Néstor Kirchner solía decir que “hay sectores que son valientes con los débiles y cobardes con los poderosos”. Y esta frase aplica hoy a la intempestiva y desafortunada postura que hacen explicita en un comunicado, más de treinta asociaciones, sociedades científicas y federaciones médicas, en relación al cobro de un “bono complementario no reintegrable” a las personas que requieran atención médica.
El cobro del “bono” según expresa el comunicado viene a complementar el insuficiente pago que los financiadores del sistema de salud (empresas de medicina privada, prepagas, gerenciadoras, seguros de salud, etc) efectúan a los y las profesionales por su trabajo.
Según el comunicado se busca llegar a un honorario médico ético mínimo, y para lograrlo se le exigiría al paciente el desembolso, de su propio bolsillo, de la diferencia en el arancel. Claro que el eslabón más débil de esta cadena es el paciente que además de la angustia que le genera su situación de salud debe lidiar con el pago de un servicio que ya tiene pago (aportes, cuotas o primas) y que lastimará aún más su castigada economía.
Los médicos tenemos la obligación de ser aliados de nuestros pacientes en el cuidado y recuperación de su salud, pero además ejerciendo la abogacía en el ejercicio de sus derechos, jamás exigiéndole “pagar” por atropellos ajenos. Así las asociaciones médicas, sociedades científicas o federaciones tienen la obligación de conducir los reclamos de sus representados identificando claramente a los responsables que dan origen con arbitrariedades y abusos a esos reclamos.
Por qué este colectivo de asociaciones no acciona contra los verdaderos responsables de la injusta e insuficiente remuneración del acto médico que son sin lugar a dudas los financiadores del sistema ?
Acaso es el paciente el responsable de los males a los que hace referencia el comunicado con un enfático “Basta” ?
“Basta de imponernos un valor no digno para nuestros honorarios, basta de demoras en los pagos, basta de débitos injustificados, y basta de no tener control sobre el valor de nuestro trabajo”, reza el comunicado.
Quienes generan todos estos abusos no son justamente los pacientes. Son las empresas y empresarios inescrupulosos que convierten a la salud en una mercancía y al acto médico en una variable de ajuste para aumentar sus pingües ganancias.
Hace unas semanas el locuaz portavoz del sector empresarial de la salud, devenido en empresario poli-rubro, que incluye medios de comunicación y otros entremeses, recorría estudios de televisión y radios expresando lo “perdidosa” que es su actividad y “ la impostergable necesidad de aumentar las cuotas de las prepagas”, mientras tanto los miembros de las asociaciones médicas que exigen el pago al paciente, ven como el negocio de sus empleadores se expande, aún en medio de la profunda crisis económica que atraviesa nuestro país, con interminables proyectos edilicios y mega emprendimientos que amplían fuertemente el patrimonio de empresas y empresarios de la salud.
Es a ellos hacia quienes habría que dirigir los reclamos, las denuncias y las acciones directas. Exigiendo el pago de honorarios médicos dignos o dejando de ser prestadores. Exigiendo a las empresas y a las autoridades sanitarias jurisdiccionales la apertura de los libros contables de esas empresas, de lo cual el dueño de Swiss Medical siempre promete que hará pero nunca hace. Así podremos saber quién se queda con la parte del león en este rubro.
Lo cierto es que el modelo de atención, gestión y financiamiento de nuestro sistema de salud requiere un profundo debate entre todos sus actores y la sociedad en su conjunto.
Lejos de eso el candidato más votado en las últimas PASO propone abolir nuestro sistema público de salud, cerrar el Ministerio, arancelar la atención en los hospitales públicos e imponer un modelo de salud que atrasa treinta años y que ya fracasó en su implementación en el Reino Unido, Colombia y más de 20 países de América Latina y el Sudeste Asiático en la década de los ’90.
En medio de todo esto, paradójicamente, las propuestas de políticas en materia de salud se encuentran ausente entre los temas de debate de los candidatos presidenciales.
* Médico Pediatra-Directivo del Hospital Samic “Rene Favaloro”