV, cuando se reabrieron los procesos por crímenes contra la dictadura y con el objetivo de iniciar causas contra los militantes.

Los grupos de “memoria completa” surgieron, así, como reacción a la renovada presencia en la agenda pública de los Derechos Humanos.

De hecho, en esta misma época y en años posteriores, fue una asidua visitante de Jorge Rafael Videla y de Alfredo Astiz, dos de las figuras más emblemáticas de la última sangrienta dictadura cívico militar.

Sobre estos encuentros le preguntaron en el debate de vicepresidentes. Su respuesta fue más que llamativa y generó ruido y críticas: “Cuando me reuní con personas imputadas por lesa humanidad fue porque estaba escribiendo un libro. También me reuní con líderes de la guerrilla. Les di la confidencialidad que debía. Todo lo que hice fue legal”.