Cuatro días después de la marcha del 22 de agosto a Plaza de Mayo, Pablo Moyano hizo el balance de la movilización, a la cual definió como "multitudinaria". El secretario adjunto de Camioneros destacó la coincidencia en la calle "entre la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales” y advirtió que Gobierno nacional buscó “deslegitimar” la manifestación

El sindicalista consideró que “un paro es siempre político” y que “siempre se ha criticado esta medida, con Menem, De la Rúa y Cristina”. Estimó que al gobierno de Mauricio Macri “le duele la cantidad de trabajadores que hubo en la calle”.

Por Radio Cooperativa, consideró que “ojalá el Gobierno tuviera un poco de humildad, porque esta política sólo beneficia a los que más han ganado”. Recordó que “no es casual que apenas asumió bajó retenciones al campo y a las mineras y no tocó a la renta financiera, y ha mantenido el impuesto al trabajo y abrió las importaciones, que liquidan a sectores como el calzado y las textiles”.

Moyano no dudó en decir que "el Presidente desprecia a los trabajadores” y fundamentó en que Macri encabeza “un gobierno de empresarios que busca beneficiar a los que más ganaron en los últimos años, a través de una política liberal”.

En ese sentido, remarcó la posibilidad de una reforma laboral para después de las elecciones de octubre. “Hablan de mafia sindical, de abogados laboralistas mafiosos, arman una campaña para instalar la reforma y bajar el costo laboral”. Recordó que en Brasil Michel Temer logró impulsarla “con un cinco por ciento de imagen positiva”, pero aseguró que “hay una diferencia: no es lo mismo el movimiento sindical brasileño que el argentino, acá va a haber mucha resistencia, como con Menem y De la Rúa”.

Moyano restó importancia a la confrontación del Gobierno con los sindicatos, plasmada en los cambios en el Ministerio de Trabajo y en Superintendencia de Servicios de Salud, y la definió como “una estrategia”. También recordó que “desde la época de los militares que nos amenazan, esto ya pasó en otros gobiernos en democracia, y no asustan”; y agregó que “ojalá que esa misma soberbia que el Gobierno tiene con los dirigentes sindicales la tenga con los empresarios”.

Con todo, afirmó que “no hay plan B para este modelo de exclusión. Ojalá la gente reaccione y derrote al Gobierno en las urnas en octubre, para que se den cuenta que una gran parte de los argentinos no comparte este modelo”.

Al respecto, puntualizó que “en la Plaza estuvo parte del 66 por ciento que no votó a Cambiemos en las PASO. Hablan de un gran triunfo, pero sacaron el 34 por ciento y perdieron en Buenos Aires y Santa Fe, los dos principales distritos”.

También relativizó las diferencias dentro de la CGT y aseguró que “lo importante es el mensaje que dio el compañero Schmid de pelear contra el modelo y de llamar al confederal para ver los pasos a seguir”.

De cara al futuro, Moyano anticipó que en la CGT “hay un debate interno” y que conviven “distintos sectores que pensamos distinto, algunos son dialoguistas y otros estamos dispuestos a confrontar con un gobierno que no responde” a los reclamos gremiales. “Cada dirigente dará cuenta a sus trabajadores”, puntualizó, al tiempo que se mostró respetuoso de la actual conducción: “Tenemos tres años más de triunvirato.”

Finalmente, dijo que “lo importante es el que 22 se marchó y se aprobó la convocatoria al confederal para el 25 de septiembre. Todos los debates son buenos si sirven para defender a los trabajadores”.