“Hay cientos de grupos de escuelas que vienen de toda la provincia para ver La Nona acá, hacen fila. Este año, por ejemplo, ya tenemos todo cubierto y estamos empezando a programar el año que viene para seguir dando respuesta. Alguien dijo por ahí “donde hay una necesidad, nace un derecho. Los pibes quieren ver los clásicos del teatro nacional y creemos que es importante que tengan acceso”. Quien habla es Norberto Barruti, fundador del Teatro de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), un espacio único de la provincia de Buenos Aires que, a través de su programa "Los clásicos en cartel. Las escuelas al teatro", realiza funciones gratuitas de clásicos del teatro nacional para jóvenes bonaerenses. Este año, estrenaron por octava temporada consecutiva La Nona de Roberto “Tito” Cossa. Sus funciones llevan más de cincuenta mil espectadores provenientes de ciento cincuenta instituciones educativas que, en muchos casos, encuentran en el espacio de la UNLP su primera experiencia teatral.

En el hall de entrada del Teatro de la UNLP hay un pequeño y ecléctico museo que sirve de presentación para acercarse a la particular historia de este espacio. Entre los diversos objetos donados por la comunidad platense, están colgadas un grupo de fotografías que muestran una fábrica de bronces de la década del cincuenta y un terreno baldío en los ochentas . Estas imágenes registran cómo era el espacio teatral antes de que la universidad se lo ofreciera en 1986 a Norberto Barruti, un actor que en los primeros años de democracia formó un exitoso taller de teatro con estudiantes universitarios de la ciudad.

“En los años ochenta había muchas ganas de hacer cosas. Yo ví que la universidad no tenía ningún espacio de formación teatral y le ofrecí a las autoridades armar un taller. Se anotaron inmediatamente más de doscientos chicos y chicas. Empezamos a hacer grupos de veinte o treinta estudiantes, pero éramos tantos que era difícil encontrar un espacio en el que pudiéramos hacer las actividades” explicó Barruti. Fue ahí que las autoridades universitarias le ofrecieron las llaves de un terreno que llevaba años abandonado y que había sido una fábrica de bronces en la década del cincuenta. El espacio estaba inhabitable, tenía riesgos de derrumbe y una plaga de pulgas. Sin embargo, Norterto Barruti reconoció inmediatamente en ese terreno su futuro teatro. “Cuando vi la casa, dije: de acá me sacan con la gendarmería.”, bromeó.

Para muchos es su primera experiencia.

Así, Barruti y su elenco comenzaron a trabajar para transformar la casona abandonada en un teatro abierto a la comunidad. “Fue toda una cosa, si querés, épica. Vivimos en la casa, la construimos y empezamos a ensayar. El primer espectáculo fue callejero porque no se podía hacer nada dentro del espacio. Fue el homenaje a García Lorca. Después giramos por distintas salas de La Plata.”, contó Norberto.

Su segunda puesta se trató de una adaptación de El proceso de Franz Kafka que fue un éxito rotundo por más de cuatro años. Ante los buenos resultados del grupo teatral, y la creciente participación de la comunidad en las actividades del espacio, la UNLP permitió que el elenco siguiera realizando sus actividades en el terreno de la universidad. “Así sucedieron las cosas, nadie se lo propuso, nadie lo decidió. Fueron sucediendo y, claro que sí, le pusimos el pecho a los problemas”, afirmó el director.

Un teatro para los jóvenes

Como los objetos que componen el museo del Teatro de la UNLP, su historia se forma de un conjunto heterogéneo de buenas voluntades y eventos afortunados. Sin embargo, desde su fundación estuvo presente una mirada social del teatro que los llevó a que hoy dediquen el centro de sus actividades a la difusión de clásicos del teatro nacional para jóvenes de diversas instituciones públicas de la provincia de Buenos Aires. “El interés por los clásicos en nuestro espacio nació por una necesidad de mostrarle a los jóvenes este teatro. Me parece no sólo importante, sino esencial que todo pueblo luche por la no fosilización de la cultura. En este sentido, los clásicos, si son clásicos, tienen conflictos culturales no resueltos. La nona, en su momento, se leía en relación a la dictadura. Con el tiempo, pasó a ser el imperialismo, los yankees. Si hoy le pregunto a los pibes qué es La nona, me hablan de la inflación.” explicó Norberto Barruti.

El interés en difundir el teatro clásico nacional a la juventud, los llevó a crear en el año 2009 el ciclo "Los clásicos en cartel. Las escuelas al teatro". Desde entonces, no hacen más que sumar espectadores. Sus funciones son gratuitas gracias a la participación conjunta de la UNLP y la Asociación Amigos del Teatro UNLP. Así, se conforma una experiencia de gestión única en el país en la cual se articula una asociación civil con una universidad nacional para crear un espacio especialmente pensado para la comunidad bonaerense.

En la página web del Teatro de la UNLP se encuentran recopiladas cientos de cartas de distintas instituciones educativas de la provincia de Buenos Aires que, como elemento común a todas, le agradecen al teatro la posibilidad de asistir a sus funciones de teatro de forma gratuita. Si bien el impacto de estas políticas culturales es siempre invaluable, leer estas cartas permite imaginarlo. En una de ellas, los estudiantes de tercer año de la escuela Nº 28 de Villa Elisa escriben: “Muchos de nosotros nunca fuimos espectadores de una obra teatral. Si bien leímos y jugamos a actuar, no es lo mismo ver una representación con todos sus elementos, el escenario, el vestuario, las luces y la actuación. Reciban nuestras felicitaciones por su gran trabajo de difusión de la cultura. Nos dejamos sorprender, reír y reflexionar por su obra. Es una experiencia que vamos a guardar para siempre”. A continuación, firman la carta todos los alumnos.