El ex edecán de Jair Bolsonaro, Mauro Cid, explicó ante la Policía Federal que el entonces mandatario brasileño le habría mostrado a los jefes de las Fuerzas Armadas un plan de golpe de Estado para no reconocer la victoria en las elecciones de octubre de 2022 del actual jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva.
El teniente coronel hizo esas declaraciones en el marco de su acuerdo de delación premiada. Es un trato de cooperación con las autoridades judiciales, con el cual logró la libertad tras haber sido detenido el 3 de mayo por falsificar la libreta de vacunación de Covid-19 de Bolsonaro y su familia para poder ingresar a Estados Unidos. Si los datos que presentó resultan ser falsos o no se pueden comprobar regresará a la prisión. Cid se encuentra además inmerso en el escándalo de las joyas saudíes, en las que habría maniobrado irregularmente para lograr que aquellos regalos fueran vendidos, o bien acabaran en el acervo personal del expresidente ultraderechista.
La trama
Según la prensa local, que accedió a parte de la delación premiada, Cid contó que la estrategia golpista que el entonces jefe del Estado presentó a las Fuerzas Armadas en 2022 fue llevada por el asesor especial en asuntos internacionales, Filipe Martins. Se trata de un referente de los libertarios brasileños que trabajó en 2014 como consultor político de la embajada de Estados Unidos en Brasil y fue el responsable de presentar personalmente a Bolsonaro con el entonces asesor del presidente estadounidense Donald Trump, Steve Bannon, considerado uno de los ideólogos de las nuevas extremas derechas. Martins, siendo asesor de Bolsonaro, fue además investigado por tener nexos con grupos segregacionistas blancos de Estados Unidos.
Bolsonaro habría consultado con un abogado constitucionalista llevado por Martins en el Palacio de la Alvorada -residencia presidencial- antes de presentarles a los jefes de las Fuerzas Armadas un documento llamado "Borrador del golpe", que encontraba en el artículo 142 de la Constitución un motivo para que los militares detuvieran a los jueces del tribunal electoral y de la suprema corte.
El plan supuestamente iba a anular las elecciones de segunda vuelta del 30 de octubre en las que Lula se impuso a Bolsonaro con 50,9% a 49,1% de los votos. Según Cid, el ex presidente recibió la luz verde a la estrategia de parte de apenas uno de los jefes militares: el entonces titular de la Marina, el almirante Almir Garnier. Se trata de un confeso bolsonarista -algo ilegal para la carrera militar- que se negó a transmitir su cargo al sucesor designado por Lula.
Las repercusiones
Las reacciones en el arco político brasileño ante las declaraciones de Cid no se hicieron esperar. Bolsonaro negó cualquier violación a la Constitución en un comunicado, afirmando que durante su Gobierno nunca toleró cualquier movimiento o proyecto que no tuviese respaldo a la ley. El ex presidente "jamás adoptó cualquier actitud que afrontase los límites y garantías establecidas por la Constitución", indicó el mensaje divulgado por Fábio Wajngarten, uno de sus abogados defensores. También señaló, sin citar a Cid, que se adoptarán "las medidas judiciales correspondientes contra cualquier manifestación calumniosa", aclarando igualmente que aún no tuvo acceso a la confesión premiada del ex edecán para poder comentarla debido a que está protegida por el secreto judicial, pese a su filtración por la prensa.
Pese a sus negativas, Bolsonaro es investigado, entre otras causas, por diferentes ataques contra la Constitución debido a que en diferentes oportunidades defendió arremetió contra las instituciones y puso en duda la fiabilidad del sistema electoral brasileño. Es más, en junio pasado el Tribunal Superior Electoral lo condenó a un período de inhabilitación política de ocho años por divulgar mentiras sobre el sistema electoral.
La diputada brasileña Gleisi Hoffmann, líder del Partido de los Trabajadores (PT), la formación del presidente Lula da Silva, tildó de graves los señalamientos del antiguo ayudante personal del ex mandatario ultraderechista sobre el supuesto plan de golpe de Estado. "Bolsonaro tenía el documento del golpe en las manos, quería convocar nuevas elecciones y detener a los adversarios. Llevó la trama para la alta cúpula de las Fuerzas Armadas", escribió Hoffmann en redes sociales. Y añadió: "¿Y ahora, Bolsonaro? ¿Qué vas a decir? ¡Mauro Cid y tú eran como uña y carne!".
El actual ministro de Defensa, José Múcio, declaró ante los medios que el golpe de Estado no le interesó a las Fuerzas Armadas, a quienes dio crédito por el mantenimiento de la democracia en Brasil. "De lo único que estoy seguro es de que las Fuerzas Armadas no querían un golpe", aseveró Múcio. También adelantó que se pondrá en contacto con la Policía Federal y el juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, para que le faciliten más información de los dichos del ex edecán difundidos la prensa local.