Sesenta y seis percusionistas en la esquina de Suipacha y Diagonal Norte. La imagen, y lo que de ahí podría sonar, sugiere sin dudas un buen inicio para un festival que entre otras inquietudes ostenta en su nombre la categoría “NO convencional”. Este domingo, a las 16, en ese sugestivo rincón del microcentro porteño, comenzará el Festival No convencional, con la ejecución de Inuksuit, la obra para percusionistas de John Luther Adams, inspirada en las figuras de piedra que los inuit construían en el Ártico para orientarse en medio de la tundra. El encuentro ideado y dirigido por Martín Bauer y organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, que en su tercera edición se afianza como espacio en busca de espacios, se prolongará hasta el 11 de noviembre con distintas manifestaciones.
Este original esfuerzo por experimentar otro lugar para el arte y para la reciprocidad entre artistas y público, que cuenta además con el apoyo de Mecenazgo, Fundación Santander, Fundación Proa y Pro Helvetia, contará en esta edición con la presencia de Christian Marclay, artista visual y compositor suizo radicado en Nueva York, y Alexandre Babel, baterista, percusionista y compositor suizo residente en Berlín. El cierre de la serie estará a cargo de Tambor Fantasma, la agrupación dirigida por Bruno Lo Bianco, que además estará al frente del gran ensamble de percusionistas de la inauguración.
“Inuksuit es una obra sobre la idea de oír dónde estamos. Por su originalidad resulta muy atractiva. También por su presencia, que enseguida incorpora el entorno”, comenta Bauer en charla con Página/12. “En muchos sentidos esta obra responde al espíritu de un festival como el nuestro, pensado durante la pandemia. Aquella fue una experiencia que de alguna manera nos igualó. Todos estábamos en la misma y en un sentido las jerarquías se diluyeron. A partir de ahí, además de espacios no convencionales pensamos en obras que pueden ser ejecutadas por músicos no profesionales o que directamente no necesitan director”, continua Bauer. “En este caso hay un excepcional trabajo de coordinación de Bruno Lo Bianco, que logra un resultado musical muy alto y eso es importante, porque fundamentalmente hay una misión musical y artística detrás de todo esto”, agrega el director y compositor, recientemente distinguido como Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
La primera parte del festival culmina el viernes 7 de octubre, en la Fundación Santander con el estreno nacional de Usine electrique, de Alexandre Babel junto a instrumentistas invitados. Se trata de una obra pensada para gran conjunto instrumental, con una particular disposición en el espacio de los músicos, que podrán controlar individualmente los dispositivos de luz.
La presencia de Christian Marclay será particularmente significativa en ese collage de ideas en movimiento que más allá de las convenciones van en busca de otras maneras de conocimiento y disfrute que es el Festival No Convencional. El viernes 28 de octubre, en Proa 21, el espacio experimental de La Boca, se inaugurará la muestra de partituras y videos del artista. Ahí, como quien va en busca de un ascendente directo de Marclay, se podrán escuchar obras de John Cage, como la mítica Imaginary Landscape #4, una pieza para 12 radios y 24 intérpretes, y Cartridge Music, además de encargos a artistas locales en base a una performance para 12 radios en el espacio.
“Marclay es una figura sobresaliente de las artes sonoras y de las artes visuales de la actualidad. Es vanguardista, cercano a la línea de Cage, que trabajó con John Zorn y muchos otros. En 2012 ganó el León de oro en la Bienal de Venecia con una obra llamada The clock, que consistía básicamente en 24 horas continua de imágenes mostrando relojes, y en noviembre del año pasado el Centro Pompidou de París le dedicó una retrospectiva muy interesante”, comenta Bauer y destaca el concierto del martes 31 de octubre, en el Teatro Alvear. Ahí se escucharán obras más “formales” de Marclay, interpretadas por el Ensemble Babel de Suiza junto a la cantante Oriana Favaro y el diseñador de sonidos Agustín Genoud.
“Otra faceta interesante de la actividad de Marclay es su trabajo con giradiscos y vinilos. Él entre otras cosas es pionero en la técnica del Scratch sound, manipulando discos. Por eso también impulsamos un encuentro con Djs experimentales de acá”, cuenta el director. Las charlas, seguidas de performances, tendrán lugar el viernes 3 de noviembre en Artlab, la plataforma creativa de Rosetti 93, con la participación entre otros de Agustin Barbei y Cristian Trincado.
El sábado 4 de noviembre, en Parque de la Estación, en pleno Abasto, se estrenará Found in Buenos Aires, un trabajo de Marclay en colaboración con Luc Müller, otro artista suizo que será parte del festival, junto a e improvisadores e improvisadoras locales. “La actividad de Marclay prevé recorridos por Buenos Aires en busca de los materiales con los que va a trabajar en esta obra”, explica el director. “Es muy interesante poder contar con un artista como Barclay por varios días en Buenos Aires. De esta manera contamos con el tiempo necesario para que el público pueda conocer la multiplicidad de su obra y para que él mismo pueda llevar adelante una investigación profunda sobre el territorio, que derive en el estreno de una obra”, destaca Bauer.
El 5 de noviembre, en Proa 21, el Ensamble Babel presentará el estreno nacional de Walking Venezia, y el sábado 11, en el cierre del festival, el ensamble Tambor Fantasma interpretará Pléiades, de Iannis Xenaquis, para seis percusionistas. “Esta es una obra emblemática, que por primera vez escucharemos en Buenos Aires tocada por intérpretes argentinos”, señala Bauer, entusiasmado por la locación del concierto. “El entorno ha sido importante para muchas de las puestas de este festival, que en el pasado hizo cosas como poner música de Stockhausen en la Legislatura porteña. Poder llevar una obra como esta de Xenaquis a un espacio tan sugestivo como el BSM Art Building, en la calle Boulonge Sur Mer, completa el sentido de nuestra idea”, concluye.