Los clientes de Edeka, la cadena de supermercados más grande de Alemania, se encontraron en las últimas horas con góndolas sin mercadería. Al costado, había carteles que informaban: “Así de vacías se ven las estanterías sin extranjeros”, rezaba una. “Nuestra selección hoy está sujeta a las fronteras”, decía otro cartel y por último “esta estantería es bastante aburrida sin diversidad”.
Esta fue la forma que eligieron para aportar a la lucha contra el racismo y la xenofobia, temas imperantes en el país, en medio de la crisis por los inmigrantes. La campaña se produjo prácticamente en medio de la campaña electoral ya que el próximo 24 de septiembre, Angela Merkel competirá por un cuarto período como canciller, y se teme por un ascenso de los partidos de la ultraderecha.
"En nuestras tiendas vendemos todo tipo de comida que se produce en varias regiones de Alemania. Pero únicamente con los productos de otros países es posible crear una variedad única que nuestros clientes valoran", justificó la conducción de la empresa según consignó el portal BBC Mundo. Por caso, desde el jueves, hubo ausencia de verduras importadas de América Latina, jamón italiano, queso español, salmón escocés, vino de Francia, entre otros productos.
El detonante de la campaña fue el ataque que protagonizó un hombre en uno de los locales que Edeka tiene en Hamburgo. En esa oportunidad el hombre acuchilló a varias personas dejando el saldo un muerto y seis heridos.
La campaña de la cadena se viralizó rápidamente en las redes sociales con las imágenes de las góndolas vacías junto a los carteles con mensajes en contra de la xenofobia.
"Después de ver los mensajes de odio y falta de comprensión, me alegro de haber publicado las imágenes y dar mi opinión frente al racismo. Aunque esto es principalmente sobre diversidad", aseguró Sven Schmidt, un hombre de Hamburgo que publicó imágenes en Twitter y fueron ampliamente reproducidas.
La clase política alemana tomó nota de la campaña y en forma mayoritaria aplaudió la iniciativa. Sólo la extrema derecha criticó la medida, a la que calificó de “completamente desquiciada”.
La cuestión del racismo es central en la sociedad alemana. El año pasado hubo un promedio de diez ataques por día contra inmigrantes y refugiados. En total, 3500 agresiones. Por la violencia hubo 560 heridos, entre ellos, 43 niños.
El país ha ido cerrando la ruta migratoria de los Balcanes, merced a un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para frenar el flujo. De allí que en 2016 llegaran a Alemania 280 mil refugiados, 600 mil menos que el año anterior. Así y todo, Alemania continua siendo el país con más pedidos de asilo.